sábado, 24 de noviembre de 2012

SÁAAAABADO!!

Cuando tenía como trece años y mi vida social se reducía a las tardeadas mega ufff que organizaba la ESANS, la llegada del sábado en lugar de emocionarme...me deprimía (síiii, siempre he sido una maldita depresiiiiivaaaa...¿apenas se están dando cuentaaaaaa? ... perdón, a últimas fechas a lo depresiva agreguémosle: bipolar)
Y es que, o sea, así como me leen: toda linda, chula, pechocha, atrevida, sensual y mujer de mundo... la neta a los trece años (y unos cuantos lustrillos más) era la más luser del mundo mundiaaaaal.
Razón por la cual pues no sabía cómo convivir en sociedad, léase: la temida sesesesecuuuun... ¡Ándale!
Miren, no me voy a poner a desmenuzar los tres infernales años que viví en la secun porque ps no, dónde quedaría mi objetividad periodística (y los millones que he invertido en terapia). Simplemente les paso al costo que los sábados por la tarde, lo único que había por hacer era mirar la vida pasar bajo la ventana de mi cuarto en el último piso del edificio MÁS bonito de la Avenida Insurgentes, acá en la Ciudad de México. (TAN bonito que hubo una época en la que fingí vivir en otra parte, so temor de que notaran la cortinilla a 
punto de caer sobre el transeúnte más afortunado, piuj!)

Así que mientras sentía que mi vida no valía ni un viejo peso, había chicas que vivían en una unidad habitacional y que eran afortunadas por el hecho de que la convivencia entre seres de su misma especie (o sea, adolescentes hormonosos y por lo tanto, interesantes) se debía a la falta de espacio por metro cuadrado multiplicado por el número de veces que se topaban de frente en las escaleras de su edificio, más la suma de sus respectivos catetos.
Y yo, viviéndo en un edificio viejísimo donde el único "adolescente" era el hijo cuarentón de la portera, que se comportaba como si aún fueran los 80's, tsss, o sea, jeloooou!!
Pero bueeeeeeeeeno, muy dentro de mi amargura adolescente, sabía que no siempre sería así. Que llegaría el momento en el que el mundo -y especialmente el género masculino, sector "sabrosón": motociclistas de mata larga y barba de candado- conocerían de mi existencia y, arrepintiéndose de todos sus mundanos pecados dirían: "¿Dónde estuviste todo este tiempo?... Ay weeeeey!!
Sí, sabía que ese patito feo que se exprimía espinillas frente a su espejo y que se malviajaba porque no la dejaban salir los sábados, algún día daría el salto y se plantaría en las mejores pistas de baile, en las mejores discotecqs (esteeem, si, aunque ya no eran los 80's, el término "antro" aún no terminaba de cuajar)
Así que sólo era cuestión de tiempo para que llegaran esos sabados emocionantísimos, repletos de diversión y buena onda. En el culmen de mi malviajadez me veía a mi misma como en una película de corte adolescente, donde la cámara enfocaba a mi grupo de amigas riéndo y maquillándonos frente al espejo, mientras los galanes nos esperaban afuera de mi casa, listos para llevarnos a "la disco" y bailar "What is love" o "The rhythm of the night". ¡Mega Bien!
Sí, sólo era cuestión de tiempo...

Pues bien, ese tiempo YA pasó y ¿qué creen? 
Que naaaaaaada de eso se hizo realidad.
Descubrí que vivir en una "unidad" no era TAN padre ni TAN conveniente, pues al final -y si encajabas en el grupito- terminabas por probar las babas de cuanto sujeto INTRASCENDEEEENTE se atravesaba en el camino (¿me estás leyendo "Freddy"?) y que de todas maneras, mi mamá ni me dejaba salir tampoco. O sea que mi destino como "party animal"... niet, cancelado. También descubrí que no era tan padre eso de que las amigas se arreglaran juntas, pues había algunas francamente peor de lusers que yo y era de hueeeeeva escuchar sus "¿a pocos si?, ¡no manches!" a la menor provocación. Amén de que usaban mis cosméticos REVLON que en esa época eran muy importantes para mi. Pfff!
Nop, no era cuestión de tiempo, ni de permisos, ni de castigos o de tener al galán más picudo para salir a bailar. 
Porque cuando tuve oportunidad para reventarme así, bien machín, ya tenía 25 años (uy, qué vieja!); trabajaba, me mantenía, viajaba y mis "noches de reventón" las viví en un antro queretáno llamado "Margarita Blue" donde -literalmente- terminaba hasta las manitas (e irónicamente, también bailaba "What is love? baby don't hurt me, don't hurt me... no more!) pero con una sensación de vacío TAN inmensa, que decidí cortar por lo sano... Eso y una intervención que sufrí por parte de mi familia que estaba hasta el gorro de que, por las madrugadas, llamara para decirles que los quería mushooooo...¡hic!
Y ahí fue donde por fin caí en la cuenta de que el reventón sabatino que yo ansiaba con ansias jarochas (sepa la madre cuales sean esas pero  ¿a poco no suena bien chido?) era solo un espejismo bieeeeen sobrevaluado, pues lo mío -lo supe después- siempre ha sido el rollo tranquilón, culturalón, medio boho pero rélax, ¿captan?

