domingo, 31 de octubre de 2021

Ventanas...

 La melancolía tiene maneras extrañas de colarse en domingo.

No sé si es porque octubre se despide sin dejar mucho o quizás porque lo dejó todo sobre la mesa y es un menú que no me gusta. Remilgosa que soy, de veras.

O tal vez es porque me asomé un poco más a la ventana del vecino, aquella que anteriormente tenía una cortinita y sin esperarlo, sin saberlo, sin sospecharlo siquiera, se me hizo pasita el corazón. Sentí su melancolía, me vestí con ella y yo simplemente quisiera correr a abrazarlo, sin pensar en que los tiempos han corrido de manera paralela. 


No tengo mucho; en verdad no tengo mucho. Excepto un corazón y una ternura que se me desborda por los ojos a caudales.







lunes, 25 de octubre de 2021

Santo Domingo.

 ¿Cuándo iba a imaginar que los domingos estarían llenos de masa para hotcakes, niño-oruga en su capullo hasta las 14:00 p.m., una pelota de "buncheems" impactando mi ojo a velocidades sorprendentes para objetos que no están destinados a ser golpeados por un bat de baseball (¡pero qué batazo de hit el de Alondra, la neta!) y cambios de macetas? ¡Y todavía hay gente que se atreve a criticar la maternidad ajena!.

A eso súmenle el improvisar disfraces de piratas, adornos de calaveras, una niña que berrea porque quiere llevar un pan de muerto familiar a la ofrenda de su escuela, un niño que prefiere ver videos de cocina a los de sus amiguitas en Tik Tok (o eso parece) y una casa que se niega a conservar el orden y la limpieza por dos segundos... (de los tambaches de ropa sucia ni hablamos), en serio, yo no sé qué haría con mi vida si tuviera tiempo para planteármela.

Cada vez siento que mi espacio personal se ve reducido a solo un chance de postear una foto con linda musica y decir "heeeey, what's up you!" y eso a medias, toda correteada por la agenda de un par de criaturas lindas y hermosas pero jodonas como ellas solas.

Bueno, bueno... tampoco es para tanto.

Digo, la vida ya se encargó de abrirme un hueco que solía ser el "tiempo de pareja" y por ahí de repente me escapo para ver mi serie sueca, la serie danesa a la que todavía no le agarro la onda y leer dos páginas seguidas de mis libros de buró.

A veces se gana cuando se pierde, ¿no?


miércoles, 20 de octubre de 2021

Miércoles de intolerancia a la realidad.

Hoy sentí una insatisfacción muy puntual mientras hacía la fila en el área contenciosa del Instituto de la Propiedad Industrial. Fue la insatisfacción de estar precisamente existiendo en ese momento sin un propósito trascendental: solo esperando a que las habilidades motoras y cognitivas de los sujetos remunerados para tomar mis  documentos y sellarlos alcanzaran su máximo cenit y me atendieran sin dilación.

Era eso o pasar la vergüenza de ser regañada por Alondra al recogerla tarde -tardísimo- de la escuela.

El trauma de ser el último niño de la guardería es algo que no se quita nunca, tal como lo es el ser la única niña de primero que no sabe abrocharse las agujetas, o la que no alcanza a comprar en la cooperativa a tiempo, o la que nunca escogen para las obras de teatro, o a la que le endilgaban responsabilidades afectivas desde edad temprana y por ello desarrolló codependencia. Hablo de mi, por supuesto. ¿De qué hablas? ¡Alondra es una súper estrella!.

Hay días así, ¿no? Trabajas durísimo en construir un castillo de arena y sin más, llega la gran ola de Hokusai y se lo lleva.

Castillos de arena de ilusión por un aumento, castillos de arena de lograr que tu pibe coma las verduras, castillos de arena de querer encontrarle un significado dhármico en medio de un bajón emocional.

Ya una no sabe si son las hormonas, si es la falta de oxigenación por el cubrebocas, si es la dosis equivocada del xanax... Hablando del cubrebocas: de niña se me hacía super cool traer cubrebocas. Me encantó ir al dentista y no haber conocido jamás su cara completa porque siempre traían el cubrebocas, a excepción del Dr. Jordan de la clínica Pablo Funtanet porque nunca se lo ponía ¡wooow!, era muuuy guapo. Me dejé enlatar la boca sin quejarme pues no quería que pensara que aparte de dientona, era una puberta llorona (lo sigo siendo, Doctor, solo que en el cuerpo de una señora de cuarenta y uno). Cuarenta y uno, caray!

¿Qué habrá sido del doctor Jordan?, ¿Los jóvenes siguen diciendo "¡te debrayaste!"?, ¿Quién vivirá ahora en las casas que habité?, ¿Se me quitarán las ganas de adoptar un gato?, ¿Sigues mirando a la luna como yo?

