domingo, 7 de mayo de 2017

"HABLA CON LA PARED" (ESCRITOS ATRASADOS VOLÚMEN TRES)

RELEER ÉSTE POST REALMENTE ME HA HECHO LLORAR...
COMPLEMENTA EL VOLÚMEN UNO).



Es tan simple que me asombra el no haber pensado en ello antes...
Hola, soy Dana y debo aceptar que padezco de distimia desde hace mucho, muchísimo tiempo. Que en éste mismo blog he hablado -tal vez en serio, tal vez no- al respecto. Que me he reído de mi padecimiento (me niego a decirle enfermedad) y que de ella brotan a veces cosas buenas y a veces cosas malas, es cierto. Que en ocasiones la he podido tener a raya sin la necesidad de medicamentos, es verdad. Que a últimas fechas los acontecimientos de mi vida la han disparado a niveles que me hacen temer una recaída... lamentablemente sí.
Tener una condición mental como la distimia (una especie de "ligera" depresión... que en realidad no es tan ligera) a veces me hace sentir avergonzada de mi misma. ¿Cómo es que una mujer como yo, con mucha salud, amor, cariño, inteligencia y suerte puede tener algo como eso? En realidad no es cuestión del mundo exterior sino de la sinapsis de mi cerebro. Y entender de fisiología para dejar de sentirme abochornada debería ser suficiente, pero a veces no lo es. A veces sentir que no eres suficiente es suficiente para deslizarte por la pendiente de la desolación, con pocos vuelos de vuelta.
Y cuando estoy en ese brete, generalmente siento que nadie me comprende. Y me dejo ir poco a poco como el río; desaparezco del mapa. Me enconcho. Me blindo. Funciono pero no existo...

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