Y si a estas alturas de la lectura se siguen preguntándo por qué CARAMBAS La Gatería ha salido en sábado, les comunico que ... cof, cof, cof, ... sigo siendo la misma adolescente espinillosa que prefiere quedarse en casa a leer, ver películas viejas y cenar con sus papás a andar arriesgando el físico (y éste cuerpecito chulo, pa qué más que la verdá, ¿verdá?) en lugarejos de mala muerte.
Sí, no "desniego" que no me agrade el baile, el "eh, eh, eh", el cantar "procura coquetearme máaaaasyasísabrásloqueteperderaaa-aaás" y echarle el ojo a uno que otro guapito que pase por mi mesa PERO, pero, pero, pero... la neta no es lo mío. A mi dénme un sillón cómodo, mi almohada que tengo desde los 13 años, unos pastelitos y unas papas con chile, mi cocota y un libro o una película francesa.
Con eso (y una niñera de confianza), ya me tienen el sábado por la noche en su casa.
Tal y como es en éste caso.

YA SE QUE NO LEERÁN ESTO HASTA EL LUNES O CUANDO SE LES PEGUE SU REGALADA GANA, PUES ES SABIDO QUE SE ENCUENTRAN DISFRUTANDO COMO LA GENTE NORMAL SU FIN DE SEMANA.

PERO SÉPANSE QUE, AUNQUE ME ABANDONEN EN SÁBADO, MI CORAZÓN (Y MI SALUD EMOCIONAL) ES DE USTEDES NADA MÁS, PAPACIT@S CHULOS.

Feliz Sábado.

P.D. Dedicado a mi hermano Davide A.K.A "Dr. Mitocondria", quien en éstos precisos momentos se debe encontrar sacudiendo el bote en el Coco Bongo de Cancún o, en su defecto, cachando bebés en el hospital. Equis, es chavo y  HOY  es su cumpleaños.
¡Felicidades!



viernes, 23 de noviembre de 2012

Tentenmpié.

Volví al café y a todas las formas posibles de cafeína.
Los expresso con un twist de limón ahora son lo mío.
Hasta he masticado chicles sabor café, chinos, de dudoso control de calidad.
También me zampé una caja completa de triki-trakes cada medianoche desde que éste apestoso blog decidió volverme loca con sus quejas y reproches. Ya saben, aquellos como: "antes me escribías cada viernes"...
¿En qué he andado? ... Hum, déjenme pensar... ah sí: en estiradas y aflojadas de mis múltiples profesiones, pintando piedras para venderlas como artesanía y en una que otra charla con la loca del espejo.
En estos momentos me encuentro con la cartera medio vacía (sí, otra vez; no, no por culpa de los gustos gourmet de Pelussa) y ello me recuerda que acaba de pasar la Feria del Libro Infantil y que compré libros con singular alegría, como si se tratara de chacharitas en mis muy gustadas tiendas "de a 3 pesos" (en realidad ya son "de a 5", por aquello de los sube y baja de la bolsa y la fluctuación del peso frente al dolar, pero ¿qué se yo de ello?, no me preguntes, sólo soy una chica...)
Fuera de ello, nada interesante me ha sucedido.
Ni épicos romances con hombres mayores que yo, ni persecuciones locas por periferico, en las que yo intento mantener el control del vehículo mientras suena "Americano" en el playlist.
Nada, he estado viviendo el nihilismo a todo tren. Porque es más cómodo y barato y porque así no duelen las recaidas.


Pensé que ocuparme de otras cosas que no fueran las usuales estaba bien, que me daban otro panorama para tratar a la gente sin juzgarla. Pero algo pasa, hay una falta de sensibilidad en el ambiente, una carencia de espiritualidad en los ámbitos que me rodean que a veces pienso si en verdad yo soy la que debe estar tomando ese maldíto antidepresivo que me tiene literalmente enganchada y no la sociedad en conjunto.
Y ya, les juro que por enésima vez ya me cansé de reinventarme para no caer en la apatía.