Sip, son las hormonas.

Sale, bye.


domingo, 17 de octubre de 2021

Escritos de madrugada.

 

Son las 23:43 del sábado y según Facebook, un día como hoy de hace dos años me encontraba muy contenta de la mano del que en ese momento era el amor de mi vida versión 2.0, disfrutando de una tostada de pata y unos pulques (not).

Pero después de dos años, el 16 de octubre me encuentra dejando -¡por fin!- dormidos a los niños que viven en mi casa, molidísima después de un día completo de padecerlos y aquietarlos con un poco de pizza y jugo. La madre del año, ya sé.

Y mi mente divaga… cuando tuve la edad de Alo mis papás tenían 26 y 25 años respectivamente, acabábamos de mudarnos a la Avenida Insurgentes y todo el día se la pasaban escuchando “Antología” de Silvio Rodríguez, Inti Illimani (desde esa época ya coreaba aquello de “el pueblo unido jamás será vencido… de pieeee cantar, que vamos a triunfar, avanzan ya banderas de unidad y tuuuuú vendrás marchando junto a mí y así verás tu canto y tu bandera florecer…” or something like that.) y ya cuando recordaban que una infante vivía en ese depa, ponían a los hermanos Rincón y su “Niño Robot” o ya de perdis, a “Cri-Cri”. Leía a Mafalda y cuando quería hablar de ella con mis amiguitas de la primaria, no entendían cómo eso tenía que ver con “Rosa Salvaje”. No sentía que pertenecía a algo.

Cuando tuve la edad del Matius, mis papás tenían 33 y 32 años respectivamente, aún vivíamos en Avenida Insurgentes y la adolescencia me tenía podrida. Seguía sin encontrar mi lugar en el mundo, a excepción de las horas en la Biblioteca de la escuela o en mi clase de Danza, donde era la única niña que usaba zapatillas de Ballet y las demás usaban las que vendían en “Casa Rosita”, en el mercado de San Cosme. Lo escribo porque nadie me dio un premio por eso, ni mis bonos subieron por saber hacer “pliés” antes de saltar y caer sin hacer ruido. Nop, nada.

Y es entonces que me encuentro escribiendo esto en una madrugada que solía estar intoxicada de “quemaditos” de Matusalem y muchas risas grabadas. Escribir a veces exorciza y hoy como que se antoja echarse un padre nuestro para acallar demonios que no dejan disfrutar de la soledad de la noche con sabor a café.

No siento que encuentro mi lugar en el mundo aún, sin embargo creo que la tranquilidad de un par de respiraciones acompasadas e inocentes son más de lo que puedo desear por el momento.

A la lista de "Cosas ya de por sí raras en mi" yo le añadiría: 'Escribo'.

¿Algún día me atreveré a escribir para acabar de una maldita vez con esta urticaria?

Como dicen Los Bunkers: “Lo intento todo para ser mejor de lo que fui, no hay nada nuevo bajo el sol, y escombros de un amor que pueda recoger. No tengo nada que esconder”…

Mejor, capaz que Hacienda está leyendo esto y se le ocurre una bendita auditoría emocional, jajaja.

Abur!

miércoles, 22 de septiembre de 2021

¡OTOÑO! LAS HOJAS SIEMPRE CAEN EN OTOÑO... PERO EL ÁRBOL SIGUE DE PIE.

 Hoy entra el otoño en mi ciudad.

Quisiera que su entrada fuera tan radical como lo es en Boston, con los árboles ofreciendo una gama de pantones envidiables y el aire está crispy y el café aromático...

No es cierto, estoy idealizando... como siempre.

El otoño es mi parte favorita del año. Soy una chica otoño totalmente (nací a dos días de que entra el otoño en el hemisferio de éste lado del mundo) y me encanta serlo: seria, tímida, calmada, cálida y luego medio wild y azotada, como los aires otoñales. Que cada año entro en alguna crisis que tira mis hojas, pero no a mi, el tronco. Yo sigo de pie.

Con el otoño viene mi cumpleaños y con ello mucha felicidad. Me gusta celebrar la vida y me gusta celebrar mi vida. Me gusta sentirme positiva, me gusta sentir que hay una oportunidad de tomar un punto de partida que me haga tomar decisiones más asertivas y más felices.

Estoy contenta, estoy super emocionada y no importa que no pase nada, para mi estará pasando todo.

¡Ya quiero que sea viernes!

Bienvenido otoño!!

Bienvenida alegría y felicidad y lecciones dolorosas pero necesarias que al final, liberan.

Al final, el aire otoñal se lleva las penas y trae semillas de virtud, de paciencia, de amor propio y felicidad.

