domingo, 30 de enero de 2011

After party...

Como si no bastara la úlcera que me ocasionó el organizar la fiesta de mi hijo Mateo, el día de ayer -¡cómo no!- hubo otra francachela para festejar al suegrito.
Los detalles, como siempre, los obviaré para evitar que cambien de página. La cosa es que tanta celebración, tanta "festividá" ha empezado a hacer mella en mi ánimo.
Sí, se que soy sarcástica. Se que empleo el sarcasmo como el único medio viable y pacífico para decir lo que no me gusta o lo que me molesta al minuto.
Pero ahorita vengo cargando con un fardito de insatisfacciones que han revuelto mis ideas como un chivo en cristalería.
Es tanta mi desorientación -algo así como cuando le tusan los bigotes a un gato- que empiezo a dar patadas de ahogado y el ¡resultado es deprimente!
En unos minutos previos, mi descontrol me ha llevado a visitar páginas porno, a consultar mi historial de la universidad, a revisar mi facebuk sólo para descubrir que no tengo veintipico años (y por esa razón me siento como cuando los ñores cambian  de "modelo" como de calcetines) he visto dos veces el mismo capítulo de "The Good wife" y he comenzado a buscar empleo.
Sí, dije bien: he comenzado a buscar empleo.
Este post se llama "After party" y así es como me siento en éstos momentos; como si estos últimos cuatro años hubiese estado en una fiesta contínua. Una de esas fiestas en donde abunda de todo, loca y salvaje.
Y pues ya.
Mi mente dice "basta de parrandear"
Y sorprendentemente mi corazón también le da la razón.

viernes, 28 de enero de 2011

My Generation.

Los "jóvenes de mi edad" provenimos directito de los años ochenta. Nuestros primeros años los vivimos cobijados por el manto paterno del PRI, en su máxima marrullera expresión. No nos acordamos, pero también estuvimos presentes cuando algún ingenuo pretendió defender el peso (¿welter?) con cánido fervor y cual niño héroe chapultepecoso, se enrollo con la bandera de la nacionalización bancaria, para aventarnos a nosotros -jojojo- al vacío económico y (preguntenle a Sasha Montenegro) existencial.
Mis congéneres y yo padecimos el optimismo cultural de los ochenta, con una estulticia medianamente a fuerzas. Es por eso que nos empacamos sin rechistar bodrios como "Rosa Salvaje", "Super Vacaciones" y aquel fenómeno musical americano conocido como "the band aid generation", que -como siempre y como nunca- tuvo su contraparte mexicana con joyas tales como: "Solidaridad", donde en un ejercicio de tolerancia prematuro, Vicente Fernández y los Magneto unieron sus voces para decir "Basta de llamarme así" al fraude electoral del '88.
Pero también fuimos dolientes de lo que yo llamo "La partida de madre más hermosa de la historia".
Explico:
Cuando eramos niños, queríamos ser (si es que eran tan patéticos como yo) como los entonces jóvenes de esa época. Andar en el "Magic Circus", vestir la Flansera moda de los malloncitos con blusones y peinarnos con "Super Punk" los pocos pelos que detentaba nuestra choya. Y lejanamente, en nuestra conciencia se escuchaban temas como el asesinato de Manuel Buendía o la detención de Caro Quintero o que se yo. Los adultos lo eran ¡y mucho! Era imperdonable cuestionar las doctas opiniones de Luis de Alba en su mentadísimo programa "La hora de Luis de Alba", era un sacrilegio pensar en que los adultos siquiera se equivocaban. Ser jóven y con opiniones propias era algo tan inaceptable como que Verónica Castro y Lucía Méndez actuaran juntas.
Y con esa pinche represión crecimos, esperanzados a que cuando llegara nuestro turno, haríamos exáctamente eso que tú haces.
Pero no.
Contados son los ejemplos donde los ahora "adultos" tenemos cancha para expresarnos. Lo que creíamos que era tan cool en la niñez, ha tomado tintes de absurdo y hasta patético y yo no se ustedes pero quiero saber en dónde carajos estamos parados la no generación de los ochentas.
Quiero saber por qué nos dimos por vencidos tan temprano en lugar de reclamar nuestro lugar, que -observenlo- ahora peleamos tanto con los dinosaurios que no han querido extinguirse, como con los babies noventeros ¡y hasta dosmileros! que no se quieren esperar y nos brincan cual borregos dormilones.
¿Cual va a ser nuestro momento histórico? ¿qué es lo que estamos esperando para decir "aquí estamos y esto se hace de esta manera"?
Yo se, yo se dónde estamos: detrás de una computadora pensando que no vale la pena hacer nada, porque todo ya está hecho.

