Un olor dulzón proveniente de la cocina comienza a intoxicar los espíritus siempre curiosos de la casa.
Susurros, pláticas quedito y carcajadas francamente empachadoras se pueden escuchar desde todos los rincones de mi hogar. Si, creo que todos nos sentimos emocionados por pasar la última noche del año de manera bulliciosa, pues de tal mamera el próximo año nos encontrará muy animosos.
La escencia femenina de mi familia se ha imantado a la cocina; claro, nadie guisa el pavo relleno como Evita, nadie prepara el agua hervida como yo...
Son esas pequeñas bendiciones que yo agradezco en esta fecha, el aprendizaje (a jalones y estirones), la rebeldia siempre latente en mi corazón pero que se aplaca y se templa en las adversidades y mi algarabía juguetona que me hace pensar: si, tal vez el pasto en otro lado sea más verde, pero este es mi pasto, es mi espacio, es mi vida y yo la estoy construyendo paso a paso, con la frente en alto y contando con el cariño de todos ustedes, mis queridos menos cinco festojosos lectores de siempre.
Tenemos el 2014 por delante y ¿saben qué? Recibámoslo con los brazos abiertos, aunque mañana nos quejemos del aumento de los impuestos...
¡FELIZ NOCHE VIEJA, QUERIDITOS MIOS, NOS LEEMOS EL PRÓXIMO AÑO!
martes, 31 de diciembre de 2013
¡VÁMONOS YENDO! (Pa' luego regresar)
martes, 24 de diciembre de 2013
Yingol bels
viernes, 20 de diciembre de 2013
Os pido Posada.
miércoles, 11 de diciembre de 2013
DEJA DE LLORAR, CHIQUILLLAAAA (Deja de lloraaaar)
Hoy, mientras cocinaba un rico pulpo Pol a la Dana, unas lagrimillas estúpidas casi cortaban la emulsion de coliflor que tenia reservada.
Ya saben, de esos dias (o semanas, o años) que uno amanece mas perceptiva (u ociosa) que de costumbre, en los que el inconsciente se manifiesta y todos los recuerdos salen atropelladamente, como cuando rompes una piñata y que, si no estás preparad@, te caen con saña y sin miramiento, (¡exácto, como cuando te caían las jícamas y cañas en la cabeza!), asi cayeron algunas memorias dolorosas.
Y miren, la cosa no es que recuerdes cosas tristes, llores, eches a perder tu comida y ya; el chiste es que un@ solucione aquellos sentimientos de dolor que dichos recuerdos han desatado. O sea que, mamita, pónte a trabajar.
Lo primero que sentí al recordar aquellos mentados momentos fue tristeza, obvio. Y mis lagrimitas ya se asomaban y la garganta ya se me estaba cerrando y ya sentía esa opresión en el pecho, esa falta de aire...
Y me dije tal como mi mamá alguna vez me dijo: "Si vas a llorar, llora. O si no, te "doy" una razón para que llores". Tan linda mi amá.
Y pos que me suelto. Todo de manera instintiva y primitiva, cero racional.
Primero, conecté con mi niña interior (la que en ese momento era la que recibía el dolor por las ofensas del pasado) y luego lloré y lloré y me interné en ese dolor que quemaba mi ser. Me sumergí en mis sentimientos de injusticia; maldije la envidia, el dolor, la ponzoña que me corría por mi alma.
Mi teoría, hasta ese punto, era que una vez que conoces a alguien y le procuras cariño, atención y amor, no puedes dar marcha atrás y olvidarlo. Específicamente si es un niño. Específicamente si yo era la niña y en algún punto de tu vida me quisiste y te importé y luego te fuiste y jamás volviste. (No manchen, si que me estaba azotando gacho) Y seguí con mis teorías y mis negociaciones; no me explicaba que me sintiera tan abandonada, tan ofendida, tan lastimadaHASTAQUEMEDICUENTAQUEEEEEE....¡Con un demonio, ya tengo 33 y ya no soy esa niña ofendidaaaaa!
JA JA JA...
U.U
Crecer implica que tu cuerpo va mutando de forma, se va adaptando a las condiciones de vida que le vas procurando (con un poco de ayuda de la naturaleza) y se va convirtiendo en tu vehiculo para conocer el mundo. De repente, te miras al espejo y encuentras redondeces, protuberancias y canas donde nunca las hubo. Tu cuerpo sabe que no hay marcha atras, que nunca te volverán a quedar esos jeans que usabas en secundaria o que los zapatitos de bebé son para colgar en los microbuses...Tu cuerpo crece y lo sabe...y también deberia saberlo tu mente.
O sea, que me tiré al drama espantosamente por equis situación que ofendia a mi niña interior y la padecí -por breves minutos, ejem, ejem.- con tal intensidad que por un instante se me nubló la conciencia y casi tiro por la borda mis años de terapia.
Darse cuenta de que el cuerpo cambia es fácil, lo difícil -y que es donde uno debe ponerse a trabajar- es educar a la mente para que entienda que aquellas situaciones dolorosas del pasado son el tronco donde una cachorro ha sido encadenado. Y, si ponemos atención, nos percataremos que el cachorro ha crecido y lo ha rebasado...
Tal como nuestro doloroso pasado.
Enjugándonos las lagrimitas, procedamos ahora a cortar la cebolla.
A ver si ésta sí me hace reir...
martes, 10 de diciembre de 2013
U TURN.
No se que está sucediendo con la vida del dia de hoy.
Lo que parece un martes cualquiera (o en nuestro caso, un "lunes para perdedores"), de repente se ha tornado inquietante.
Ya alcancé a otear el caos mental que está por venir: la estructura de mi vida ha rotado unos 145 grados en los ultimos días y yo se que, sin mi rutina, lo unico que alcanzo a salvar en la crecida del río es mi sentido del humor.