Musicalmente hablando, pienso que soy una papa. Envidio a la gente que sabe apreciar la música y que necesita de ella orgánicamente pues pienso que, así como en la literatura, las posibilidades son infinitas y la sorpresa es permanente.
No quisiera que supieran que sigo con el mismo playlist desde hace mil años, pues es triste y vergonzoso que de repente en el stereo suenen cosas como "La calle de las sirenas" o algo por el estilo, mientras manejo camino a una audiencia o ¡peor! a recoger a mi hijito de casi cinco años (el cual tuvo que esperar una hora extra en la dirección mientras yo arriesgaba mi reputación de "mamita bien", pues la mentada audiencia duró lo que quiso)
¡Argh!


Qué amargas suenas las cosas cuando la ironía juega contigo a no salir a escena.

He tenido semanas de los mil diablos y cada que terminan me digo a mi misma "nunca más".
Pero las muy jijas se las arreglan para que yo tropiece y vuelva una y otra vez sobre las lecciones no aprendidas.
Esta escuela de la vida no es lo que yo creía, pues los "extras" no cuestan veinte centavos, sino veinte días para pasar las asignaturas que me darán el título de "La persona más satisfecha consigo misma del mundo".

Que alguien me baje de éste tren porque va muy rápidoooooooooooooooo y voy a vomit..........


Ok, muy tarde ya.


Les escribo estas líneas a temprana hora del viernes, pues no se si se me pegue la gana despertar temprano, preparar el desayuno del Matius, ir a dejarlo a la escuela, cepillar mi cabello y sentarme a carcajear de mis pensamientos pesimistas de dos semanas en el ácido.
Mné, me conozco; se que por aquí me tendrán de nuevo el día de hoy...
Así soy, mientras se me pasa el berrinche...
¡Buenos días!

