viernes, 1 de noviembre de 2013

SHITTY MOMENTS O "LOS CINCO MINUTOS EN LOS QUE NO ME QUIERO"

Aquí me tienen de nuevo, como casi cada viernes, dispuesta a recetarles su dosis de gatería semanal y... ¡no estoy contenta!
Estoy en un momento muy gloomy, muy procrastinador en donde me he pasado la mañana deambulando por toda la casa, sin atinar a cual tarea dar prioridad.
Como otras tantas veces mi escritorio está vomitando pendientes y mi casita está hecha un pequeño chiquero. Pero yo ya estoy agotada, misteriosamente. A esta hora, en la que debo ir por el Matius al cole, ya me encuentro ¡cansadísima!
Son los "shitty moments".
Momentos en los que tu ser no se encuentra alineado con tu luna en Acuario y tu Venus se encuentra un tanto cuanto eclipsada por un muy castroso Saturno. O algo por el estilo.
Son los momentos en los que aparece un nudo en la garganta, el cual no sabes si es por causa de tu maldíto reflujo o porque tienes atorados sentimientos que piden ser expulsados de tu cuerpo decadente, entorpeciendo las tareas, las rutinas, los pensamientos positivos y productivos. Es el instante en el que valen madre tu autoestima, tu seguridad, tu confianza y se apodera de ti un enorme hueco en la panza que no deja que el diafragma baje para que puedas respirar.
Y te asfiixas, claro.
Pero no mueres.
¿Y por qué no mueres en un "shitty moment"? Ah, pues porque ALGO debes aprender de ti mism@ en ese preciso lapsus brutus. Ni más ni menos.
Y entonces empieza el cuestionamiento. Uno a uno de tus pensamientos debe ir pasando al frente, presentarse, decir su nombre y qué carajos hace en tu cerebro (aparte de atontarte)
Cuando todos hayan pasado lista, deberás evaluar lo que ellos han dicho y ¡atacar!
Deberás atacar cada uno de las cuentas pendientes que tienes contigo mism@. Abordar de frente ese sentimiento mierdoso que únicamente estás pulverizando tu ser, mirarlo fijamente y decirle ¡chao!
Es que no es justo, queridos menos cinco lectores de siempre; no es justo que de por sí nuestro entorno es como es y encima uno le anda cargando fruta a la piñata.
Yo lo confieso: estaba en mis cinco minutos en los que me quise tirar al drama porque mis demonios ya venían por su calaverita. Estaba a punto de mandar todo al cuerno porque literalmente me sentía físicamente impedida siquiera para encender la compu y venir a escupirles esto.
Fueron cinco minutos en los que no supe qué ponerme para ir a una fiesta (pues según yo "nada" me queda) en los que dudé en fumarme o no un cigarrín (cosa que no hice) o tomarme un café (cosa que me puso de peor humor pues ni el café me salió bien) y en los que, neta neta, dije que yo era un desastre.
Y antes de seguirme por el camino del mal consejo, mejor respiré muy hondo y vine a compartírles estas líneas, por si en algún punto de sus felices y perfectas vidas (esa soy yo en mi último minuto "shitty") ocupan unos pensamientos de ánimo, sí se puede.
Comper, queridos. Ya me siento mejor.
Feliz viernes, los quiero!

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