Y como si "el universo estuviera conspirarando contra mi" (en lo que parece ser una ofensiva tipo "D day") el equilibrio danagatil ha comenzado a oscilar rápidamente.
06:00 A.M.
Despertador sonando; mi sensual brazo estirándose para alcanzarlo y delicadamente estrellarlo contra la pared. Mala señal pues esto es tarea de la Marmota, quien mitad galantería mitad narcolepsia de mi parte, cada mañana realiza dicha operación.
Pero esta mañana dicha Marmota no se encuentra en casa y yo debo enfrentarme al primer round del dia: alistar al Matius, con el extra de ducharme y ponerme cara para llevarlo a la escuela (es lo malo de no confiar en la belleza natural, ¡chihuahuas!)
07:15 A.M.
Dana e hijito trepados en la camioneta -noten que vivo a escasos 10 minutos de la escuela- y yo ya vengo totalmente absorta en la consabida histeria matutina y colectiva, dialogando conmigo misma mientras no se qué carámbas canta el Matius atrás..."tengo que pagar la colegiatura, tengo que hacer el super, que el niño no olvide el lunch...que agarre bien su maquetita que no entregó ayer...¡pero cómo la va a entregar si no fue a la escuela!...no olvidar su justificante médico...que no se me olvide darle su medicina...¿le dejé de comer a la Peluss?...este ruido no lo traia ayer, debe ser el clutch...no puede ser el clutch porque es automático...¿o no?...ay ese babas ya se quedó en medio, qué bueno, por pasarse el alto...¿si le dejé de comer al gato?... adiós mi cielo, besitos, pórtate bien... ¡No le di su medicina! FUCK!
07:35 A.M.
Ejercicios de respiración...inhalo....exhalo... Creo que después de todo, me merezco un café.
Momento de debilidad número 21
¡Epa, qué sucede! Estoy en el Starbucks de siempre, clamando por un poco de normalidad en mi día y me encuentro que han cambiado a los baristas. Estos nuevos muchachitos no saben que si me dan el machiato con leche normal y un solo shot de cafeína, acabaré por irme a la barranca, ¡maldiciendo eternamente mi intolerancia a la lactosa! Y para colmo-y esto es lo espeluznante-, se llevan de a cuartos con las personas que están delante de mi. Oigan, apenas el jueves vine, no es posible que en un fin de semana las cosas cambien radicalmente...oh, esperen...
Hago un recuento rápido de los últimos dias...
Si, las cosas sí cambian. El universo (el mismo que me asusta con sus conspiraciones arbitrarias) está en continuo movimiento.
Y parece que yo nomás no aprendo la lección, ¡caray!
Casi concluyendo el año, la vida me ha mandado a extraordinarios otra vez y ¡miren que yo se del tema!
Reflexiono un momento: ¿que tal que las cosas siempre han sido como son y yo he tratado de adaptarlas a mi realidad? ¿Es esto cierto? Y si lo es ¿de qué manera lo voy a enfrentar?
Ni mil cafés bien preparados me van a devolver la paz interna ni el confort.
Es hora de moverse al ritmo y timin del universo.
¿Será ésta la prueba final? ¡Cómo saberlo!
Con suerte, quizás alcance a graduarme este año...
Feliz martes, queriditos míos.
....
¿Si le dejé comida a Peluss...?
miércoles, 4 de diciembre de 2013
viernes, 15 de noviembre de 2013
Mommy Dearest.
Whatever...
El tema a eludir es el de la maternidad y es que ¡no manchen! es bien complicado desmitificar lo que se supone es el estado ideal de toda mujers.
Y es que justo en este momento, parece que hay un boom de chicas que han decidido ser mamás y ello me ha puesto a pensar en lo que yo sentí cuando me entregaron al Matius envuelto en sarape y los días (y años) siguientes a dicho evento.
No fue fácil, déjenme decirles.
En el momento que escribo esto, ya pasaron casi seis años de la primera noche de Matius en casa, con cólico, pañal sucio y llamada de media noche al pediatra incluído. A decir verdad me encuentro viviendo el momento que tanto soñé: el de ver a mi hijo súper independiente, sano y en la escuela.
Aunque suene horrible (y precisamente por eso lo escribo) el primer año (y el segundo y el tercero) sí son una prueba muy dura en la vida de toda madre primeriza.
Y es que, aparte la sociedad no nos la pone fácil, déjenme decirles.
Parece que en el instante que has concebido los reflectores te acompañaran día y noche, habrá un empleado del INEGI afuera de tu casa permanentemente para encuestarte desde el horario de las mamilas, hasta pipí, popó, caca y el respetable público se adjudicará el honorable papel de criticar todas tus decisiones en cuanto a la crianza del beibi.
Neta, es una presión que no vieran. Es un exámen profesional interminable pues si te vas por el camino de hacerle caso a todos, terminarás con el hígado hecho puré y el matrimonio pendiendo del hilo más delgado.
Ah, porque eso sí, a la nueva mamá se le habrá de exigir hasta que sude sangre mientras que al "feliz papá" se le pondrá en un pedestal para luego llevárselo en hombros a dar la vuelta olímpica...durante tres años.
Yo recuerdo con mucho cariño esos momentos donde las peleas entre Marmota y yo no parecían tener fin y el nubarrón de pensamientos tóxicos se posaba en mi cabeza, haciendo jocoque la leche que haría feliz (y colicoso) al Mats.
Y también me encanta recordar lo fácil que era salir de paseo, con carreola, bambineto, pañalera, cobertor, juguetes...¡la casa a cuestas! y la hora de amamantar, en plena calle, con la horda de curiosos mirando mis túngentes pechos rebosantes de leche, también es de mis memorias favoritas.