💝🍁🍂🍁🍂🌰☕

Amo al otoño y amo que hoy me sienta muy feliz.

domingo, 19 de septiembre de 2021

¿DÓNDE ME VAN A ENCONTRAR LOS 41'?

 Definitivamente no en Cancún, ni en una cita romántica, ni brincando de la Quebrada en Acapulpo, ni siquiera en Gandhi de Av. Juárez, escogiendo mis regalos como en años anteriores.

Me encontrarán despertando a las 05:30 a.m., tomando una ducha, tal vez depilando las suculentas (por las espinas) en caso de elegir un vestido, preparando el lunch de Papita, el almuerzo de Mateo. Tomando el primer café de la mañana y dando gracias de que será viernes, que las colegiaturas están pagadas y que estoy en casa junto a las ratitas más maldosas de todo el condado, esperando a que abran sus ojitos y me digan "Mami, ¿Qué vamos a desayunar?".

Definitivamente me pondré súper guapa, llevaré a Papita a la escuela, llegaré al trabajo y dejaré que me consientan con palabras muy lindas del tipo "el día en que tú naciste, nacieron todas las flores".

Recibiré los what's de mis tías, la llamada de mi abuela Ofe, los posteos de mis amig@s, posiblemente el mensaje de mi ex marido y de ciertos galanes que están haciendo la ronda.

Estaré realmente contenta de haber llegado a los 41 con una larga lista de obstáculos superados:

  • COVID FREE.
  • JUNTO A MI FAMILIA, A PESAR DE LAS ADVERSIDADES DE SALUD.
  • CON UN TRABAJO QUE ME ENCANTA Y QUE ME PERMITE SOLVENTAR LAS NECESIDADES DE MIS HIJOS.
  • CON CALMA DE ESPÍRITU, AQUELLOS ATAQUES DE IRA SE HAN IDO APLACANDO.
  • ACEPTANDO LO QUE ES Y NO LO QUE YO QUISIERA QUE FUESE.
SANANDO EL CORAZÓN...

Aceptando que no toda la gente está preparada para entender mi particular forma de ser, ni para aguantar el ritmo de mi vida ni de mis tiempos llenos de pendientes/quehaceres/tareas.

Entendiendo que la pasión no es amor, que amar no es dolor, que estar soltera no es estar sola.

Disfrutando mi compañía y mi persona sin culpa.

Amando cada cosita de mí que me hacen ser la partícula cumpleañera más revoltosa del mundo.

Los 41 me encontrarán contenta, positiva (excepto de covid y de embarazo, jajaja) y curiosa.

Lista para ponerme los patines y seguir avanzando pacíficamente en el camino de la vida.

¿Vienes conmigo?

miércoles, 8 de septiembre de 2021

COSAS (muy) CAGADAS

 Hace cosa de un mes me tocó ir a hacerle los honores a un compromiso comercial de mi papá; se trataba de acudir a una entrevista laboral en conocido banco para empresas, de esos que ni en sueños me darían una tarjeta para deberles una batería de un coche que ni mío era (chiste privado, ya saben).

Pues total, que ahí voy yo con cara de "pero después del numerito, pá', me lanzo a mi oficina porque blablabla". 

Sobra decir que mi papá ha tenido las mejores intenciones del mundo para colocarme en trabajos decorosos, seguros, que permitirían que a los 67 años me bajara de la nómina para gozar de mis rentas en Venecia, Italia (¿pues cuál otra, chula? N. de la R.), pero yo he sido tan rebelde que no, mis trabajos me los consigo yo y aunque termine vendiendo pepitas afuera del metro, jamás de los jamases me acusarán de nepotismo nivel mickey mouse.

EL PUNTO ESSSSS.... no haré más enredos, lo diré sin tapujos: ¡QUÉ PINCHE ARRASTRADA ME DIERON!

Me preguntaron conceptos TAN básicos de Derecho Mercantil y Civil que hasta gracia les hacían mis expresiones faciales de "¡p*ta madre, no me acuerdo!".

La nenita preciosa (que en realidad es una abogada fregoncísisima y ultra jóven) no daba crédito a lo que estaba presenciando; ya en el último giro de la entrevista me decía toda desesperada (harrrrta de tanta burrez, yo creo) "pues si quieres explícalo con tus palabras"... 

¡Oh Dios! Me avergüenza decirlo pero no pasé el examen.

Aquella prueba me hizo pagar las horas invertidas en el "Nacho´s" en vez de haberlas pasado bebiendo de las aguas del saber; esos conceptos que cuando los aprendes, te sientes cada día más abogado me fallaron a la mera hora (ah, pero si me hubieran preguntado la definición de islas, cayos y arrecifes, se habrían llevado una GRAN sorpresa y ahorita estaría estrenando oficina en lugar de emocionarme porque ponen carteles bonitos en mi pared). Lo siento, Ulpiano, te fallé.

