sábado, 26 de abril de 2014

¡SALVEMOS A LAS BUBIS! (Empezando por las mías...)

Escena 1: Danita, 13 años, rellenando su corpiñito con algodón Zuum para contrarrestar la falta de bubilidad y evitar bullying por ser más plana que la tabla del ocho.
 El tema de las mamas, teclas, bubis, senos, tetas, chichis, bolas ____________ (ponga aquí la acepción de su preferencia) es inagotable, da para varias teorías -edípicas todas- y no deja indiferente a hombres ni a mujeres. Lejos de tomarnos en serio este tema (que lo es, en su contexto adecuado) será mejor abordarlo con humor pues ya ha causado grandes traumas en mi vida y en la de muchos más. Además, siento que ya he adquirido demasiada seriedad a causa de los sponsors y eso no va con éste blog. 
Como les decía, durante mi adolescencia el tema de moda entre chicos y chicas era el tamaño de los senos y debido a ésto, algunos descarados se la pasaban mirándonos nuestro frente, con esa delicadeza propia de los chavos hormonosos que babeaban ante las más "desarrolladitas" y se desternillaban de risa, señalando con su dedito a las que como yo, carecíamos del favor de la Madre Naturaleza en cuanto a madurar nuestras manzanas. Terrible.
No se -y pienso que pronto lo averiguaré- por qué si biológicamente los padres pasan antes por la adolescencia que los hijos y conocen de primera mano las cuitas juveniles, no tienen el tino, la chispa o la idea de advertir a los carentes jóvenes de cosas tan sencillas como la burla por no tener desarrollados los senos o alguna otra pifia propia de la edad. ¿Es acaso un mandato el guardar silencio sepulcral acerca de la propia adolescencia? ¿No hubiera sido más fácil un "Ay Ruperta, ya eres toda una damita y ... pues aunque aún no tengas ni media copa, pronto tus botoncitos retoñarán. Tú no te apures, chula; es normal que aún seas tan plana como "La de ocho" del Ovaciones". O sea, ¡esa información le habría ahorrado a la Rupert una buena terapia!
Pero como todo en la vida, las Rupertas del mundo tuvimos que aprender a la mala, como es y seguirá siendo hasta que alguien cambie la manera de abordar con los jóvenes el tema de la sexualidad.
El no tener los pechos protuberantes como los de algunas compañeritas me orilló a desarrollar otras protuberancias en otras partes de mi cuerpo, como las neuronas por ejemplo, pues sin ser necesariamente la más aplicada, sí empezó a caerme el veinte que tal vez un par de tetas jalan más que una carreta pero que un par de neuronas bien aprovechadas podían jalar hasta al buey más resabio.
Dejé de preocuparme por mi talla 32 B y dejé que el mundo rodara...
Escena 2: Dana, veinteañera, bailando encima de las mesas del "Carlos 'n Charlie's" en su viaje de generación y moviendo sus "lolas" al ritmo de "Procura coquetearme más"
Llegó el día de la reivindicación y fui la más feliz. 
Aunque me hube de autosugestionar durante varios años acerca de que no necesitaba ese tipo de atención en cuanto a tener un 90-60-90 y que con mi sentido del humor tenía de sobra para conquistar, cualquier mujer experimenta un momento de debilidad, autocompasión y necesidad de ser admirada por su figura o por su físico y yo no fui la excepción. Así que el día en el que ¡por fin! escuché un finísimo "¡qué tetomas!", mi reacción fue la de sonreir (procurando que el barbaján no me mirara, ¡no fuera a pensar que le estaba dando entrada!) y sacar el pecho con orgullo; ya no volvería a pasar desapercibida con mi 36 B por la vida.
Escena 3: Dana se convierte en "señora bonita y ociosa" y comienza a ir al gym, a comer sano y dejar por la paz los asaltos de media noche a la despensa.
Y entonces mis bubis comienzan a desaparecer... ¡otra vez!
Puuuuuu... esto no es posible, en verdad que alguien me ayude. ¿De verdad es TAN necesario que al bajar de peso también los senos bajen? O sea, ¿cómo me explican que las conejitas de Playboy sean tan flacas pero que presuman de tremendos pechugones? Ahhhhh, ¿dicen que son silicones?
No bastan razones del tipo: "Ay, pues qué tiene, la moda es estar flaca y plana. Ve a la Kate Moss..." o: "Bueno, vélo por este lado: podrás correr sin peso extra." o el peor de todos: "Al fin que ya tienes marido". 
Yo quiero mis bubis de vuelta. 
Y me atrevo a asegurar que algun@s más... ¡también!

Feliz fin de semana, queridos. 
Etiquetas: Yo tetona... jajajaja. #Ash


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