domingo, 7 de mayo de 2017

ESCRITOS ATRASADOS DE HACE UN AÑO VOLÚMEN I

QUERIDOS MENOS CINCO LECTORES DE SIEMPRE:
ESTOY DEPURANDO EL BLOG.
TENGO MUCHÍSIMOS "BORRADORES" Y ALGUNOS POR MIS ESTÚPIDOS BERRINCHES DE "NO TENGO TIEMPO PARA ESCRIBIR" NO FUERON PUBLICADOS.
AHORA POR FIN LES HAN HECHO JUSTICIA LA REVOLUCIÓN (Y LA BENDITA NATACIÓN QUE TIENE NOQUEADA A PAPITA, PA' QUÉ MAS QUE LA VERDAT)

ESPERO QUE DISFRUTEN. NO ESTÁN EDITADOS, ESTÁN AL NATURAL:


Hoy llegué al borde del llanto a casa de mis papás.
Habíamos tenido un día horrible (¿un día?, yo diría que ha sido una temporadita bastante extraña) y nada mejor que correr al refugio paterno para volverte la irresponsable que siempre has sido pero que disimulas cada vez que llegan las cuentas por pagar y las preguntas del tipo "mami, ¿de dónde vienen los niños?".
Así que nos encontrábamos el Clan Marmota en la sala, cada uno en su esquina, gruñéndonos a la menor provocación y en eso mi mamá baja por las escaleras y con su sonrisa y agradables manera nos pone en santa paz por un rato: toma a Alito en brazos, le da espacio al Matius para que escape del yugo materno y se aleje del "pero ahorita que lleguemos a casa, Mateíto" que se sabe de memoria, le ofrece un respiro a Marmota con una invitación a que se sirva algo fresco en la cocina y yo quedo en la posición de "nena de papá" en la que atropelladamente intento explicar a mi papá las últimas novedades en mi trabajo, le platico de nuestros mini dramas cotidianos, le paso la receta del mezcal a la naranja y me refugio en sus sabios y cálidos consejos que me están haciendo falta desde hace mucho tiempo...
Cuando me marca un alto para que deje de quejarme y gimotear, yo protesto y caprichosamente le argumento que sencillamente no tengo con quién platicar de "mis cosas". Así que tranquilamente me dice: "habla con la pared"...
Al principio me molesta su respuesta; lo he tomado como una especie de "ay ya, deja de intensear" que tantas personas me han recetado a lo largo de mi vida y callo al instante. Traviesamente se ríe y me dice "Danita, ¿es que no conoces a los judíos? ¡El muro de los lamentos!".
Se que básicamente luce horrible como lo escribí, pero en realidad ha sido la respuesta más brillante del mundo: siempre hay alguien que escuchará tus plegarias, lamentos, chillidos e histerias. El muro. Mi muro...
¡El bendito "muro" de Facebook!
Jajaja, claro que no.

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