Me estoy riendo de nervios, la realidad es que en ese momento me preocupé bastante por mi alzheimer jurídico: cómo era posible que no recordara tales conceptos tan básicos.

Total que la abogada terminó su quizz, se despidió super amable (tal vez sintiendo penita ajena por la cuarentona que estaba dejando atrás -LITERAL- y sonriendo porque seguiría siendo la mera mera de esa Unidad) y en eso llegó SEÑOR DIRECTOR a conocer a la famosa "Danita"... virgen del perpetuo socorro, una vergüenza más para la colección paterna.

Muy educadamente me dijo que claramente no estaba calificada para ESE trabajo en específico, pero que qué gusto conocerme, que bonito currículum (?), que jóven y qué guapa (doble ?) y que "seguramente en santosea donde trabajes, te ha de ir super". Pues sí, señor, muchas gracias. Al menos ahí aún me respetan aunque no pueda recitar los preceptos fundamentales en latín, ya que es más importante que no clausuren el restaurante por los ene mil puntos que se deben cumplir, jum!

Salí de la oficina de reclutamiento con la Marcha triunfal de Aida sonando en mi cabeza (¿qué otra me quedaba?) rápidamente tomé un uber que me dejó a la puerta del H.H.H. Grupo Tintorera, que para esos momentos no sospechaba que albergaba a una abogada a la que en ese día, en un elemental ejercicio de conocimientos jurídicos, la dejaron más sabia, más agradecida y con sed de venganza futura.

Es cierto, nada como un buen madrazo para salir de tu zona de confort.

(Especialidad: ahí te voy.)


AVISOS PARROQUIALES:

1.- Me enfermé de la panza y por eso cambió el ritmo circadiano de este respetable blog.

2.- Estoy a nada de cumplir 41 años, sniff.

3.- El temblor, si... Eso será tema de otro post... Post estos!




sábado, 17 de julio de 2021

VALIENDO PA' PURA MADRE

Les voy a cambiar la celebración de fin de curso por mi breve historia sobre lo que fue este año escolar para mis criaturas, con la esperanza de que volteen hacia sus adentros y tengan 5 minutos de reflexión.

Un periodo antes de que terminara el curso escolar, me metí al classroom del Matius para ver en qué andaba mi adolescente de 13 años, qué tal lo estaba llevando en la recta final de su primer año de secundaria. Dios santo...

A raíz de la pandemia, la incertidumbre laboral y económica se hicieron ultra presentes en casa al grado de tener que decidir qué hijo continuaría con su educación en colegio particular y qué hijo iría a conocer las mieles de la escuela oficial. Alondra fue el tributo seleccionado y pasó de saludar a sus compañeritos conocidos desde maternal a ser la niña más callada del aula virtual. 

El cambio fue rudísimo pero apelando a la resiliencia que la caracteriza (wey, ¡se aferró a esta vida desde que mi placenta ácreta la quería expulsar a los 4 meses, no juegues!), logró salir airosa del ultimo año de kínder, lista para todo.

Volviendo al Matius, bueno, lo obvio: tareas sin entregar, poca participación en clases, pérdida de ritmo y materias al borde del truene. Sobra decir que el colegio JAMÁS me envió una nota al respecto. Ni su tutor, ni el padre rector (sí, sí...estudia en un colegio católico y no diré más) tuvieron la curiosidad de mandar un recadito, un papelito que me dijera que mi hijo se estaba descarrilando y que ellos no iban a meter las manos. Ah, pero que no dejara de aprovechar los descuentazos de reinscripción; esas circulares pendejas nunca dejaron de aparecer en mi correo.

 Nos pasamos largas noches estudiando, completando resúmenes, tareas, maquetas, cuestionarios. Me salió lo María Montessori, lo Ann Sullivan, la tía Jo March y hasta algunas frases de mi maestro fav de la uni que todavía recuerdo... Volver a recorrer el tortuoso camino que significó mi primer año de secundaria no hizo las cosas más fáciles pero ni modo, ahí estaba el objeto de mi afecto tratando de salvar el último trimestre, a punta de libretazos y "¡con una chingada, Mateo!" a diestra y siniestra porque la pasive voice no es lo suyo ni lo será, pero el pinche riñón que doné para pagar las colegiaturas no lo iba a entender así.

PÉSIMA IDEA...!

El clásico error de todo padre es creer que el hijo hará las cosas por el padre y premiará el sacrificio de sus progenitores con buenas calificaciones. Así nos lo inculcaron a nosotros, pero  en realidad no funciona así (spoiler alert: nunca lo será)

No sabía que todavía me faltaba descender más al infierno cuando una tarde se acerca Mateo y me pide hablar a solas. Trago en seco, pienso rápidamente todos los posibles escenarios, respiro hondo y pienso: ¿en qué momento pasé de comprarle legos y jugar futbol con él a las crisis de la adolescencia?. 

