viernes, 26 de febrero de 2016

BACK TO BUSINESS, BABY...

Pues aquí me tienen de nuevo…

Después de las zarandeadas que me han puesto la vida, el zodiaco chino y las mañanas en el Metro, por fin puedo robarme dos minutos para ponerme al día y a la vanguardia en este espacio consagrado al zen, a la reflexión y al chisme cachetón.

¡Por fin me contrataron!

Y todo, todo, todo (tout, tout, tout!) ha sido una pachanga.

Para empezar, hacerme a la idea de que mis mañanas comienzan a las cinco de la ídem y con una pila de culpas repartidas en los diferentes departamentos del área de Maternidad: que si Mateo no lleva bien su exposición de Speaking; que si Alondrita está llorando porque no quiere que me vaya y la deje sin su titi; que si Marmota tiene jet lag por no ir a sus sesiones maratónicas del gym, que si esto 
y que si lo otro. Pura y absoluta culpa, digerida sin cafeína.

Pero bueno, ¿quién ha dicho que esto es fácil?

Dejar el estatus de stay at home mom y convertirme en toda una working girl tuvo su chiste, pues a pesar de mis constantes quejas al gremio, ser mamá es lo máximo para mí. Ver crecer día a día, minuto a minuto a mis pillos me da una sensación de seguridad y satisfacción que ni el mejor escritorio en la mejor oficina de la ciudad puede dar PERO, estoy contenta de experimentar una nueva etapa y de ver de qué madera estoy hecha (mientras no sea tzompantli).
Ya iré desmenuzando poco a poco mis cuitas, ya estarán leyendo mis menos cinco trabajosos lectores de siempre de mis aventuras con los codazos en el Metro, las tortas de tamal y la godineada.
Estoy segura que de aquí en adelante todo será mejor.
Es eso o vivir para siempre con la duda de “¿Qué hubiera pasado si…?”
Y tal cosa, queriditos, es un riesgo que no pretendo correr.
¡Arre!


  


viernes, 12 de febrero de 2016

MIENTRAS TANTO...

En estos días en los que he visitado algunas oficinas de reclutamiento me he regodeado con la manera en la que están "personalizadas" y lo que gritan algunas de ellas acerca de sus ocupantes.
Por ejemplo, en una oficina había una cantidad sofocante de plantas denominadas "Teléfono" y en verdad aquello parecía una jungla. Es más, había hasta un atomizador para -seguramente- regarlas y que desprendan de cuando en cuando un tufo verdoso que indudablemente hará adormecer a más de un candidato (como finalmente me sucedió... fue eso y no el hecho de encontrarme realizando un exámen psicométrico sin pies ni cabeza, una suerte de mezcla de Moss, eneagrama y el clásico chismógrafo ochentero).
En otra oficina había muchos souvenirs de viajes por el mundo. Una joya.
¿Qué dice esa decoración de sus ocupantes? ¿Soy un viajero? Nahhhh, más bien un pretencioso que no se distinguir que todos mis "recuerditos" están hechos ¡en China! Así que ¿para qué tomarse la molestia de viajar a tanto lugar cuando puedes hacer tus pedidos vía Amazon?
Y no lo digo por encontrarme ardida ante la falta de perspectiva de viajar (o de dinero), noooo, para nada. Más bien por experiencia, pues recuerdo que mi hermano me trajo mucha parafernalia de Nueva York y en realidad todo venía marcado con el famoso "Made in China". El horror.
Pero bueno, hubo otra oficina en la que el eclecticismo era lo suyo y quiero suponer que aquello era por ser una oficina compartida. Ante esa perspectiva, ni modo, convive el póster del "Místico" que algún RP despistado puso por allí, junto a los tópers de Goyita y el pisapapeles con el logo de la compañía.
Claro que recuerdo cómo lucía mi pequeña oficina cuando trabajaba... era una afrenta a la madurez y al buen gusto pero a mi me hacía muy feliz: Post-its de todos los colores, formas y tamaños habidos y por haber, un portalápices de Snoopy atiborrado de... ehm... ¿lápices?, unas letras de madera formando mi nombre, una sillita para mi celular en forma de gato, un sujetanotas en forma de gato, cajas de cartón estampadas, un bambú, clips de colores...ufff. ¡Quién sabe lo que opinaría de mi la gente que conoció ese lugar!... (¿Que era una ridícula?)