Panza llena.

Hace cosa de dos años me diagnosticaron litiasis vesicular, que no es otra cosa que piedras en la vesícula.
El panorama de ese entonces no era muy alentador y yo escribía "La Gatería" en mi "Diario" de Hi5 por temor a la censura.
Pero lo que quería decir es que en esa época me pusieron en régimen alimenticio. Y el temor a morir me obligó a bajar 10 kilos.
Pasó la cirugía y yo retomé los viejos hábitos. Las Big Mac, tacos al pastor, pozoles, birrias, barbacoas y hasta las picsas fueron cosa de todos los días (pero TODOS)
He llegado al punto de decir "BASTA", mi ropa ya no me queda, mi cutis ya no es lo que era y lo peor es que me han felicitado por mi "estado de buenaesperanza". O sea que estoy gorda. Y no una "gordita feliz", sino una pseudo gorda puesto que lo único que ha aumentado de volumen ha sido mi panza.
No estoy haciendo dieta, estoy tratando de "amar" a mi cuerpo, como bien lo recomienda la gurú de la mujeres deprimidas, la "nunca me verás despeinada" Gaby Vargas; eso y comer sano.
Trato desesperadamente de no sambutirme las cantidades astronómicas de grasa a las que estaba acostumbrada. Pero ¿saben? A menos que el inquilino del penthouse no cambie, la dieta y las buenas intenciones no funcionarán.
Y si mis neurotransmisores no hacen su chamba, terminaré como la versión corregida y aumentada -ya no de Carrie Bradshaw- sino la de Bridget Jones (película que por cierto amo y puedo ver 45987 veces por tele a pesar de haberla comprado hace 4 años)
¿Qué necesito para cambiar?, ¿qué necesito para ser feliz?
Lo mismo que ustedes, gente.
Lo miiiismo que ustedes.
(Sí, eso también)

martes, 25 de enero de 2011

No bling bling tonite.

Debo decir que la suscrita se encuentra triste el día de hoy.
Después de que el nervio y el estrés por la fiesta de Mateo ha pasado, un replanteamiento vital ha tomado por sorpresa a mis neuronitas. Y es como esas voces molestas que no te dejan concentrar en medio de una conversación importante. Son esas piedritas rojas y livianas, pero duras como la ching#~€~@ que se anidan en tu zapato llamado "conciencia"; algo que de repente te duele y no deja que siga la diversión.
No es la primera vez que la alarma suena, pero no será la primera vez -ni la última- que la posponga.
Yo se que no seré jóven y medianamente bonita para siempre; se que el tictac suena impíamente en mi órgano de Corti pero también se que no estoy lista. Y creo que jamás lo estaré.
Me refiero, por supuesto a tener otro baby.
Tener el primero me trajo emociones que creanme, NUNCA olvidaré y si los cánidos experimentos de Pavlov tienen razón, mi respuesta no cambiará algún día.
En fin, por hoy la noche ofrece una vista increíble ¡hay estrellas fugaces! Y dicen que si pides un deseo, tal vez te lo concedan.
Bonsoir, everybody.

viernes, 21 de enero de 2011

El que por su gusto muere...