Nadie te prepara para escuchar a tu hijo decir que ya no quiere vivir.

Escuchar como se le rompe la coraza y comienzan a brotar las confesiones dolorosas, las lágrimas purificantes, el miedo, la desesperación, la soledad. Es entonces cuando realmente comienzas a VER los rasguños, los lápices mordidos, los huequitos en la pared, los papeles revueltos en el escritorio, los ojos pidiendo ayuda, comprensión, contención. No son las calificaciones, no es la adolescencia, no es el divorcio de sus padres, no son las estrecheces económicas, no es la falta de amigos, no es su mamá hecha un caos, no es su hermana jodona... es mi maravilloso hijo acudiendo a mi, buscando ayuda, confesando que ya no puede más con el dolor sordo que oprime su pecho, pidiendo ir con el psiquiatra.

Definitivamente en esta entrega de diplomas él no ganó el de "Aprovechamiento y conducta", ni yo gané el Certamen "La madre del año", sin embargo ambos ganamos la satisfacción de aprender más uno del otro.

¿Que si estoy orgullosa de él? Absolutamente. 

Para mi Matius ha superado ya todas mis expectativas. El hecho de confiar en mi, el hecho de abrir su corazón, de reconocer su dolor y pedir ayuda me hacen sentir un orgullo muy cabrón. Ahora se que he crecido a un ser humano que antepondrá su salud mental y la de los demás a cualquier prejuicio, dificultad o desafío que se le presente. Se que ha aprendido que el camino no siempre será fácil, pero que definitivamente tiene herramientas para enfrentarlo y que no va solo.

Su torpe, obtusa y necia madre irá siempre a su lado.

Recogiendo los treceavos, quintos, decimonovenos y primeros lugares en su vida.





jueves, 10 de junio de 2021

BREAK POINT

 Hoy por la mañana hablaba con mi bestie (que no bestia) Luis Angel, sobre lo paralelo de nuestras vidas.

Él, soltero empedernido, empresario en año sabático y con miras a dar un giro en su vida de manera padrísima, sin ninguna atadura.

Yo, full time mom, godín y con tanto peso encima (literal).

Entre broma y broma, salieron algunos verdadazos que dolieron como golpe de resortera. No lo voy a negar: entre ser una persona soltera con la edad y posición correctas,  y ser una persona con un ex marido y dos hijos -el uno, adolescente y con principio de depresión, la otra, una cabrita sin muchas ganas de ser pastoreada-, ¿quién en su sano juicio elegiría alegremente lo segundo?.

Pero ahí está el detalle.

Yo no elegí tener la posición en la que ahora me encuentro.

No me casé para divorciarme, no me convertí en madre para no poder pasar tiempo con mis hijos y que por consiguiente, se crashearan de manera tan triste por la actual situación mundial, ni tampoco era mi sueño estar luchando por su bienestar sola. Nudo en la garganta...

Y si, estoy demasiado consciente que aunque no elegí tales situaciones, puse de mi parte (o no) para que al final terminara sucediendo la vida de esa forma.

¿Y?

El juicio social cae como una guadaña muy afilada sobre las personas que se quedan lidiando con el problema y justifica y perdona a aquellos que abandonan.

Pero ya basta de seguir cargando con esto.

Ya basta de sobre responsabilizarme por todo. 

Estoy cansada de poner buena cara a todo lo mierdoso que está sucediendo en mi corazón porque honestamente siento que ya llegué al límite de entender mis circunstancias sin quejarme, sin alzar la voz, sin señalar a nadie, sin decir "¡La vida apesta...ya no puedo más!".

No se en qué momento me dejó de parecer comprensible esta pandemia, no sé cuando dejé de poner atención a los detalles de Alo, a las necesidades emocionales de Mateo, a mi cansancio mental y emocional por estar entendiendo, justificando, tragando las lentejas de equis, zeta y ye.

Y el desahogarme y señalar y mentar madres tampoco va a revertir nada de lo que sucede dentro de mi, de mi casa y a mi alrededor.

Solo sirve para darme cuenta que la reciprocidad es solo una palabra compleja en un concurso de deletreo y que no necesariamente aplica en todas las relaciones personales que he cultivado. 

Igual tampoco las supe cultivar.

Igual karma is a bitch.

Todos están demasiado ocupados en sus asuntos y eso está bien. 

He estado para cada persona que me ha requerido en su momento y no me arrepiento de eso; no reniego del amor, cuidados, ternura, amistad que he dado. 