O qué tal que justo cuando las carnes están volviendo a su lugar, mientras un enorme olán se cuelga de tu cintura (no, no soy "Vivendum") y tu ropa sexy siguen siendo los "mommy pants", de la nada (y parece que hasta te huelen) salen de todos lados esas exóticas y bellas mujeres, de ropa ajustada y largas y blondas cabelleras que te hacen sentir menos que una papa. No, corrijo, ellas no te hacen sentir tal cosa... ¡es tu marido el que no deja de salivar y hace que te sientas una papa. Él y solo él!
Incluso las mismas mujeres que ya son mamás se ponen muy rudas con las nuevas. Se ponen en su papel de "No mames, es facilísimo"
Y nadie, nadie te dice que no, que ser mamá no es algo sencillo. Que no se va a acabar en un año o dos o tres pues el puesto dice en letras pequeñas "para toda la vida", pero que si lo tomas con humor, que si tienes la fortuna de conseguirte unas orejeras bien grandes y peludas para no escuchar aquellos consejos "bienintencionados" y sacas de tu interior esa fortaleza para sacarte del bache, la maternidad será una etapa hermosa y saldrás airosa.
Feliz viernes y disfruten sus antojos maternalosos.
viernes, 1 de noviembre de 2013
SHITTY MOMENTS O "LOS CINCO MINUTOS EN LOS QUE NO ME QUIERO"
Estoy en un momento muy gloomy, muy procrastinador en donde me he pasado la mañana deambulando por toda la casa, sin atinar a cual tarea dar prioridad.
Como otras tantas veces mi escritorio está vomitando pendientes y mi casita está hecha un pequeño chiquero. Pero yo ya estoy agotada, misteriosamente. A esta hora, en la que debo ir por el Matius al cole, ya me encuentro ¡cansadísima!
Son los "shitty moments".
Momentos en los que tu ser no se encuentra alineado con tu luna en Acuario y tu Venus se encuentra un tanto cuanto eclipsada por un muy castroso Saturno. O algo por el estilo.
Son los momentos en los que aparece un nudo en la garganta, el cual no sabes si es por causa de tu maldíto reflujo o porque tienes atorados sentimientos que piden ser expulsados de tu cuerpo decadente, entorpeciendo las tareas, las rutinas, los pensamientos positivos y productivos. Es el instante en el que valen madre tu autoestima, tu seguridad, tu confianza y se apodera de ti un enorme hueco en la panza que no deja que el diafragma baje para que puedas respirar.
Y te asfiixas, claro.
Pero no mueres.
¿Y por qué no mueres en un "shitty moment"? Ah, pues porque ALGO debes aprender de ti mism@ en ese preciso lapsus brutus. Ni más ni menos.
Y entonces empieza el cuestionamiento. Uno a uno de tus pensamientos debe ir pasando al frente, presentarse, decir su nombre y qué carajos hace en tu cerebro (aparte de atontarte)
Cuando todos hayan pasado lista, deberás evaluar lo que ellos han dicho y ¡atacar!
Deberás atacar cada uno de las cuentas pendientes que tienes contigo mism@. Abordar de frente ese sentimiento mierdoso que únicamente estás pulverizando tu ser, mirarlo fijamente y decirle ¡chao!
Es que no es justo, queridos menos cinco lectores de siempre; no es justo que de por sí nuestro entorno es como es y encima uno le anda cargando fruta a la piñata.
Yo lo confieso: estaba en mis cinco minutos en los que me quise tirar al drama porque mis demonios ya venían por su calaverita. Estaba a punto de mandar todo al cuerno porque literalmente me sentía físicamente impedida siquiera para encender la compu y venir a escupirles esto.
Fueron cinco minutos en los que no supe qué ponerme para ir a una fiesta (pues según yo "nada" me queda) en los que dudé en fumarme o no un cigarrín (cosa que no hice) o tomarme un café (cosa que me puso de peor humor pues ni el café me salió bien) y en los que, neta neta, dije que yo era un desastre.
Y antes de seguirme por el camino del mal consejo, mejor respiré muy hondo y vine a compartírles estas líneas, por si en algún punto de sus felices y perfectas vidas (esa soy yo en mi último minuto "shitty") ocupan unos pensamientos de ánimo, sí se puede.
Comper, queridos. Ya me siento mejor.
Feliz viernes, los quiero!
viernes, 25 de octubre de 2013
A dieta.
Encuentros (nada) gratos.
Pero entonces yo tengo un niño que anda caracoleando por la casa, viendo que se come, viendo en qué malgasta su energía malsana, en qué nuevo problema se mete... ¡y eso que es el Matius y ustedes lo conocen! Saben que es un niño muy tranquilo y bien portado... la mayoría de las veces.
La otra parte del tiempo, el Matius se mete a su cuarto, agarra sus libros de Ardilla Miedosa, se pone a colorear, juega con sus carritos, pisa la cola de Peluss ("fue un accidente, mamá") o se tira al drama escuchando " The thieving macpie" en su iPad. Y de cuando en cuando, lo escucho suspirar por un poco más de emoción y pues tengo que mover mi aterido cuerpo para sacarlo a pastar (frase de Kry). Pero ayer cuando puse un pie en la calle, jamás imaginé que aquello no acabaría de manera tranquila...
viernes, 18 de octubre de 2013
SOY CONFIANZUDA.
A ver, pérense, no estoy diciendo que soy de las que se trepan rápidamente al carro de algún (os) extraño (s) o de aquellas que se quitan los calzones enfrente de una pandilla de hombres malolientes ¡SIN SIQUIERA COBRAR!. No, nada de eso.