No se...no quiero pecar de egocéntrica.
Soy una mujer seria, simple y bastante sarcástica. No me gusta tomarme las cosas tan a la ligera y suelo ser bastante indecisa. Me gustaban los gatos hasta hace 3 años, me encanta leer, fumar y ver cine.
Sabrán que aparte de todas estas características, no cuento con el gen de la "divosidad".
Que qué carajos es el gen de la "divosidad", se estarán preguntando todos ustedes; dicho gen es el que hace que las mujeres se procuren un cuerpazo de infarto -ponga usted aquí el nombre de la boluda más picosa de la televisón-, es el gen que provoca que las féminas alteren sus rasgos de raza de bronce en aras de procurarse unos labios angelinoyoliéscos, unos ojos de Lyn May o una nariz como la de Lucía Méndez.
Discúlpenme, damitas, si algo por ahí las ofende, yo a lo que  quiero llegar es que soy cero diva. No me late ponerme pelo falso, pintarmelo de chocolate frambuesoso, no me gusta andar enseñando mis bubis, ni que mis ex cuadríceps se me marquen por obra milagrosa de unos "stilettos". Ni tampoco me pongo el arcoíris en el ojo ni me delineo el labio de negro y lo relleno de rosita...o sea no!
No ando cómoda con ropa pegada, ni escotada, ni con la uña laaaaaarga, ¿ya saben? tipo Niurka...
Hasta hoy...
Cansada de ver que mis observaciones jocosas fueran opacadas por un maquillaje dragcuinesco; aburrida y enfadada de ser intelectualmente subestimada por la poca piel que enseño es que he decidido cambiar.
De ahora en adelante les hablaré de filosofía barata onda Osho, platicaré del resumen semanal de la telenovela y de las políticas partidistas del PRI.
En cuanto al arreglo exterior... debo decir que ya empecé con las uñas y esa es la razón por la cual llevo cuatro horas tratando de escribir La Gatería....(maldíta sea!))
Prometo subir fotos (si es que puedo manejar el touchscreen)













jueves, 20 de enero de 2011

Carta a mi hijo...

Producción: acordes cursis de Chamín Correa, por favor...
Así es mis queridos menos cinco lectores de siempre, el día de hoy mi amadísimo hijo cumple 3 años de su llegada a éste mundo.
No les voy a decir que "parece que fue ayer", que han sido "como tres minutos...bajo el agua", no y no.
El ser mamá efectivamente cambia la vida y a veces, ustedes lo saben, lloro y me doy de topes porque no le encuentro la cuadratura al círculo. Pero el ver la sonrisa de Mateo después de comerse unos terroncillos de tierra, o después de jalarle la cola al gato...es algo que no tiene comparación con nada.
Qué les puedo platicar, cualquier cosa que exprese con palabras será poco comparado con la realidad. Para mi, Mateo es el ser más maravilloso y cool del mundo.
El sábado festejaremos y tal vez echaremos la casa por la venta; mientras tanto, no me recupero de ver tanto movimiento en mi cantón.
El sumum de éste rollo llegó el día de hoy de la mano de un torton dejando su cargamento en el patio trasero, mientras Marmota daba instrucciones al jardinero, al pintor y al electricista...
¡Rayos!
Tendré que hacerme a la idea de que mi estadía en el Edomex será más larga de lo planeado...

domingo, 16 de enero de 2011

ODA AL DIA SABADO

Ayer fue el primer compromiso social en la agenda -apretadísima- de Mateo. La primera del año.
Aquello consistió en que su abnegada madre lo llevara a una fiesta cumpleañera de compañerito de escuela.
Y mientras nos acicalábamos respectivamente, yo me acordé de las veces en que ese mismo procedimiento lo llevaba a cabo en mis salidas sabatinas.
Ya fuera ir al museo, al cine o a una tarde de tequilas en la terraza de un buen amigo, los sábados eran algo muy esperado, ansiado y añorado para mi. Era el premio por cada semana infame en el trabajo.
Qué míticos son los sábados. Son tramposos, diría yo. Nos ofrece una posibilidad -ínfima- de ser o vivir de manera distinta a lo que cotidianamente somos. Aunque casi siempre, la realidad nos devuelve
ya no tan gallitos y ufanos a como empezamos. Pero bueno, qué sería de nuestra existencia sin esos oasis de esparcimiento. Viviríamos en una especie de "comunismo semanal".
Ahora que mis sábados estarán capados por el calendario Mateano, deberé dar nueva perspectiva a lo que los sábados representen.
Puedo decir que lo de ayer no fue tan malo, finalmente la vida es sabia y nos pone en los lugares donde debemos estar (aunque en el ínter nos demos de topes,topes,topes), yo personalmente me divierto en las fiestas infantiles.
Me gusta gorrear la comida, viborear a las comadres chismosas, robarme los dulces de la goodiebag de Matiux y comer pastel. Tal vez ligarse al payaso y coquetear con el padre del festejadito sea la idea de otras mamitas, pero a mi no me gusta la diversión "extrema"...yo creo que por eso de chica nadie me invitaba a sus fiestas.
Blah!