Solo es que quiero fijar un punto de partida también. Alcanzar algo, sentir que poco a poco escucho nuevamente mi voz; darme ese respaldo que le he dado a los demás. ¿Sí lo merezco, no?

Después de todo, si he creído en la gente para que alcance su cenit, si he visto en los demás tantas cualidades sin destapar, si he podido perdonar tantas afrentas de corazón, si he puesto los intereses superiores de las criaturas que viven en mi casa por encima de los míos, si he dejado que mis ilusiones se marchiten por conservar las de alguien más, ¡chingao!, ya es tiempo de dejar de temer y emprender el viaje... nuevamente.

Este es mi punto de partida. Sí, otra vez. Sí, vamos a la carga nuevamente. Sí, sí duele ver la diferencia de distancia y velocidad entre los cambios de vida en una persona soltera y una persona con dos criaturas. 

Pero dolería más haberse quedado en el mismo lugar nuevamente, esperando a que alguien se decida a elegirme con todo y mi casa a cuestas...


This will be an everlasting love
This will be the one I've waited for
This will be the first time anyone has loved me...


Y ESA SERÉ YO.





lunes, 31 de mayo de 2021

Ideas derretidas

 Estoy esperando en la fila del banco.

¡Qué rebelde, estoy escribiendo en mi celular y nadie se atreve a decirme nada!... Bueno, en realidad estoy afuera del Banco, poniendo a prueba mi paciencia, mi hidratación y mis melanósidos que, por ser una belleza morena, espero tenerlos por miles.

Las personas hemos perdido el sentido de todo: del tiempo, de la vida, de la decencia, de la humanidad, de la vergüenza y lo sé y lo afirmó categóricamente porque detrás de mí se encuentra un señor como de sesenta y tantos años, usando su celular SIN audífonos y por el ruiderajo, sospecho que está viendo "tik toks" de ______(inserte aquí el nombre de la chichoncita y/o policía municipal de Ecatepec mamado del momento) bailando alegremente alguna cancioncilla pegajosa, mientras sus protuberancias se mueven "sin querer" (bendita juventud inconsciente).

Y no conforme con compartir con los compañeros de fila su muy respetable manera de matar el tiempo de espera (hablemos los estúpidos que escribimos ideas en un blog), se acaba de poner a grabar él mismo un video, haciendo un bailecito de una canción que dice algo como "ra tu tá, raca taca tá". Le echa enjundia, le echa sabor, nos causa una envidia su desmadre y soltura para mover el bote, amén de la circunstancia que lo tiene tan contento en medio de este caos, en medio de este calor: seguramente es de los miles de sesentones que ya recibieron la vacuna.

Es la venganza de las generaciones de antaño contra los cuarentones que tratamos de mantener a flote la economía con decisiones tan pendejas como gastarse la quincena en el shein, en el Amazon o ¡peor!, pagando colegiaturas de humanos que en su momento también nos pintarán un dedo medio por nuestra falta de savoir vivre.

El fin de una era, sin duda.


P. D. Y aquel cuarentón que no haya sucumbido a sacar su cuenta de tiktok, que tire la primera piedra. 

viernes, 14 de mayo de 2021

WITH A LITTLE HELP FROM MY FRIENDS

 No me ha gustado ponerme la piel de víctima en ninguna circunstancia.

Lo que me ha sucedido en la vida, más lo que yo he provocado en ella, es una combinación de decisiones propias y ajenas que se sustentan en mis creencias, en mi contexto personal y en lo que mi angelito de la guarda alcanza a concientizar en mi.

Y de ahí pa´l real... pos todo es bajada.

Es cuando te topas con lobos caperucientos que te hacen cuestionar el tamaño y su utilidad, con pepes grillos buena onda que dejan que te des unos besitos inocentes en el antro y luego te sacan a la fuerza de ahí, a sabiendas que vas a necear y a tirar de patadas (ok, eso me lo acabo de inventar, pues en aquella ocasión, "Pepa Grillo" también andaba tirando besitos a diestra y siniestra y no se veía con ganas de censurarme), es cuando conoces a la oruga azul de Alicia en el País de las Pesadillas y te invita a preguntarte "¿Quiheeeeen.....heeeeeereeeessss...thuuuuuuú?" (y a descubrir que es una mentirosa, pues "10 centímetros es la estatura perfecta" es el peor engaño de todos los engaños de la infancia).

Hasta que sientes la primer estocada, volteas hacia arriba para ver de dónde proviene y lo sabes... ¡oh vaya que lo sabes!..., es un daño perverso, un daño que no tiene parangón. La ejecución de un plan maestro que cimbró tu ser al grado de hacerte olvidar hasta tu película favorita.

Es real, te han convertido en una víctima.