Me refiero al hecho de ser un tanto cuanto "amoldable" a ciertas situaciones sociales.
Por ejemplo, cuando llegas a alguna fiesta y sólo conoces al que te está invitando.
Y me molesta que, como no conoces ni te conocen, entonces las horas que permanecerás ahí, te la vives en el celular candycrusheando o facebookeando, encerrada en tu ostra mientras el resto convive. No es mi estilo, lo siento. Me incomoda mucho que al notar que nadie me es conocido, tenga que colgarme del único ser viviente que sabe al menos mi nombre; pero me incomodan más las miraditas de lástima (¡aaaaay, ya saben cuales, no se hagan!) del resto de los invitados que me lanzan por mi inevitable condición de "new kid in town".
Por eso es que me gusta socializar, entrar en materia luego luego, no dejar que el silencio incómodo se apodere de toda la concurrencia.
Primero con miradas y sonrisas amistosas, luego con la primera frase amable, risas de asentimiento, preguntas no comprometedoras y ya al final, carcajada con golpe en la espalda y la frase "¡Eres a toda madre!"
En ocasiones mi tozuda timidez me lleva a socializar TAL VEZ un poco más de la cuenta
Les juro que no me paso de la raya, no estoy indagando si son naturales u operadas o si se encuentran embarazadas.No me pongo a cantar a grito pelado ni a reir sin sentido, como una histérica. No me trepo a los sillones en una imitación a Gloria Trevi. No me esfuerzo demasiado para ser agradable a los demás. Simplemente es tratar de pasar el momento lo menos incómodo posible.
¿Eso es ser confianzuda?
Pues aparentemente sí. Nunca voy a olvidar esos comentarios que las amigas de mi prima Lluvia le soltaron al final de la reunión (que tuvo lugar en Querétaro) a la que -sin ser previamente invitada (por casualidad yo estaba vacacionando con mi prima)- me vi en la necesidad de ir, ¡ni modo que me regresara el D.F. en ese momento!
Y justo eso le dijeron: "Sí nos cayó bien tu prima, pero es muy confianzuda"...
Rayos, directo a mi herida infantil del rechazo, diría mi psicóloga.
Y como ese, otros cuantos episodios más.
Ahora entiendo algunas miradas perplejas que me regalan las personas que voy conociendo al instante. Piensan que es "too much" de mi parte. Creen que me paso de "confiancitas"... Es triste.
¿Pero saben qué? ¡Es todo un arte eso de sociabilizar con extraños-no-tan-extraños, queridos menos cinco confianzudazos lectores de siempre! Es todo un fuck'n arte el encontrar cierto clima amistoso en una reunión donde eres una rara avis que ha caído por error en ese escenario.
No es ser "confianzuda" es ser inteligente para amoldarte a la situación y disfrutar lo mejor posible.
¡Qué importa que no nos conozcamos! ¿Ello nos forza a poner jeta toda la reunión y entonces mejor ser catalogada de grosera? ¡Porque si quieren, puedo ser la mula más mula del mundo y todos vamos a llorar!
Se instalarme en la pose "The world is not enough" y levantar la ceja, barrer a la gente con la mirada, hacerla menos, soltar risitas burlonas... (nada más de escribirlo, siento que ya me estoy mortificando)
¡No me busquen porque me encuentran! ... ¡Porque me encuentran, dije!
Ya por último: sí, lamentáblemente así soy, así nací y así me moriré (tal vez hasta me aviente la última plática con el sepulturero); sépanselo de una vez. Les sonreiré y les platicaré mucho, haré bromas y trataré de que pasemos un momento agradable. Tal vez me convierta en el centro de atención y no precisamente porque me sienta muy salsa. Es porque el pasar un buen rato es tarea de todos, tal como sacar una empresa o un país adelante. Es misa de varios obispos, es mole de varias cucharas...
Así que vayan dándole una pulida a sus habilidades sociales y no se burlen de las personas que intentan hacer su mejor esfuerzo en la reuniones...
¡Porque es muy difícil, maldíta sea!
...
Ya, adiós.
...
Está bieeeen... ¡Feliz viernes, queriditos míos!
viernes, 11 de octubre de 2013
"MARIOBROSÉENME" LA VIDA, MARIO BROS.
domingo, 6 de octubre de 2013
YO PIDO.
El día de hoy platicaremos de cuando una no sabe elegir bien.
Y no, no nos vamos a poner filosóficos o profundos, (esas cosas déjenselas a Gabby Vargas, por Dios, ¿por quién me toman?) más bien hablo del no saber elegir un regalo para una misma.
O lo que es lo mismo: "Lo quiero pero siento que no me lo merezco".
Como ya he cacareado por aquí, hace poco cumplí años y la verdad es que personas muy queridas me dijeron "píde lo que quieras". ¡Wey!, si la treintena me está cantando a mi puerta y eso me hace llorar, el que me ofrezcan un Día de Reyes en Septiembre debiera ser grandioso, ¿o no?
Pues no, la verdad es que elegir -y elegir bien- siempre ha sido un problema para mi. (Y ex novios: no se rían que es en serio.)
Hubieran visto a los Marmota en ConocidoCentroComercialAlSurDeLaCiudad, en la tienda donde al firmar con tu tarjeta eres "Totalmente Pelmazo" (por la deuda que solo crece y crece), intentando elegirME un regalo de cumpleaños que fuera: bonito, pero tierno, pero no muy caro, pero cómo no muy caro si yo me lo merezco, pero no porque esa lana mejor la invertimos en los dulces del Matius, pero mejor un libro, pero mira el abrigo, pero mejor el perfume, ¡pero mejor NADA porque eres una histérica y ya mejor nos vamos!...