lunes, 5 de noviembre de 2012

VIÑETAS PARA PONER ORDEN EN LA VIDA


  • ¿Cómo no bebo mezcal como Frida? Tan bebedora, tan macha. Frida tiene su lugar bien ganado en la admiración popular, pero ¿será de a deveras? ¿Será que en tiempos del feisbuk nadie podría igualar su jale con las masas? Yo, al menos me he cuestionado varias veces el por qué Diosito no me dotó de unas manitas industriosas y con hartísimo talento. Probáblemente en el punto más álgido de mi envidia me decida a pintar "manque" sea las piedras de mi jardín. Y luego de ahí me sigo con el uso ad náuseam de mis blusas oaxaqueñas, mi joyería multicolor hecha de sopa y si ya mucho es mi apuro, hasta le voy haciendo al comunismo. De dejarme la ceja larga y el bigotín no hay problema, ya estoy en ello. Punto y aparte: Una cosa tengo en común con Comunista de a mentis Frida (sí, no le hace que se enojen. Le digo "sobrevalorada" ¿y qué? Le digo "berrinchudita" ¿y qué? ¿A poco no es verdad que si nos pican la cola o el ombligo, sacamos lo mejor de nosotros mismos? No tiene mayor ciencia) y es el hecho de haber besado no a uno, sino a cientos de sapos. Y con ninguno me quedé. Épale, ese que están pensando es una Marmota y mío, mío, mío, lo que se dice mío pus...
  • Número Dos (apúntenle): Me encantan las telenovelas coreanas... bueno, sólo una y es "Mi adorable Sam Soon". Pienso que Corea del Sur es un lugar fascinante aunque sólo sea para extraviarse entre las dos corrientes que nutren su cultura y que obviamente son la antigua y la época actual. Y sin menospreciar nuestro acervo histórico y cultural (porque luego hay cada radical que me espeta un "¿Y ya fuiste a Anenecuilco antes siquiera de soñar con ir a Seúl?") pienso que debe ser muy interesante participar de una ceremonia de té Yujacha mientras se escuchan los acordes de Clazziquai.  Sin importar que allá no consuman tacos al pastor ni que haya vestigios de alguna torta de tamal, su gastronomía ha hecho lo imposible para mi: hacer atractivas (hasta sexies) las verduras. Y bueno -y juro que esto no fue a propósito- en la época donde se juntan los impulsos "maduros" con la ineficiencia en la toma de decisiones (o sea, la Universidad) conocí a un sujeto que no se a santo de quién no ha sido balconeado en éste espacio. Pero ya le llegó su momento y tal sujeto es... 
  • "Mi novio de la Universidad". Aplausos. Dicho muchacho era una mezcla de guarura tepiteño, yakuza japonés y licenciado cantinas (y no por emular a Bumbury, ¡por favor!) Su estilo para ligar, para enamorar, para vivir y para salir en la vida era harto complicado. A estas alturas mis mejores amigos no dejan de dar gracias a la virgencita de Guadalumpen por haberme abierto los ojos y salir corriendo por patas de esa relación (ya no tuvieron suerte con las otras, les informo. Digo, por aquello de las comparaciones odiosas, vous savez!) Y entonces, resulta que mi papá lo apodaba "El Amarillo" (en otra ocasión les platicaré del gusto de mi santo padre por nombrar y apodar a la pandilla Noviera) porque éste cuatito tenía rasgos orientales. En otros lados le decían "Coreano" y después de andar juntos casi toda la carrera, que se me ocurre tronarlo en el último semestra... Tsssss. A partir de ese momento, supe lo que la "mafia coreana" era capaz de hacer cuando alguien altera su equilibrio. Su proeza más grande, con lo que se coronó en el gusto del escarnio popular fue haber INVENTADO una serie de patrañas y triquiñuelas entre los amigos con tal de hacerme quedar super mal, al grado tal que durante el viaje de generación varios de sus amig@s se me echaron al cuello por permitir que anduviera en semejante estado de perdición etílica, poquímadrísmos a cuenta de haber rechazado una propuesta matrimonial en la playa con velas, cenita y un cuarteto de cuerdas amenizando el desfogue de sentimientos (¿quién carajos pide matrimonio así cuando ya llevas un semestre de haber valido keik en la vida de la prendante? ... ¡¡O sea, que fui de lo peor!! A estas alturas, tal respetable ente se encuentra casado (y bien casado, ¿eh? no como "otras") con su segunda novia de la Universidad y les deseo que sean tal para cual y la vida los premie con mucho dinero, trajes Armani y una Hummer para pasear su amor por Metepec y anexas. Lo cual nos lleva al siguiente punto:
  • Qué gacho es pelear con el padre de los hijos de una, me cae. Es bien desgastante, ya le había perdido práctica y gusto a tan extremo deporte. Fíjense, mujercitas, que no les recomiendo el matrimonio a menos que antes hayan pasado un curso de "Cómo amaestrar bestias sin morir en el intento". Y no porque el papá de Matius sea una bestia, es simplemente que el esfuerzo que se requiere para que la otra persona se baje de su macho y ponga atención al hecho de que con sus lindas pezuñitas está haciendo AÑICOS tu tolerancia y paciencia, requiere mucha fuerza física (para contenerse y no azotarle en la cabeza el tomo número 2 del "Ingeniosos Hidalgo...") y una fortaleza espiritual para que los sapos y culebras que salen de su boquita no entren al precioso jardín que tienes por corazón. Es muy cansado, se los juro. Pelear con alguien que es la mitad de lo que más amas en este mundo es un asunto delicado que, sin el entrenamiento adecuado -o ante la falta de pericia-, puedes literalmente acabar hecha polvo. Y no, no importa que una se dedique a arreglar los pleitos ajenos, el sentimiento de impotencia es tal que puede llevarte a querer quemar llanta (misma que ponchas) y a meter a todo lo que da el acelerador (con lo que ahogas tu bomba de gasolina) mientras vas cantando a todo volúmen "Acábame de matar" (y gracias a ello, terminas sin bateria en pleno periférico sur en hora pico) Y todo para que al final del día te des cuenta que: en una pelea se necesitan dos: Yo ya sé donde estaban sus defectos, sus fallas, sus malos manejos y sus pinches manías pero, yo no sabía en dónde estaban los míos. Y a estas alturas ya no puedo darme el lujo de andar perdiéndo la cabeza persiguiendo quimeras, ensueños e ilusiones si una rata chiquita me está jalando del brazo para ir a jugar con su papá. 
  • Sip, hay que poner orden en la vida. Todo con amor, nada por la fuerza, siempre lo mejor, siempre lo mejor... 

viernes, 2 de noviembre de 2012

TODOS TUS MUERTOS

Hola queridos...
¿Qué? ¿Acaso están leyendo La Gatería en éste viernes de puente?
¡Claro que no! Como si no los conociera cómo son de interesadotes e inconstantes, ¡me cae!
Ok, ok, no es cierto. Disfruten su muy merecido descanso (eterno) y nos leemos la siguiente semana...
... ¿Qué dijeron, que los iba a dejar ir así como así sin recetarles su dosis semanal de sarcasmo y quejumbrez? ¡Nunca en esta vida, muchachitos!