Y luchas, (en parte porque eres una trucha belicosa y en parte porque tu instinto te dice que debes recuperar oxígeno y estabilidad) luchas contra el concepto de victima porque tu formación universitaria te ha dicho que la víctima nunca recibe justicia, que no hay abogado estrictamente capaz de resarcir el daño causado al sujeto pasivo, que las víctimas son personas que pudieron evitar al sujeto activo cambiando las circunstancias de modo, tiempo y lugar (Profesor Martínez: ¿es neta su teoría del "hubiera"?) y porque tú, morena de fuego altanerapreciosayorgullosa, tal vez te lo buscaste.

Cha-le.

¿Qué sigue? Bueno, si son de mis menos cinco lectores de siempre, sabrán que una llorada y un corte de pelo arreglan casi todo; sin embargo, permítanme hacer una declaración:

    SE VALE PEDIR/RECIBIR AYUDA

Si, queriditos... dejemos de cargar con las consecuencias de las agresiones que nos han infligido los sujetos activos de nuestras vidas y extendamos la mano a quienes con cariño y amor quieran cuidar nuestros raspones y moretones. 

Olvidemos el orgullo estúpido de charro borracho y dejemos que el amigo fiel y cariñoso nos cargue en medio de la tormenta, mientras echas tus brazos a su cuello para no desfallecer.

Esto no te convierte en una mala persona, al contrario.

Esto te ayudará a recuperar a la excelente persona que siempre has sido.

Bonito viernes, queriditos.



domingo, 28 de marzo de 2021

REFLEXIONES COVIDIARIAS

MI LADO LUMINOSO HABLANDO:

Gracias a la máxima deidad existente por mantenerme fuera de peligro durante mi padecimiento de COVID.

Por no dejarme sucumbir ante la ineficacia de las políticas de salud pública, engrosando la lista de "los trescientos mil y contando...".

Porque mi hermosa Alondra está recuperada y ya da negativo.

Porque sigo conservando mi trabajo.

Porque tengo amor, amigos, jefa, compañeros y familiares que se preocupan y ellos me han levantado el ánimo durante este tiempo.

Porque sigue latiendo mi corazón sin necesidad de un respirador...


MI LADO OSCURO HABLANDO:

😒 OK, NO DIRÉ NADA ESTA VEZ...

(Sólo díganle a la señora que escribe que por favor deje de escuchar "Solo soy un polaco enamorado")



domingo, 7 de marzo de 2021

BIEN POSITIVA

Si hubiera hecho todo lo que se me indicó desde el día uno de mi nacimiento, desoyendo a mi voz interior y cerrando la ventana de la percepción, tal vez me hubiera ahorrado muchos momentos vergonzosos y el episodio donde me subí al escenario en una fiesta ajena para que Cepillín me cantara el "Happy birthday" (y donde todo mundo me abucheó), nunca hubiera sucedido.

Si hubiera sabido manejar esa voz interior y mantener abierta "manque" fuera con un palo a la ventana de la percepción, seguramente estaría terminando un posgrado en Georgetown University y Mateo y Alondra no serían "Mateo y Alondra", sino Mathew & Lark, respectivamente.

Pero como ha sido la inercia la que ha regido mi vida, heme aquí tecleando como si no hubiera un mañana porque... ejem, tal vez no lo haya.

Había estado pasando por un periodo muy triste, muy incomprensible para mi; viviendo duelo tras duelo y tratando de seguir adelante con la vida, tomada de la mano de mis hijos y pidiendo al cielo que le permitiera a mi cabeza un poco de calma y silencio ante la serie de pensamientos obsesivos que llegan cuando estás superando una ruptura amorosa. Tal es así que un día de hace no poco tiempo, mientras escuchaba el disco "Sound of a Woman" de Kiesza, me recargué en un rincón de mi minúsculo apartamento y comencé a llorar. 

Lloré muchísimo y no podía identificar la causa del llanto. ¿Lloraba porque aún me dolía la injusticia con la que terminó la relación?, ¿lloraba por las pérdidas familiares recientes?, ¿por la situación en general?.
Y de repente me llegó la certeza de que era un llanto de iluminación. Lloraba y en mi corazón sentí esperanza, un renacer ante mis nuevos objetivos y sobre todo, un llanto de temor ante Dios por el futuro de mis hijos. En ese rincón, en ese momento yo le pedí a Dios que no me dejara morir pronto, porque no podía hacerle eso a mis hijos. 

No sabía que mi cuerpo ya estaba conociendo a su nuevo huésped: El Covid.