Ouh...
No se qué pasa conmigo que no puedo siquiera atreverme a pedir algo que me va a causar felicidad (pasajera, claro; nada es eterno en esta vida, ¡carambas!), porque una crece con muchas broncas en su cabeza y justo al llegar a la edad de las actuaciones, ¡cómo no voy a meter la pata a la hora del chousen!
A quién de ustedes no les sorrajaron un: "Cuidadito y andes de pedinche, porque te voy a dar de nalgadas." Y entonces ¡obvio!, llegabas a casa de la abuela o del tío gastalón y buena onda y eras el único imbécil que al ser requerido para elegir una golosina o un premio, mirábas primero a tu madre -quien en un sorprendente performance de miradas y gestitos, con la boca torcida te alcanzaba a decir "Ni se te ocurra"- y decías: "Yo no quiero nada abuela, muchas gracias". ¡Mátenme porque me muero, la neta!
¿Qué es todo ese rollo del pedir y del merecimiento? En primer lugar, papás: dejen de andar hostigando a sus hijos con eso del "No pidas", porque no está padre. Si a un niño le cortas su necesidad básica, primaria, inherente al ser humano del pedir, lo estás lisiando para toda la vida. Se convertirá en un adulto contenido que siente que efectivamente, no merece nada y cuando llegue la hora de que alguien le ofrezca su mano, su ayuda, su corazón, su amistad...simplemente lo rechazará por sentir que él (o ella) no lo merece, que no es lo suficientemente valioso para ser considerado por el mundo para ser depositario de un poco de generosidad.
Yo se, yo se que a veces como papás sufrimos el huevo y la gallina cuando estamos en casa ajena y nuestro hijito se pasa de pedinche: ¿puedo más postre, puedo tomar agua, me regalas tu casa?
He sentido la cara arder de la pena cuando el Matius pide un dulce del Bote de las Golosinas de la casa de su mejor amigo y miren que me he contenido para evitar decirle "no pidas".
¿Cómo sabrá la gente a tu alrededor que necesitas un abrazo, un consejo, un préstamo literario o una taza de café más caliente? O mejor aún, ¿cómo sabrá tu pareja lo que en verdad estás necesitando en la relación si esperas a que él o ella te lean la mente?
Pasa en todos los ámbitos, en serio. Pedir y estar consciente de merecer por el hecho de ser valios@ debiese ser verdad universal.
Por lo pronto yo me sigo terapeando para agarrar valor y pedir mi soñado viaje a París como regalo de cumpleaños.
¡ Quién sabe!, en una de esas hasta me mandan en premiere classê con boleto de ida... ¡sin vuelta!
miércoles, 25 de septiembre de 2013
GRACIAS VIDA, VA DE REGRESO...
Ha sido un año en el que -pueden apostarlo- me he dado los madrazos más duros en mi estúltica existencia, pero Pero PERO (¿qué sería de esta vida sin los "peros"?) me los merecía.
Y como una no es de palo, lo menos que se puede hacer es sobarse, sacudirse las pompas y mirar a todos lados para ver quién carajos se dio cuenta.
Y así me encontraron estos años... por más que me les escondí.
Pero esta vez no es para tirarse al drama, al contrario. Si abres la panorámica sabrás que soy una persona común y corriente, rodeada de gente nada común ni corriente (bue...dejémoslo así) y que lo único que pide es vivir y dejar vivir.
La situación está del cocol, pero yo quisiera aportar mi grano de arena en vuestras conciencias y, si es posible, hacerlos pasar un momento agradable para después soltarles mi discurso político...
Resulta que cuando cumplí 23 años, "Las Mañanitas" me sorprendieron en un camión foráneo, el cual enfilaba el camino hacia la Huasteca Hidalguense. El por qué me encontraba en ese lugar es simple: estaba enrolada en las brigadas médico-dentales que el Movimiento de los Focolares organiza.
(Si gustan más información, puchen www.focolaremex.org)
Y bueno, acompañada de Pollo y Elena, y con la lluvia proyectándose duramente sobre las ventanas, le di la bienvenida a dicha edad.
Al llegar a la comunidad de Santa Cruz, la gente ya nos estaba esperando. Rápidamente nos dirigimos hacia la escuela rural, pues ahí se montaría el comedor, la unidad dental y los consultorios médicos. Como la panza es primero, disfrutamos de un delicioso pedazo de zacahuil, especie de ¡tamalón! de pollo con salsa de jitomate, acompañado de café caliente de la región.
Señores, se que el ritmo de la vida es imparable, pero si ustedes en algún momento zen pueden imaginar un paisaje verde, con mariposas celestes transparentemente aladas y un aroma a naturaleza en estado puro, sabrán que vale la pena detenerse un momento para contemplar por instantes (pues la belleza es inasible) lo que uno simplemente es incapaz de concebir.
Así de extasiados nos encontrábamos, mientras desparasitábamos niños y llenábamos encuestas, mientras escuchábamos en una mezcla de náhuatl y español lo que la gente quería venir a decir, a pedir, a solicitar.
Y no sólo eso, también lo que estaban dispuestos a ofrecer y a aportar, con sus sonrisas de maíz tierno y la música de un idioma que nos hemos empeñado en borrar.
Las horas pasaron volando y fue necesario dar reposo al cuerpo. Esta vez, Elena y yo corrimos con suerte de que una familia nos adoptara y evitamos la dureza de las bancas de la iglesia. Son estas bendiciones y regalos lo que le dan sentido a cumplir años...
Al día siguiente, la lluvia dio paso al día soleado, los niños se acercaron curiosos a ver caras nuevas, amables o serias, a probar los "menjurjes" de la cocina; dulce, seco o salado, no importa si la compartímos juntos.