El día de hoy celebramos a los santos difuntos, que acá entre nos, muchos ni fueron tan santos y no están así que digamos "difuntos". Y no me refiero a la gente que se nos ha adelantado en la travesía de éste y otros mundos metacuamplusperfectos, nooooo. Me refiero a aquellos seres que alguna vez fueron parte de nuestro ser y que tuvieron la maldíta osadía de dejarnos ir. Aquellos a los que enterramos en vida, porque "muertos" hacían menos daño que vivos. Son los queridísimos ex novios... aplausos y ¡que paaaaaaase el desgraciado!
Hay tanta tela de donde cortar que no alcanzaría la vida para desmenuzar poco a poco todos los laberínticos caminos que te llevan a ser un ex.
Porque sí, somos bien chuchos cuereros y nos encanta agitar la greña y mandar al diablo a quien consideramos persona no grata a nuestra vida pero, ¿qué pasa si fuimos nosotros los eliminados de la vida del interfect@?
Ja!, en principio de cuentas se acaba el mundo. O sea, neta.

Recuerdo la primera vez que oficialmente me "tronaron".
Se siente como si tu estómago huyera con tu corazón y dejara los pulmones llenos de plomo, sin poder respirar y ante la falta de oxígeno, tu cerebro conmociona y se llena literalmente de gas. Un gas que no te hace reir y ¡ah, cómo te hace llorar!
El bendito hombre que se atrevió a despedir mis servicios como novia en turno llamábase ... obviemos el nombre y digámosle "Iriberto".
"Iriberto" decidió que, después de semanas de heladitos, cartitas, florecitas y detalles del Cookiemonster, la relación necesitaba ir "más allá". Yo, un poco sonrojada, pues creí que insinuaba el muy postergable "acostón", le pregunté que a qué se refería. Y bueno, mi candidez le causó tal gracia que dijo: "quiero que tú me cortes"..... What!!!
Y pues yo, entre enojada, confundida y estúpida, le dije: "entonces como amigos"
Obvio, Iri y yo fuimos todo menos amigos. No puedes ser amigo de alguien que te alborotó la hormona. ¡Nunca!
Tú sabes que ahí quedaron restos de pasión, odio, amor y rencor y que mezclarlos bajo la etiqueta de "amigos" te lleva a todos lados, menos a la senda de la amistad desinteresada y duradera. (Comprobado, años de experimentación avalan mis estudios científicos)
Y bueno, yo por supuesto, me instalé en la lloradera.
Días....
Semanas...
Meses....
Y sí... años también.
Difícil fue hacerme a la idea de que Iriberto y yo no teníamos más futuro que el de existir en órbitas diferentes (mejor para mi, a él lo emocionaba bailar "Jeans")
Fue tan devastador el truene para mi que de plano mejor lo enterré, le puse flores y me cercioré de que no resucitara al tercer día.
Neta, me preguntaban por Iri y yo les decía que había muerto en un aparatosísimo accidente, mientras manejaba su moto y bla bla bla.
Por supuesto, nadie me creía pues a la semana no faltaba quien lo veía pasar en su coche o quien se lo encontrara en la cafetería, pero yo juraba que había muerto.
Y entonces ¿qué es la muerte en vida?
Cuando pierdes a un ser muy querido, el dolor te cega. Te aturde y no vuelves a mirar el mundo de la misma forma. Entras al club de los "tristes por siempre".
Si esa persona fue tan amada por ti, rezarás o pedirás a la máxima deidad existente que te de fuerza para soportar el dolor de su partida.  Tal vez te enojes por la pérdida y tal vez reniegues de la vida.
Sabrás que ese dolor algún día encontrara su cauce y podrás continuar con tu camino. Conocerás nuevas cosas que te llenarán de gozo día a día y poco a poco te reconciliarás contigo mismo.
Sanarás.
Lo mismo pasa cuando una relación se termina y el dolor es inaguantable.
Para mi, matar en vida a los señoritos que me hicieron daño no sólo fue un desahogo, fue la única manera de entender que ellos ya no estarían en mi vida y que yo tendría que salir adelante con todo ese amor o ilusión muriéndo poco a poco en mi corazón.
Y no fue fácil pero el tiempo y unos ricos besos por aquí y por allá lo curaron todo.
Y "ahoy" puedo tranquílamente dedicar unas ofrendas muy simpáticas a los "difuntitos" que tuvieron el tino de mandárme a la lona, para que con los putazos del amor me hiciera más fuerte.
Pero más que nada, me han dado el pretexto perrrrrfecto de disfrazarme de gatita negra y pedir descaradamente "mi calaverita"...
¡Feliz día de muertos en vida!