viernes, 11 de julio de 2014

DIPLOMA DE APROVECHAMIENTO

Cuando se acercan las fechas de premiación, todo parece entrar en revuelo y alharaca; los moños blancos son aún más blancos y las rayas de los pantalones parecen más derechas que nunca: es la hora de brillar...
Recuerdo cuando era chica y la ceremonia de premiación me venía de lo mejor. Me encantaba cantar las canciones que la Miss de Inglés nos enseñaba y cuando en 1990 "We are the world" sonaba en todo el Colegio Inglés Elizabeth Brock", se podía suponer quién era la niña que más fuerte (y horrible) cantaba. 
Pero era feliz: todas las ceremonias de fin de curso eran garantía de premios, diplomas, lágrimas y despedidas.
Para Matius y para mi es el fin de una etapa que comenzó cuando mi hermoso y bien portado hijito entró al Kínder. Según registros de esa época (ver Gatería 15 de agosto de 2011) yo estaba muy emocionada y feliz, pensando que aquello era el camino correcto hacia Harvard.
"Ahoy", tres años después, la alusión me da ternura, como casi todas las cosas que desconozco y comienzo a comprender: no se trata solo de crearle una base de conocimientos básicos y demostrables pues eso cualquiera lo puede lograr. 
En tres años nos hemos tumbado panza arriba mirando estrellas, el cielo, las nubes... hemos correteado gatos y conejos y también hemos entendido que a veces habrá momentos de lluvia y llanto. Que el valor de los libros se mide en relación a la tranquilidad de una tarde apacible y que los amigos lo son hasta que rebasan el límite del respeto, cuando se burlan de uno o lo hacen menos y que al contrario, cuando hay empatía y curiosidad por lo ajeno, las horas se escurren como caramelos expuestos al sol. 
Han sido tres años de fines de semana copados por sus compromisos sociales, donde he conocido toooda la amplia gama que abarcan las fiestas infantiles, los eventos deportivos, los bailes escolares. Y aunque se que esto no terminan, soy consciente que de manera eventual se perderán estas costumbres y poco a poco recuperaremos independencia en cuanto a nuestra agenda. Aún así, ha sido una etapa fantástica. La he disfrutado muchísimo, tener un hijo en etapa preescolar es lo máximo.
Si en estos años hemos caminado de la mano, se que a partir del próximo ciclo escolar, cuando entre a la primaria, algunos trechos los caminaremos juntos y en algunos otros miraré sus pasos alejarse de mi lado.
Snif.
Por lo pronto, disfrutaré el verano, las carcajadas y las paletas de limón.
Dice Fito Paez, a propósito de la vida que: "...es una hoguera que quema toda ilusión. La vida también regala gente divina de corazón. Las cosas siempre suceden, las más hermosas son sin querer. ¡Qué suerte que hoy la alegría tiene tu nombre y tu piel!"... Mateo.

Feliz inicio de vacaciones a tod@s los escolares y a los papás y ciudadanos de a pie: ¡Que dios nos agarre confesados!

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