Como todo, llega la hora de partir y esa vez, la última que conviví con los niños de esa comunidad, sentí la necesidad de que todos conocieran esa realidad que se desparramaba llena de vida y de oportunidad de ayudar y por ello, les comparto esta experiencia. No para que digan "ay qué bonito", más bien para hacerles de su conocimiento que probablemente esta y otras comunidades se encuentran hoy más que nunca, en un estado de extrema necesidad.
Queridos menos cinco filantrópicos lectores de siempre: DONEN LO QUE PUEDAN, pues es innegable que en estos momentos en los que yo escribo esto y ustedes lo leen, alguien los está necesitando. Para que los miren, para que los consideren o siquiera les dediquen un pensamiento.
Por favor, queridos. DONEN y sientan cómo mágicamente sus endorfinas se ponen a trabajar.
Es por ellos y por todos nosotros. No olvidemos que todos somos uno.
Gracias por sus felicitaciones, son un público excelente. ¡Qué vengan los 34!
viernes, 13 de septiembre de 2013
AMOR A LA PATRIA
viernes, 6 de septiembre de 2013
ET MUSICA LITTERATURA.
viernes, 30 de agosto de 2013
REPROBANDO/APROBANDO EN LA VIDA
miércoles, 14 de agosto de 2013
FOCUS, DAMMIT!
miércoles, 7 de agosto de 2013
I'm a chilanga in Queretarou...
En estos momentos me encuentro tomando unas merecidas vacaciones; no más "apúrate, niño que no llegamos" ni "¡¿otro gasolinazo!?, pero si la Magna cuesta igual que la Premium"...
Ando en Querétaro, ciudad colonial que siempre me recibe por estas fechas con cierto temor, cierta cautela pues, en el lapso de casi 20 años, me ha visto ir y venir rompiéndo corazones, esquemas, reglas del buen decir, del bien portarse y hasta una que otra regla de tránsito (¿por qué los chilangos seguimos manejando como si estuviéramos en Periférico en hora pico, aunque estemos circulando por el tranquilo Boulevard Bernardo Quintana?)
En fin, que aquí me tienen y estoy feliz de sentirme consentida, apapachada y chuleada en cuanta plaza me paro... ok, ok, no, la verdad es que mi toque ligador se ha ido perdiendo, pero... se vale soñar, ¿no?
Y bueno, les prometo que en cuanto regrese a casa, volveré a tocar los temas que nos gustan a tod@s, sólo será cuestión de irse haciendo a la idea de que en casa me están esperando una Marmota algo enojada, una gata Peluss medio abandonada y una fila INTERMINABLE de pendientes que aguardan pronta solución.
La vida, pues, que no entiende que todo, absolutamente todo debería ser una contínua vacación...
¡Nos leemos pronto, mis queridos menos cinco vacacioneros lectores de siempre!
jueves, 1 de agosto de 2013
REGAÑO SEMANAL.
Se vive en una emocionante especie de montaña rusa y ¡cielos! los que viven a nuestro lado también se trepan en ella.
Eso no está padre, no cuando las subidas y las bajadas parecen ser sopita diaria en el menú emocional.
Generalmente mis menos cinco lectores de siempre andamos en un rango de edad en el que se SUPONE, ya nos conocemos al derecho y al revés.
Esto es, que ya sabemos de antemano que si nos aprietan tal o cual botón, reaccionaremos de cierta manera y por ello, sabemos todo el trámite que sigue a dichas reacciones.
Pues bueno, nosotros lo sabemos ¿y qué pasa cuando ya nos han tomado la medida? Pues que entonces nada nos parece. Porque si ya le quitan la emoción al asunto, si ya saben de qué va el truquito de "me tiro para que me levantes", el de "no tengo nada (pregúntamelo diez veces y a la onceava, TAL VEZ te diga lo que me pasa)" o mi favorito, el "¿que de qué?", entonces la montaña rusa se convierte en un paseo en pony.
Y así ya no sale, jóven.
¿Por qué los seres humanos hemos desarrollado tales mecanismos de existencia?, ¿acaso vinieron con la evolución?, ¿todos seremos iguales?
Podemos pensar que estos mecanismos existenciales son una manera de suplir la falta de habilidades que nos brinden calidad de vida.
Así, la fallida habilidad de comunicación se camuflajea mediante una pelea colosal en el carro, cuando tu acompañante te pregunta inocentemente un: "Cuchi, ¿tienes calor?" y tu, instalada en pantera, le respondes con un "¿y tú qué crees, engendro de satán, que éstas chapitas son producto de mi rubor? ¡Pon el clima, no seas tarado!" ... ¡O sea, cálmate!
O que tal que ante tu falta evidente de habilidad para procurarte un gusto, un capricho, empiezas a mutar en un ser callado, que sólo responde con "mmmj's" cada vez que se te cuestiona, pensando que cómo es posible que nadie pueda leerte la mente y darte eso que justamente estás anhelando. Así no se puede.
Y claro, estas situaciones desatan verdaderas hecatombes y resultado: todos están trepados en tu carrito emocional, sin siquiera haber comprado boleto.
Que feo, ya bájense todos ¿no?.
Si ya sabemos que somos como somos, más vale irle midiendo el agua a los elotes, irse conociendo a profundidad y hacer el esfuerzo sobrehumano de cambiar, porque a ningún lado conducen estas montañas rusas emocionales... bueno, si: ¡al mismísimo infierno!
Y si ustedes quieren dejar de sufrir, antes de que se peguen un tiro, mejor péguense esto en la cabeza: cada uno con sus humores, cada uno con sus consecuencias.
¡Y se me callan!
viernes, 26 de julio de 2013
Hummm...
