Ya llegó la época en donde los más profundos deseos consumistas al fin tendrán un escape; la época que da el pretexto perfecto para abrazar a Conchita de Contabilidad y pedirle de favor que si nos borra unas cuantas faltitas, a cambio de una generosa botella de rompope.
Es la época en la que la Ciudat más hermosa del orbe, la siempre caótica y patidifusa Ciudad de México se vuelve Nueva York y todos los intelectuales tenemos foro para salir y exponer las frustraciones cursilonas que callamos durante todo el fuckin' año (Amén de tener la excusa perfecta para lucir nuestros trapitos "made in Condechi" y presumir botas largas, abrigos largos, bufandas largas y la clásica boina parisina -pero que fue comprada en Liverpool- dándonos el look de "soy newyorker de pura cepa")
Ajía, ajía, ajía.
Poes nada, la neta es que estoy grincheando de lo lindo y qué y qué.
Ya saben -porque si son fieles lectores, se acordarán que lo dije el año pasado- que a mi la Navidad realmente me pone. Es la época más feliz del año para mi y la rú. Pero ésta vez no atino a saber qué carámbas pasa en mi flaco corazón de arándano que no me puedo emocionar ni tantito.
Ok, a lo mejor es muy adelantado imaginar que toda la temporada me la pasaré con jeta verde y gruñendo a la menor provocación cada vez que alguien se acerca con "Jingle bells" como ringtone (¡es que hay un límite, por dios!) Tal vez cuando me toque ver a Mateo en su traje de ratita y bailando "El Cascanueces" me reconcilie con el christmas mood y hasta termine yendo a la Casa de los Amigos a cantar los tradicionales villancicos en inglés. O quizá hasta acabe comiendo fruitcake (¡Wácala de perro!)
Sí, si se que me pasa. No, no tiene que ver con que de repente mi "pastillita de la felicidad" me ha ubicado en tiempo y lugar y me sienta anticuada para ello. Es que cuando levantas la vista al horizonte y te encuentras una nubesota negra tapando tu arcoiris, a veces es más fácil caminar hacia el lado oscuro (Luke...-bufido-....soy....-bufido-...tu padre...JAJAJA!! ...#ok,not)
O no, a lo mejor es que me siento un poco agobiada por el tema de "...todo es felicidad, hey!".
O simplemente estoy de mal humor porque hace frío y muero por estar acurrucada contigo, tomando café y platicando de la insoportable levedad del ser, en vez de estar corriendo como ardilla clonazepámica.
O tal cual: Charlie Brown tenía razón y la navidad es deprimente.
Con o sin Snoopy.
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