Al día siguiente comencé a sentir malestar de gripa y lo atribuí a que el fin de semana nos habíamos zampado un cargamento de "paletas, paletitas de a peso" y la temperatura en la ciudad de México se había descolocado bastante. Le mandé mensaje a mi jefiux de que tenía un poco de temperatura, que ojalá el poli no me fuera a regresar al día siguiente porque pinche uber sale bien caro y porque sueldo al 60% (y para ver si me decía "quédate en casa, Danis bebé, no te arriesgues").

Llegó el día siguiente, vi a los super RH haciéndose pruebas y formé mi ficha únicamente para ganarle una torta de chilaquiles de la Condesa al contador Solares, ya que estaba segura que no tenía nada... 

Cuando di positivo sí sentí que el mundo se detuvo para mi. Me sentí el "Impostor" de la Nave al que han expulsado mediante votación, volando a través del espacio sin rumbo ni dirección.
Sí pensé en el muy egoísta "¿por qué a mi, si me he cuidado tanto, si he sufrido tanto?".
Sí me enojé con Dios, con la vida, con la gente que me hubo lastimado.
Me enojé conmigo misma.

Llegué a casa, Alondra salió a recibirme con la misma alegría que yo sentía cuando mi papá llegaba temprano a casa. Y le pedí que no se me acercara... (solo de escribirlo, me siento quebrar de nuevo). Su carita, sus lagrimitas, su mirada de incomprensión... ver a la cara a mi papá como si hubiera yo matado a alguien, sabiendo que si lo había contagiado lo estaría exponiendo a lo más peligroso y mortal por su hipertensión, por su edad, por su condición fue completamente devastador para mi. ¿Por qué ese día no podía ser como todos los demás?.
¿Por qué yo, Dios?, ¿Qué va a ser de mis hijos y mis papás?.

Los primeros días fueron de verdadero tormento; lo anímico aniquiló cualquier dolor., estar lejos de mis ratitas ha sido lo más duro que he experimentado jamás.

O sea, cualquier otro azote previo se ha quedado corto con el dolor de no poder tocar esa piel aterciopelada de las mejillas de Mateo, ni aspirar el olorcito a quesito rico del cuello de Alito; todos los momentos donde me quejé de cansancio, aburrimiento, falta de motivación para jugar 5 minutos más, leer el 3° cuento de la noche, prepara esos hot cakes que ya no te salen de tan soso que encuentras hacerlos, se agolparon ante mi y se rieron de mi. Ese silencio en mi casa, esa soledad no era normal. Pero pide y se te dará... Y se me dió: Alito está convaleciendo conmigo, porque ella también dió positivo, ¡Zork!

Cuando le abrí la puerta, me abrazó y me dijo "¡qué bueno que di positivo, así te puedo abrazar, besar, morder y estar contigo todo el tiempo!".

Suspiro...

Hace tiempo pedí un amor incondicional sin saber que todo en mi vida ha sido estar rodeada de amor, unos incondicionales y otros que aún me tienen en terapia y chochos, pero amor al fin y al cabo.

Cuando por fin pude descongestionar mis sentimientos, pude darme cuenta de mi lugar en este mundo como madre, como hija, como hermana, como amiga, como ex compañera, como la mujer loca que se ríe sola y escribe dislates como terapia.

No elegí tener covid, no elegí contagiar a mi familia, no elegí la situación en la que me encuentro ahorita, pero sí elijo quien quiero ser en estos momentos: una mujer agradecida con lo que ha vivido, lo que ha aprendido y lo que se le ha presentado en un momento de crisis.

Porque, en términos orientales, la crisis es sinónimo de oportunidad.

Siempre hay una oportunidad....

domingo, 21 de febrero de 2021

 No hay forma de escribir esta entrada sin tener apachurrado el corazón.

Sentir un escalofrío que te recorre la espina dorsal mientras escuchas estas palabras "Él ya no está con nosotros", recordar de golpe todos los momentos que estuvo en tu vida, que tú estuviste en la suya. La familia que deja, la esposa, las hijas, los nietos y bisnietos con los que te hermanas en dolor. Porque es dolor de pérdida, de no querer creer que te arrancan pedazos de tu vida así de repente, que es inexplicable, que nos muestra momento a momento lo frágiles que somos y lo necesitados de consuelo y de amor divino para no sucumbir ante el mismo dolor.

Quiero abrazar a mi papá, a mi abuela Ofe, a mi tía, a mis primas, a toda la familia que hoy queda en silencio mientras unimos el corazón para despedir a mi tío Erasto. Mi tío que me cantaba "Las mañanitas" con su guitarra, que me hacía repelar cariñosamente, únicamente para hacerme pensar diferente.

Se me acabó la infancia de golpe. 

Se me acabó la inocencia y tal vez un poco de esperanza en poder vencer este maldito virus. 

Mañana amanecerá y pido a Dios que el enemigo nos de tregua en algún momento.

Amén.