viernes, 21 de enero de 2011

El que por su gusto muere...

No se...no quiero pecar de egocéntrica.
Soy una mujer seria, simple y bastante sarcástica. No me gusta tomarme las cosas tan a la ligera y suelo ser bastante indecisa. Me gustaban los gatos hasta hace 3 años, me encanta leer, fumar y ver cine.
Sabrán que aparte de todas estas características, no cuento con el gen de la "divosidad".
Que qué carajos es el gen de la "divosidad", se estarán preguntando todos ustedes; dicho gen es el que hace que las mujeres se procuren un cuerpazo de infarto -ponga usted aquí el nombre de la boluda más picosa de la televisón-, es el gen que provoca que las féminas alteren sus rasgos de raza de bronce en aras de procurarse unos labios angelinoyoliéscos, unos ojos de Lyn May o una nariz como la de Lucía Méndez.
Discúlpenme, damitas, si algo por ahí las ofende, yo a lo que  quiero llegar es que soy cero diva. No me late ponerme pelo falso, pintarmelo de chocolate frambuesoso, no me gusta andar enseñando mis bubis, ni que mis ex cuadríceps se me marquen por obra milagrosa de unos "stilettos". Ni tampoco me pongo el arcoíris en el ojo ni me delineo el labio de negro y lo relleno de rosita...o sea no!
No ando cómoda con ropa pegada, ni escotada, ni con la uña laaaaaarga, ¿ya saben? tipo Niurka...
Hasta hoy...
Cansada de ver que mis observaciones jocosas fueran opacadas por un maquillaje dragcuinesco; aburrida y enfadada de ser intelectualmente subestimada por la poca piel que enseño es que he decidido cambiar.
De ahora en adelante les hablaré de filosofía barata onda Osho, platicaré del resumen semanal de la telenovela y de las políticas partidistas del PRI.
En cuanto al arreglo exterior... debo decir que ya empecé con las uñas y esa es la razón por la cual llevo cuatro horas tratando de escribir La Gatería....(maldíta sea!))
Prometo subir fotos (si es que puedo manejar el touchscreen)













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