viernes, 14 de enero de 2011

SENSACIONAL DE MECANICOS

No se a ustedes pero a mi, la neta me agrada ir a los talleres mecánicos.
Ya se, están pensando en que me gustan los gañanes, que me chiflen y albureen, ¿verdad?
¿Por qué será que los mecánicos tienen una psicología tan retorcida y a la vez tan fácil de descifrar?
Todo taller que se precie de ser bueno, al menos debe contar con la siguiente indumentaria:
  1. Fotos de chicas pechugonas promocionando aceites, mangueras, llantas, carburadores, etc. Parece que entre más piel enseñan, mejor es el producto.
  2. Un perro de raza peleonera y bravucona, amarrado con una cadena de grueso calibre. Ladra a la menor provocación, pero en cuanto le cierras el ojito cae redondito a lamerte la mano.
  3. Los mecánicos deben tener apodos como "El chinto", "El uyuyuy", "El chaquetas". Entre más elaborado y con alta conotación setsual el apodo, mayor es la jerarquía del apodado.
  4. Altar dedicado a la Virgencita del Tepeyac y/o Santa Muerte. Amén de colguijos, amuletos, atreapasueños, herraduras con ajo y el infaltable "San Judas", santo patrono de todos los mofleros.
  5. Grasa, grasa y más grasa. Una Tina con agua, un gato hidráulico y harta imaginación para sorrajar diagnósticos como si se tratara de pacientes de verdad: "Uy no jefa, es que la manguera de la carburación está dañando el lotus de su chasis"....What the fuck...!!!

Casi siempre, si no es que la mayoría de las veces, las mujeres irritamos a los mecánicos. A pesar de tener su taller tapizado de "mamacitas", los mecas son bastante desconfiados de nuestro género aunque nosotras seamos las mayores proveedoras de trabajo para ellos. Es cosa cierta que a ningún mecánico le agrada la idea de que una mujercita sola llegue a su taller y le exija -por favor- que le arregle las terminales de la batería y le cambie el aceite. Tal pecado es pagado con un mutismo castrante, con unos ojos de asesino de perros y con un precio final elevadísimo.
Pero cuando te ganas su respeto, un mecánico se convierte en psicólogo, cocinero y hasta nana de los hijos.
Por eso, mujercitas, piérdanles el miedo a sus mecas, el resultado será gratificante. Eso sí, les recomiendo no llevar ni tacones ni minifalda porque podrán ganarse a uno, pero no a toda la jauría que les acompaña.
Feliz fin de semana.

jueves, 13 de enero de 2011

Esta es la fiesta de mi cumpleaños y los voy a tratar a todos como mis esclavos...

Cuando era chica, mis mejores recuerdos los asocio con mis fiestas de cumpleaños.
Y los peores también.
Proveniente de una familia oaxaqueña, la historia nos cuenta que mis jolgorios personales tenían conotaciones bacanas, donde la matanza de guajolotes, pollos y otros animalitos de la creación era el común de esas fiestas, amén del mole, el mezcal o sepa la fregada qué aguarraces daban en aquel tiempo.
Por eso es que también le guardo reserva a esos recuerdos, poooorque la cantidad de gente en estado inconveniente era alarmante, razón por la cual yo prefería que mejor ni me celebraran.
Ya para cuando nos mudamos a la civilización, mis fiestas fueron siempre en "petit comitte", con mis amiguitas del edificio y una que otra compañerita de la escuela,  en las cuales los pasteles caseros hechos en olla express y el atole "Maicena" engalanaban la mesa.
Ahora que el Mateous va a cumplir años, el fantasma de todos los conejos muertos ronda por mi mente, donde aún no decido si hacerle algo muy muy costoso, onda las fiestas de las artistas (cualquier cosa que eso signifique) o por el contrario, algo muy muy sencillo (con pastel de olla express y atole de masa)
Ya pues, la verdad es que muero de nervios por su fiesta pero en realidad estoy muy sentimental porque Mateo cumple ya TRES años!!
Dioooos!!! es una edad importante y poco a poco sus facciones y actitudes de bebé van dando paso a su carácter vandálico y peleonero que yo se, me sacarán todos los albos folículos pilosos.
En fin, mientras llega el día seguiré preguntándole que quién es mi ratita bebé.
Y el día en que no me conteste que él...espero tener muchas arruguitas en la frente y cero dientes.
Snifff.

