viernes, 22 de junio de 2012

Los planes que sí se cumplieron.

Cuando yo cursaba la secundaria, mi máximo en la vida era estudiar la carrera que me permitiera escribir y ser publicada. Hice mis pininos periodísticos en "El Aguila", el periodicazo de la ESANS y lo único que mi cerebro alcanzaba a estructurar era para escribir acerca del "amor".
A los doce, trece, catorce años se puede estar enamorada del amor y no saberlo. O se puede estar ilusionada con la idea de compartir "algo" con "alguien" y frustrarse por no poder llevarlo a cabo.
Qué fácil sería si la naturaleza no jugara en nuestra contra, suprimiéndo las sustancias químicas que hacen aturdir nuestra alma y cedérsela a quien menos confianza tenemos, pero que más rico nos hace sentir.
Como decía, mi tirada en la vida era ser periodista, ser famosa, vivir sola y tener un novio que leyera mis escritos cual si fueran los diez mandamientos de Charlton Heston.
Como bien se han percatado, nada de eso pasó. Y lejos de sentirme anulada en la vida -y gracias a la terapia y al vextor- he entendido que nel, mi camino es hacer feliz al único hombre que me recordará como algo más que un número telefónico al que se le marca de vez en cuando o aquellos labios tibios que sabían a fresa.
Superar las metas, reales o imaginarias, que no llegan a su fin es un poco doloroso. Significa a veces el aceptar que no nos alcanzó la gas para terminar la carrera, o el resignarse a comprender que los entes humanos somos diferentes y que lo adecuado que eres para mi, no aplica de regreso para ti.
¿A dónde ir a poner la queja? Sólo que decidamos cantársela derecho al creador y vivir con la nube negra de por vida, lo mejor será ir aceptando lo que no estuvo en nuestras manos para lograr un paso que tal vez no era para nosotros.
A lo mejor sueno conformista, pero a la edad que tengo, de nada sirve pelearse con el pasado. Únicamente ensucio mi presente y de todas formas no habrá retorno.
Al renunciar a cargas tan pesadas -y tan absurdas- no solo aligero mi equipaje, también abro la ventana a nuevas perspectivas que se asoman tímidas, incrédulas de que yo las tome en cuenta. Son regalos extemporáneos al cumpleaños, pero que no dejan de ser significativos para mi.
Me he dado cuenta que hago esta misma reflexión una y otra vez y tal parece que es como si tratara de convencerme a mi misma de las decisiones que no me han logrado hacer feliz aún.
Pero como sabiamente me ha dicho mi prima Adrianita, hay que darle al tiempo su justo valor y nada más satisfactorio que el sentarte en tu nuevo sillón, al lado del hombre que has elegido para compartir tu felicidad presente, mirando entrar por la puerta el nuevo porvenir que te has trazado.
Con mucho cariño les deseo a todas las parejas que están iniciando una nueva etapa en sus vidas, que sean tan felices como lo quieran ser. El amor, la comprensión y la fidelidad son hechos ligados a la propia felicidad, la que vive en cada uno de nosotros y nos dice "levántate, eres afortunado de tener una nueva oportunidad para hacerlo de nuevo".
Que la voluntad de crecer juntos nunca los abandone.
Feliz viernes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Oye y si no tengo un sillon nuevo? ops...creo que estoy en problemas!!
Te quiero y muchas gracias por hacerme respirar profundo y recordarme ciertas cosas que por presiones, andar a las carreras, procupaciones, trabajo, cansancio, etc a veces uno las deja al fnal de todo!
Definitivamente Gracias a Dios por permitirnos estar aqui y por darme la dicha de escogerme para mama de Mateo! A seguirle echando muchas ganas y toooodo lo que se necesita para que nuestro sueño de amor siga soltando polvos de miel en la atmosfera de nuestro sueño encantado! jajajajajajaa
Danny Fdez