Mi favorita fue una oficina con muchísimos libros. Y gastaditos, nada de nuevos.
Una oficina con el suficiente contenido de Post-its, la suficiente cantidad de lápices, un moderado sentido de calidez y ¡esos libros! ...
Ojalá sea una señal... ojalá me quede allí.
Feliz Viernes, queridos menos cinco lectores de siempre; aprovechen este post para re considerar su oficina y quitar de una vez esa espantosa Torre Eiffel de metal que, neta, ni viene de París...


viernes, 5 de febrero de 2016

MEDIDAS URGENTES

Sí, escribí mi panfleto maternalista y enseguida desaparecí una semana... no fue así.
Justo cuando comenzaba una semana igual a las anteriores, en mi apacible vida aparecieron muchas incógnitas y problemas reales.
Lo que parecía el eco lejano de una multitud clamando justicia, paz, igualdad, ecología, reformas eficaces, consuelo, ingresos, soluciones, se convirtió en una alarma que sonó inclemente en mis oídos: "Tenemos problemas de dinero."
Siempre los ha habido, ¿cierto?, bueno, quizás esta vez es peor.
Así que me bajé de la nube en la que andaba y comencé a preocuparme seriamente del panorama tan desolador que ahora se abría ante mis ojos: dudas, deudas y decisiones.
Las más inmediatas eran las más dolorosas: pedir prestado, sacar al niño del colegio, vivir en una cueva, vender un riñón... en serio, nada es más incierto que el no saber en dónde has estado parada tanto tiempo, creyendo que vivías en la burbuja del "a mi no me pasa".
Lo que siguió fue aún más extremo, después de ocho años dedicada a mi kínder particular ahora debía enfrentarme a la actualización de mi currículum vitae... ¿en qué parte de "Habilidades" cabe "se diferenciar perfectamente un moco transparente de catarro de uno verde infeccioso", o "escribo muy bonito"?
Fuck!
Después de aplicar todos mis conocimientos (gulp) como la reclutadora que alguna vez fui, me quedaba claro que mis posibilidades de encontrar trabajo eran bastante bajitas; en arranques de desesperación juraba que si fuera yo quien leyera ese ridículum vitae jamás lo consideraría, era atroz, era...viejo. Cielos, vaya que escuchaba la voz de mis padres en cinco idiomas diciendo "We told youuuu/Nous vous avertis/Wir haben dich gewarnt/Te lo dijimos"... (ok, solo fueron cuatro porque el italiano está vetado de mi vida).
En este punto la desesperación iba ganando terreno pero no contaba con las (otras) sabias palabras de mi papá que rezan así: "cuida tus relaciones que ellas cuidaránn de ti". Gracias, Miguel, por ponerme en la órbita (y en la mira) de los reclutadores: estoy dentro de un proceso de selección.
Esta parte la llamo: "Lo que dices puede volverse realidad". No, no me han dado (aún) el trabajo, es solo que justo la semana pasada (la misma que no hubo post) me encontraba tranquilamente preparándome para asistir a una junta escolar y preparando al Matius para su examen semestral de matemáticas cuando un correo llegó de repente: tenía que presentarme al día siguiente -exáctamente a la hora de la junta escolar, por cierto- a la primer entrevista con el outsourcing... say what? Ni siquiera tengo un traje sastre por si las "por sis".
Jueves, día de la cita.
Por la mañana Mateo despierta diciendo que se siente mal de la panza (¡noooo, maldíto sea mi control obsesivo para sus estudios!), necesita presentar su exámen, necesito ir a esa entrevista, necesito que alguien cuide a Alondra, necesito un café bien cargado... y un traje sastre decente.
¿Nombre? Dana J...S... ¿Edad? Treintaytantos...¿Sexo? ¿Es en serio?
Mi primera entrevista en años...wow. Tuve los nervios crispados la mayor parte de ella y cuando quise hacer un chiste para aligerar el momento solo recibí un "ajá"...
Pensé: "Esto lo voy a publicar mañana viernes en el blog; las personas (mis menos cinco reclutados lectores de siempre) deben saber que es difícil hacerse un hueco en el mundo laboral, hay que tener actualizado SIEMPRE el currículum vitae, hay que perseguir los sueños hay que....¿ir a urgencias de Pediatría?"
Sip, justo en el momento en el que pensaba que ya nada iba a pasar, mi pequeña Papita y yo corríamos a urgencias con el alma en un hilo... ¿y aún así estoy pensando en regresar a trabajar?

EN RESUMEN:
Por si se lo estaban preguntando: no, no era mi ideal regresar a trabajar de manera "formal"
Razones: mis hijos son en verdad mi prioridad, mi verdadero trabajo, a lo único que para mi vale la pena dedicarse.
¿La necesidad económica es alta?: En el futuro inmediato, sí (y más como va fluctuando el dolar...¡es en serio, Andrea Legarreta!)
¿Ya me contrataron?: ...

***

Estoy esperando el veredicto final.
Y muero de miedo, en verdad.