Los que tenían suerte, podían pagarse una suerte de "escort emocional" al conseguirse una pareja que les solapara todos sus desajustes emocionales y materiales, pero la mayoría de los mortales teníamos que conformarnos con esperar a que algún alma caritativa nos hiciera el favor de preguntarnos "¿cómo estás?" para dejarnos ir con todo nuestro historial emotivo, hasta dejar completamente mareado al incauto interlocutor.
Por ello: ¡bendíto seas, Feisbuk!
Ya, es toda mi colaboración el día de hoy...
Bien pueden ir a sus respectivas redes sociales (o a mi mail) y quejarse todo lo que quieran...
Mientras, una foto de lo que podría estarme pasando en estos momentos:
Besossss... ¡feliz viernes!
lunes, 22 de julio de 2013
Back in time!
¿Les sorpende esta entrada de La Gatería en casi martes?
No se, andaba por aquí pensando un poco cuando me topé con ésta joya...
Elección de carrera y el querer tener novio como los de las películas gringas, esas eran mis prioridades en los noventas...
Aquí estoy de nuevo, frente a una nueva elección de vida... ¿Cuál creen que sea?
Y sip, esta música -aunque bien pasada de moda y de contexto- tendrá que inspirarme para hacer la mejor elección...
Chaaaan... chaaaan...
¡Ay, carajo!
Ha concluido la primera semana de vacaciones y por lo tanto, la primera semana de las clínicas de fútbol del niño chiquito que vive en mi casa.
A partir de ese momento, mi tiempo no sólo se ha dividido aún más pues a las fiestas infantiles, las juntas escolares y a los desayunitos con las "mamiamigas" se ha sumado la actividad de llevar al crío al fútbol; he adquirido una nueva etiqueta en mi vida, la de "soccer mom" y ¡upsi daysy!, me da un chorro de ilusión.
Aún no he logrado recuperarme del todo de la impresión, queridos menos cinco domingueros lectores de siempre; el primer día del fut fue un "revival" del primer día en la guardería: niños aturdidos y papás llorosos.
De repente me visualicé en viernes a las cinco de la tarde, con toda la camioneta llena de escuincles sudados y con las rodillas lodosas, bajando hacia Periférico en busca de un McRoñas para llegar a la fiesta de Petito.
Y yo, claro, en la neura por el maldíto tráfico, la algarabía infantil y mi complejo de culpa por no disfrutar el panorama...
¿Todas las mamás pasarán por lo mismo o sólo aquellas que tenemos un número de expediente en el Sistema Nacional de Salud...mental?
En una ocasión, cuando tomé un seminario de juicios orales, el ponente preguntó que cuál había sido el reto más difícil de afrontar. Yo levanté la mano y contesté que el de ser madre. Murmullos y risitas se escucharon en la sala, pero yo seguí en mis trece, diciendo que a mi personalmente me valía madres quedarme sin testigos, siempre y cuando no me quedara sin galletas y leche en el refri, pues el veredicto por ser mala madre sería inevitablemente el de culpable. Claro, el Matius era pequeño y aún no entendía a la perfección este bisnes de ser mamá. No imaginaba que años después también estaría riéndome a causa de recordar mi ingenua respuesta...
Pero, ¿por qué les estoy contando esto?
Supongo que el punto lo perdí hace varios renglones atrás y dudo mucho que quiera ser encontrado, así que no cansaré más mis ya de por si cansadas neuronas (miren que sólo me quedan dos despiertas y ya están a punto de checar tarjeta) y me despediré por hoy con la esperanza de encontrarnos aquí, en La Gatería, el próximo viernes...
¡Feliz inicio de semana!
jueves, 18 de julio de 2013
Jane Austen y la lluvia.
Me refiero, of course, a Jane Austen, que el día de hoy "celebra" su aniversario luctuoso #196 y que no pasa un solo día en el que no deseemos que su maravilloso talento siguiera produciendo más y más libros.
¿Qué pasa, qué sucede? ¿Por qué tanto alboroto con Janecita?
Bueno, pues resulta que hoy la ciudad de México está tapizada por nubes a punto de reventar, motivo por el cual no llevé al Matius a su práctica de football -lo que me tiene en la neura pues ahorita no se que hacer con su energía desbordante-, y tal condición climática me remonta a las novelas de Austen, ambientadas en la Inglaterra de la época georgiana y a las tardes lluviosas de libros y café. Los tópicos más usuales aquí, en La Gatería.
¿Quién de ustedes, queridos menos cinco austinianos lectores de siempre, no ha sentido el arrebato de una pasión cegadora, o ha experimentado el nacimiento de un cariño que con el paso estudiado de los sentimientos, se transforma en un robusto amor?
Seguro que en alguna ocasión hemos sentido ese atontamiento físico provocado por mariposas en la panza y si a eso le agregamos la disposición fascinante de algún galán de no malos bigotes, puessss...
O tal vez,mediante algunos cuchicheos y triquiñuelas entre damas, se llegan a provocar tal cantidad de malos entendidos que simplemente una quisiera que las horas terminaran pronto con la agonía de no saberse amad@.
Pues de eso y más tratan los libros de la Austen, que si bien sus biógrafos se empeñan en hacernos creer que murió sin haber amado, yo quisiera tener la esperanza de que tanta exquisita prosa fue producto de una fuerza superior a la inteligencia.
Es eso o me mato. Me mato, queridos, porque se que a pesar de lo vapuleado, escupitajeado y demás ofensas, el amor... EL AMOR es la fuerza que debería mover al mundo. Ya, ya lo dije y ¡demándenme!