domingo, 9 de enero de 2011

Mis "EX's"

¡Quieeeeeetos Nerones, quieeeeetos!
En ésta ocasión no se tratará de inflar o patear egos de los amores que tuve en el pasado.
Quiero hablarles de mis ex's, pero ex empleadas (ufffff!) y lo quiero hacer por la sencilla razón de que ya estoy hasta el copete de coleccionar ex empleadas como si se tratara de corcholatas o premios de cereal.
En primer lugar, quiero curarme en salud al vitorearme como la buena jefa que soy, ya que a pesar de que ya no están conmigo, las chicas no pueden quejarse por mi mal comportamiento o un nivel tóxico de manchadez.
En segundo lugar, quiero dar un panorama de lo que busco en una empleada:
  1. Que sepa leer y escribir.
  2. Que sepa diferenciar la ropa de hombre y de mujer.
  3. Que sepa sumar y restar.
  4. Que al menos conozca un poco de make up y de sentido de la moda (wtf!)
Dicho lo anterior, quiero platicarles que en dos años que llevo alejada de las pasarelas legales (en realidad llevo más años, sólo que no cuento el tiempo que estuve dedicada al Recurso Humano) he tenido...pfffff... 22 empleadas...Y CONTANDO!
No lo entiendo.
Y quiero decir también que cada separación, cada despido o cada abandono que he vivído, me ha dejado peor de marcada que los ex novios. En serio, a cada una le he tenido que guardar su luto respectivo porque yo en verdad me encariño con ellas. Y suena bobo pero siempre termino con el corazón roto. La decepción de darme cuenta que la mayoría de las veces, la gente no quiere trabajar.
Digo, no es tan difícil lo que pido, entonces ¿por qué no quieren cooperar, ponerse la camiseta si es para su recochino beneficio también?
Generalizo, pero ps si, unas que otras sí se han ido por razones que aquí me guardo bien y otras por ser borrachas, flojas, ineptas y en el peor de los casos: ladronzuelas.
Ni modo Eli y Yanneth, a ustedes les tocó la etapa de la jefa bossy.
Eso sí, han salido re buenas para las ventas.
Como alguien me dijo por ahí: tough love, pero se irán de lado con la lana que cobren.
(Esa mancha en el piiiiiiiiiiso!!!)

viernes, 7 de enero de 2011

Era del signo Libraaaaaa...

Jajajaja! Perdón por el título. Hace referencia a una hórrida canción que el grupo del mismo nombre berreaba, allá por los 1994's. ¿Cómo es que la se? se preguntan ustedes, queridos -5 lectores. Resulta que siempre he sido irresistible para el sexo opuesto. Mi arrasadora personalidad me ha permitido conocer las mieles del amor desde una edad muy temprana y a mis tiernos 13 años, tuve a mi primer acosador (si, dije "primer"...pasarían unos cuantos añejos para que aquello fuera cosa común para mi)
Como les decía, mi mini stalker era un chico llamado Allen. Y recuerdo perfectamente que mi pesadilla comenzó cuando tuve la desgracia de que me sentaran delante de él. Yo, por amable, comencé a hacerle plática y con ello firmé la sentencia de mi muerte social escolar.
No pasaba un sólo día en el que no me regalara cartitas, tarjetitas, demostraciones de afecto públicas. También consiguió el número de mi casa y !me hablaba diario!, sólo para preguntarme "¿cómo estás, qué comiste, ya hiciste la tarea?"
En varias ocasiones hablaba y colgaba. Pero con lo que sí no tuvo madre fue la vez que, en la llamada anónima habitual, puso una canción que quisiera o no, tenía muchísimo que ver conmigo. La letra era la siguiente:

La conoci en la plaza,
ayer por la mañana,
yo vendo recuerditos..
para las parejas que por ahi iban...
era como una diosa,
y yo tan poca cosa,
que se puede esperar.
de alguien que se conforma con lo que le dan...
pidio una medallita,
con el signo de libra,
y yo queriendo que ella se fijara en mi,
pues se la regale...
se ve bien en su pecho,
le dije sin derecho,
por que se fue enojada,
y no me dijo nada
creo ke la regue...
era del signo libra,
la que yo quise ayer,
y si cualquiera sin querer la mira,
diganle que ayer yo me quede llorando..
pues entre la basura,
la medalla mire...

