A petición del respetable:
Hoy viernes es un día muy especial para nosotros los abogados; no sólo por ser "nuestro día", ni porque los Tribunales salen de vacaciones y con ellos, nosotros también (así es, señora Chucha: en dos semanas no podrá marcarme al celular las veces que se le pegue la gana, preguntándome lo mismo de siempre.), sino porque es el día en el que el .1% de la población en general puede reventarse a gusto en la cantina, sin pretender que se está "en una junta muy importante con el cliente" o ¡peor!, en una "audiencia" (ajá, a las dos de la mañana, ¿no?)
Hoy viernes es un día muy especial para nosotros los abogados; no sólo por ser "nuestro día", ni porque los Tribunales salen de vacaciones y con ellos, nosotros también (así es, señora Chucha: en dos semanas no podrá marcarme al celular las veces que se le pegue la gana, preguntándome lo mismo de siempre.), sino porque es el día en el que el .1% de la población en general puede reventarse a gusto en la cantina, sin pretender que se está "en una junta muy importante con el cliente" o ¡peor!, en una "audiencia" (ajá, a las dos de la mañana, ¿no?)
...
¡ESPEREN! ¡Pero si eso es cosa de todos los días!
No es cierto, colegas. La verdad es que alrededor de nuestra profesión existen muchísimas leyendas urbanas, chistes y malos entendidos. Al abogado se le considera una especie de "mal necesario", cuando en realidad la sociedad debería reflexionar sobre lo útil que resultamos a la hora de componerles la existencia. Y es como en todo: naces, creces, conoces y respetas las leyes (tanto jurídicas como las de la vida), te reproduces (o no) y mueres (¿o no?). A ver, ¿en qué momento dije: "naces, creces, te reproduces, abandonas a tus hijos, te demandan pensión alimenticia, te niegas a proporcionarla, te denuncian por abandono de menor (o lo que resulte), te meten al bote, llamas a tu mamá, tu mamá me llama a las cinco de la mañana para que te vaya a sacar del bote, prometes hacer todo lo que te digo, sales del bote, no me pagas y ¡encimas dices que soy un "canguro", por ser una ratota de (aquí alzas tu brazo derecho hasta sobrepasar tu propia estatura) "este tamaño""...? O sea, no.
Quienes elegimos ésta carrera de antemano sabíamos que cabía la posibilidad de hacerlo por amor al arte, por el puro y llano deseo de "acabar con las injusticias" (cualquier cosa que eso signifique), por escalar una posición política y/o económica o por que "las matemáticas no se me dan".
Como haya sido lo cierto es que -unos más y otros menos- nos pusimos a las ordenes de esa fuerza oscura llamada "justicia" y, como en cualquier trama de espionaje, super héroes o ficheras, a veces eres el "héroe", el "villano" o "la guapa de dudosa reputación por conseguir sentencias favorables a través de una vasta experiencia en juicios ...orales".
Y miren, sin afán de sonar a queja o sha la lá, la verdad es que TODOS (si, también ustedes, queridos menos cinco lectores jurisconsultantes de siempre) en algún punto de su vida han necesitado o necesitarán a un abogado. Que lo hagan en términos felices o desagradables será su responsabilidad o su suerte.
Sólo les pido que antes de despotricar contra el gremio recuerden que: nosotros NO los metimos en ese brete, que no esperen a que trabajemos gratis pues ustedes no se meten a un restaurante y esperan a que les regalen la comida, que efectivamente queremos estar en contacto con ustedes pero que ello no significa que nos hablen el sábado a las diez de la noche "para ver como va mi asunto" y que sin dudarlo, haremos lo que esté en nuestras manos para que ustedes puedan recuperar la paz y la digestión en sus vidas.
De lo demás, dejemos que se ocupe la justicia divina, que si bien es "más tardada", lo cierto es que de esa nadie escapa.
Y si aún penden sobre nuestras cabezas ideas macabras acerca de nuestro oficio, déjenme aclararles que al final del día los abogados siempre estamos con la duda sobre si hicimos lo "justo" y lo "correcto".
Pero para ello, nada mejor que éste galimatías, que es la base de nuestro sistema jurídico nacional (y si no lo es, pues ¡debería!):
"Se encuentran dos abogados en la entrada de un Hotel y se dan cuenta que cada
uno anda con la mujer del otro...
Pasada la incomodidad inicial,
uno le dice al otro en tono algo solemne y con cuidada dignidad:
'Estimado colega, creo que lo correcto sería que mi mujer venga conmigo a mi coche y que
su mujer se vaya con Ud. a su coche.'
El otro le respondió:
-'Coincido en líneas generales con su planteamiento, querido colega.
Quizás eso sería lo correcto, pero no estoy seguro que sea lo justo...........
Por que ustedes están saliendo del Hotel y nosotros vamos llegando!!!!"
uno anda con la mujer del otro...
Pasada la incomodidad inicial,
uno le dice al otro en tono algo solemne y con cuidada dignidad:
'Estimado colega, creo que lo correcto sería que mi mujer venga conmigo a mi coche y que
su mujer se vaya con Ud. a su coche.'
El otro le respondió:
-'Coincido en líneas generales con su planteamiento, querido colega.
Quizás eso sería lo correcto, pero no estoy seguro que sea lo justo...........
Por que ustedes están saliendo del Hotel y nosotros vamos llegando!!!!"
¡FELIZ DIA, COLEGAS!
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