martes, 24 de diciembre de 2013

Yingol bels

¿Saben? Hoy pasé gran parte de mi día buscando un lugar de estacionamiento, un espacio para poder pasar entre dos tráilers, un kilo de buenas pechugas, mi identidad debajo de capas de cebolla, un balón de la champions league y esos años despreocupados que se han ido escurriendo poco a poco, sin saber a bien a dónde han ido a parar.
Gracias a la máxima deidad existente por mi poca tolerancia al alcohol,  pues con pensamientos tan funestos, no me extrañaría terminar pidiendo posada en La Europea más cercana, exigiendo mi "panalito" (Poca tolerancia pero chequen lo bien que les manejo el argot etilico, eh? Ahí nomás! ).
Pienso que en realidad, a mi no me gusta la Navidad...
O sea, ese ritual post moderno que nos empeñamos en llamar navidad.
Para empezar,  ponerse de acuerdo sobre cómo, dónde y con quién celebraremos dicha fecha ya es señal del suplicio que será el resto de la festividad. Los que estamos emparejados generalmente nos echamos un  volado para sortear el 24 y el 31 de diciembre.
Empiezan las negociaciones desde abril: "Ay Ruperta, me choca ir a tu casa en Nochebuena, tu papá siempre me echa de habladas... Pues tú que te dejas... No, pues si..." Y bueno, ya decidida la sede, pareciera que lo siguiente en la lista es buscar la Sidra Santa Clós para brindar, aunque sea nomás de puro pretexto, pues quiero ver a algún borrachín que se respete, sostener con orgullo su vaso de unicel con fondo rosita y pararse a arrullar al niño. ¡Jamás!
Ya con sidra en la mano, trépense todos al vocho y a manejar durante cinco horas para trasladarse de Coyoacán a Iztapalapa, mientras todos cantan villancicos clásicos del tipo "Que triste se ve mi arbolito, el heno que cuelga son lagrimas tristes y llora porque tu te fuiste y juntos lloramos nuestra soledad" o ... (Jajaja, estoy gugleando "canciones tristes de navidad" y el buscador -bien lindo- me sugiere "depresión,  terapias, grupos de auto ayuda..." Ternura!) "Por esa y muchas cosas más, etc..."
Fuck!
Ya todo el repertorio navideño nos hemos chutado, ya estamos asándonos con nuestros sueteres de lana, la mitad de la cena ha sido engullida y por fin, hemos llegado a Belén... ¿Qué sigue? ¡Arrullemos al niño! Pero al Matius, que seguramente a estas horas ya andará todo hiper, buscando en qué gastar su energía malsana, no le hace que lo amenacemos con que "Santa" no le traerá nada si se porta mal (Y ni se porta bien, la mera verdad. Lo que sucede es que su padre y yo no nos pusimos de acuerdo y ps mejor que reciba una beca para estudiar a las marmotas en su hábitat natural. #PosMeSalto)
Ok, respiremos...
Aun falta el abrazo, el intercambio de regalos,  la cena... esto va demasiado rápido y para cuando me quieran dar cuenta, estaré otra vez formada en una fila interminable de "abrazables", diciendo cosas que -irónicamente- la logística de la fecha me ha impedido sentir.
Y entonces vendrá esa sensación inexplicable en el estómago,  ese nudo en la garganta, esas lagrimas que se me salieron el sábado,  al darme cuenta que el Mustang que Santa le trajo al Matius hace dos navidades (y que estuvo arrumbado pues "no tenemos tiempo, cielito... Hoy no, chiquito...Pesa mucho, cuando venga papi, ¿si?) ha dejado de quedarle...
Cielos, la vida se evapora rápidamente, rápidamente. Y pareciera que uno la ve pasar mientras se encuentra formado en una fila interminable de turnos que no llevan a nada, pensando que allí sí se encuentra la felicidad. 
Por eso no entiendo la Navidad.
Al menos, no la de este año...

No les puedo mentir, esta vez no hay "Pero hay que ver el lado feliz...", #LoSientoMiAmor.
Sólo les deseo paz espiritual y muchos regalos de amor.
Feliz Navidad, queriditos...



2 comentarios:

Irene Díaz dijo...

Definitivamente, creo que es la edad (eso, o estamos madurando, por no decir "estamos envejeciendo") pero éste año, yo me siento exactamente igual. Lo siento, pero no encuentro el espíritu navideño por ningún lado. (u.u)

Irene Díaz dijo...

Definitivamente, creo que es la edad (eso, o estamos madurando, por no decir "estamos envejeciendo") pero éste año, yo me siento exactamente igual. Lo siento, pero no encuentro el espíritu navideño por ningún lado. (u.u)