Se que muchas veces he cometido la torpeza de renegar de él, de tratar de verlo lejos de mis terruños bajo el precepto de que el pasto del vecino es más verde que el mío o de suspirar por el mismo, bajo el influjo de un aburrimiento terrible... pero de que el amor se encuentra en mi vida, ¡ni dudarlo!
Porque cuando una ya pasa de los veintes (y más) se debe hacer un alto, tomar aire y ser brutalmente honestas (u honestos, perdón.) con un@ mism@ y decir: "A ver, me la paso chillando por no sentirme amad@ pero ¿qué tan cierto es eso, en realidad?"
Para los "solitarios": Ámense así mismos como nadie los ha amado y los amará.
Para los creyentes: Amen a Dios por encima de todas las cosas.
Para los papás y mamás: Ámense, amen a Dios y amen a sus hijos.
Para ustedes mis menos cinco amorosos lectores de siempre: Ámense, amen a La Gatería y lean a Jane Austen, que si bien no tiene nada que ver con mi discurso amoroso (y que seguramente lo criticaría por ser sobradamente cursi y fuera de lugar), si les va a procurar una nueva* perspectiva del amor...
Feliz jueves, los amo.
*Nueva en 1800...
viernes, 12 de julio de 2013
DIA DEL ABOGADO.
Hoy viernes es un día muy especial para nosotros los abogados; no sólo por ser "nuestro día", ni porque los Tribunales salen de vacaciones y con ellos, nosotros también (así es, señora Chucha: en dos semanas no podrá marcarme al celular las veces que se le pegue la gana, preguntándome lo mismo de siempre.), sino porque es el día en el que el .1% de la población en general puede reventarse a gusto en la cantina, sin pretender que se está "en una junta muy importante con el cliente" o ¡peor!, en una "audiencia" (ajá, a las dos de la mañana, ¿no?)
uno anda con la mujer del otro...
Pasada la incomodidad inicial,
uno le dice al otro en tono algo solemne y con cuidada dignidad:
'Estimado colega, creo que lo correcto sería que mi mujer venga conmigo a mi coche y que
su mujer se vaya con Ud. a su coche.'
El otro le respondió:
-'Coincido en líneas generales con su planteamiento, querido colega.
Quizás eso sería lo correcto, pero no estoy seguro que sea lo justo...........
Por que ustedes están saliendo del Hotel y nosotros vamos llegando!!!!"
viernes, 5 de julio de 2013
HOTEL DE PASO
No crean que les voy a salir con el discurso fácil de la moral y las buenas costumbres y bla bla blá.
Con esto de que andamos llevando la sexualidad a otras dimensiones a través de lecturas tipo "Cincuenta sombras de Grey" (¿ya leyeron "Cincuenta sombras de Gregorio"?), una se siente con la confianza suficiente para poder venir ante ustedes, mis muy amplísimos de criterio menos cinco lectores de siempre, a desmenuzar sendos temas que regularmente se esconden bajo la alfombra y que por ende, se deforman con el paso del tiempo.
La primera vez que pisé un hotel de paso, no tenía la menor idea (ni intención) de acabar ahí.
Digamos que "me chamaquearon" de mala fe. Y no dudo que esa primera vez (de visitar un hotel, aunque...) tan a la malagueña, tan a la sorda, haya sido el detonante para perder el pudor (y otras cosas) y la pena ante situaciones bastante peliagudas; si ya había conocido un lugar de esos, pues qué más daba correr tal o cual otro riesgo en la vida. ¿Pena? Pena robar y que te cachen, ¿si o qué?
Y una se va curtiendo, ¿saben?
De pronto desanudas la rigidez de las emociones, de los sentimientos; te vas conociendo poco a poco y lo que descubres es alguien maravilloso, que ha podido dejar afuera los temores y que ahora se lanza (responsablemente) a la aventura. No importa el mañana, solo el "aquí y ahora", el "tú y yo, pa' siempre"...
La primera vez en un hotel de paso es sencillamente terrorífica; el simple hecho de pasar por la recepción, donde el encargado te dirige una mirada torva que tú descifras muy bien, hace que recuerdes todas las jaculatorias que Hermana María se empeñó que memorizaras, so pena de no promover tu Primera Comunión (y que justamente viene TAAN al caso en estos momentos...).
Para el momento en el que te encuentras en el elevador, tu color ha cambiado de "marfil" a "blanco ostión" pero piensas que ello se debe a la pésima iluminación y que seguramente en unos momentos más, te saldrán las "chapitas" más encantadoras de tu tierna infancia.
Con nerviosismo, abarca la estancia con la mirada, tratando de contener las primeras lágrimas del momento al darte cuenta del lugar en el que te encuentras. Quizá no era del todo mala la idea de haber ido al Museo de las Intervenciones, finalmente. Suspiras... observas al "papazote" que te está mirando exáctamente igual que el encargado y ya, instantáneamente tu mood cambia. Decides que tú y sólo tú pondrán el ambiente para la fiesta, (porque los globos...esos se los pone "Él") y comienzas a pasear tu silueta desnuda frente a los chorrocientos mil espejos de la habitación (¡bueno, hasta en el excusado, carambas!) y en un arranque de valentía, prendes la tele para comprobar que si es cierto, que oficialmente estás en un hotel de paso encuerada y tumbada frente al canal de películas porno... En serio, ¿era necesario venir hasta acá para darte cuenta que a los veinte, junto a un galán igual o peor de teto que tú, la vida se trataba de ESTO?
Pero a los treinta...
¡Ajajay!
A los treinta lo mejor de la vida está sucediendo y ¿qué creen?
¡Que seguramente muuuuchos estaremos el día del corte de listón y ahora sí, con pleno conocimiento de para qué sirve el silloncito en forma de "resbaladilla"...!
¡Feliz viernes y no digan que no se los advertí!