¡¡¡Háganme el reching...favor de siempre!!!
Y claro que tenía que ver conmigo, no porque me sintiera una diosa o porque lo despreciara tan gacho (ehmm...) sino porque, para mi desgracia, yo soy del signo Libra.
Damn! ante tan buen argumento, mi mamá -que fue la que contestó- no tuvo otra que pasarme la bocina y decir: "es para ti"...
Así que, ahora que empieza el año y me toma por sorpresa mi propia cursilería al consultar el horóscopo anual, siempre SIEMPRE siempre me acuerdo del bendito Allen y su "brillante" idea de ligarme con esa rola.
P.D. Finalmente sucumbí a sus encantos y ahora formamos una hermosa familia...
JAJAJAJA!!!   NOT!!

lunes, 3 de enero de 2011

Regalos fallidos.

La historia medio la saben: Casi armo un desgarriate por haber recibido un perfume que no es, ni por asomo, de mi agrado.
Todos hemos recibido alguna vez -y para muchos es común denominador- un regalo inesperadamente horrible; los intercambios de regalos son molestos cuando los intercambiantes no fijan las reglas del acto, lo cual da pie a mucha anarquía y el resultado siempre es una latente y grupal frustración.
Entonces ¿por qué carajos seguimos empeñados en perpetuar dicho ritual? ¿qué vena masoquista es la que nos impulsa a levantar la mano en el momento que alguien dice las sepulcrales palabras: "hagamos un intercambio de regalos, quién se apunta"?
La mayoría de nosotros -o por lo menos la mayoría de ustedes, queridos menos cinco lectores de siempre- hemos transitado por una buena cantidad de situaciones que nos han expuesto a un intercambio: en la escuela, en el trabajo y en la familia. Y cada uno de esos núcleos tiene sus asegúnes a la hora del cambalache.
El trueque en la escuela, podríamos decir, es el menos peligroso ya que el rango de edad y pauperismo es símil entre todos los escolapios. No puedes molestarte con tu cuate que te regaló una "Munt blanc" de a diez varos mercada en el Metro Hidalgo si tu sorrajaste una cartera del américa (las minúsculas son intencionales).
El intercambio en la oficina es... peliagudo. Puede ser la oportunidad perfecta para vengarte del colega que te procura tus dosis diarias de mobbing o, por el contrario, la ocasión perfecta para quedar bien con Conchita de Recursos Humanos. El tema es cuando tu regalo es para el Jefe. Dios, creanme que nada es tan incómodo como regalar de manera secreta al Jefe porque tu regalo siempre estará envuelto de segundas intenciones para todos los colegas y explico:
  • Si el regalo excede el presupuesto fijado: eres un lamebotas.
  • Si, por el contrario, es bastante modesto: quiere causar lástima para pedir -y recibir- un aumento.
Y bueeeeno, por último tenemos al intercambio familiar. Como su nombre lo indica, esta transacción se efectúa con miembros de tu mismo clan, tribu, horda, etc. Son SUPUESTAMENTE las personas que mejor te conocen.
Pero nop, como dice el slogan: Para darte en la madre, nadie como tu familia y el intercambio no es la excepción.
Cuando se trata de tu familia primaria, la cosa suele ser bastante pareja porque, se quiera o no, la convivencia diaria crea inconcientemente un ligero sentido del gusto ajeno.
La bronca viene cuando el círculo se amplía y el canje toma carices altamente peligrosos.
Si se trata de familia que sólo se ve en fiestas y funerales, el resultado será un completo desastre. O no me digan que la Tía Abuela Eduwiges sabrá siquiera que a ti lo que te late es el bondage en lugar de tejer carpetitas.
O ¡peor! te toca recibir del tío político pervertido (un momento...eso sonó extraño) y el obsequio es tal que un silencio incómodo enrarece el ambiente....eww!
Como sea, los intercambios apestan y a menos que sea de algo específico (como el originalísimo interchange de tangas "para ese momento" que se dan entre amigas solteronas) dar y recibir basura sólo contribuye al deterioro de las relaciones personales y en muchos casos, despiertan instintos homicidas.
Eso sí, nada supera el regalo que yo recibí éste fin de año.
Pero esa, parafraseando a cierta banquera nana, es otra historia.