domingo, 20 de marzo de 2022

Mujer profesionista.

 Estoy dando el roll por el Linkedin (la red social pa' godínez en busca de godinato, como yo) y me topé con una opinión que considero bastante desafortunada dado el contexto social que vivimos las mujeres, las mujeres profesionistas, las mujeres que somos madres y profesionistas, las mujeres que somos madres y abogadas, las abogadas:

"La abogada debe ser aquella defensora que brinde esa perspectiva distinta y creativa que caracteriza a la sensibilidad femenina para resolver los conflictos legales"

Fuck!

De acuerdo a esta interesante opinión, las abogadas debemos achicarnos aún más por cuestión de género para perpetuar la idea que se tiene de la mujer: creativa, pacífica, sensiblemente femenina" y tal como una Madre Justicia, dirimir conflictos incluso antes de que estos se presenten.

Dar una perspectiva "distinta y creativa" es renunciar a los principios fundamentales del derecho en aras de cumplir con lo que se espera que hagamos como género, es dejar de pensar en las reales soluciones de justicia para resolver los conflictos legales con "sensibilidad femenina"... Además, ¿qué es la sensibilidad femenina? 

Como si no fuera suficiente la cantidad de obstáculos que se nos presentan para desarrollar nuestras capacidades profesionales frente a la libertad de la que aún goza el género masculino ("nadie te dijo que te convirtieras en madre y pusieras pausa en tu vida profesional", han opinado algunos), ahora entre nuestras mismas congéneres nos limitamos con opiniones que tratan de apelar a nuestra femineidad para destacar como profesionistas y ganarnos el respeto de aquellos a quienes asesoramos y defendemos.

Al final del día también es un tema de cultura y educación social y con dolor reconozco que es difícil destacar en el ámbito corporativo si eres mujer y encima, madre. Los horarios, la disposición de tiempo, el ambiente laboral, ¡los salarios!, el desarrollo laboral per se, el aproach hacia la Alta Dirección precisamente por ser mujer, son temas espinosos en mi día a día. 

Existe una brecha muy grande entre una abogada y un abogado y definitivamente no se ganará terreno haciendo las cosas "como hombre", pero de ninguna manera se podrá avanzar si jugamos la carta de género y la limitamos aún más adoptando actitudes poco científicas al nombrarlas como "femeninas".

¿Y ustedes qué opinan?