Es lunes y mi fin de semana estuvo marcado por el horrible hecho de que vulneraron la seguridad de mi casa entrando en ella sin permiso y sin avisar.
Aparte del molesto suceso, tengo que cargar con la "culpa y responsabilidad" de -según versiones oficiales- haber dejado abierta la puerta de la casa...
OK, si. A mi me CAGA vivir aquí (noten que mi disgusto ya es categoría 5 en la escala Saffir-Simpon) pero ni por ello sería tan TARADA de dejar la puerta de ESA casa abierta, para que los malhechores se cuelen impunemente en ella.
En fin, las carpetitas de la abuela están completas y a mi colección de revistas de "La Mosca" no le falta un solo ejemplar. Saldo cuasi blanco pues mi credibilidad ha quedado por los suelos con la familia de Marmota y mi siempre cuestionada salud mental ahora ya es tema de debate nacional.
Así pasa cuando eres del club "Hago cosas estúpidas por los hombres"
¿Que qué carajos es ese club? Ah pues uno en donde las integrantes básicamente hacemos cosas sospechosamente poco inteligentes en aras de tener contento a un varón.
Recuerdo que ingresé en ese club desde muy temprana edad cuando en tercero de kínder nos llevaron a una pastorela. Recuerdo que a mi me gustaba mi compañerito Israel y que por seguirlo me chuté toda la maldita pastorela llena de diablos a los cuales yo temía. Lo pasé terriblemente mal, llorando y tapándome los ojos. Pero eso si, bien prensada de la mano del tal Israel (que a la postre me dejó por la güerita Liliane)
En segundo de primaria, mis notas bajaron considerablemente al pasarme los días contándole las pecas al pecoso de Fidel.
No se me olvida el regaño de mi madre el cual es digno de reproducir aquí: "...floja, no hiciste tal trabajo...¿qué pensabas?... PERO A ECHAR NOVIO NADIE TE GANA, ¿VERDAD?"... Ay Dios, la verdad todavía me duelen esas palabras pero ¿qué podía decir? Simplemente soy la mascota del club "Hago cosas estúpidas por los hombres"
Y la lista sigue.
Viajes clandestinos a Querétaro a los catorce años, pijamadas inventadas con tal de salir de fiesta con la familia del novio en turno... Una vez por alcanzar a un novio a la Marquesa estuve a punto de protagonizar "Kilómetro 31" ya que me aventé como el Borras y sin dinero hasta allá y cuando llegué ¿cual fue mi sorpresa? ¡Ah! No había ni una maldíta alma.
No traía varo, ya lo dije. Y no había gente a quien pedir una caridad por el amor de diossss. Me quedé sentada en un puesto de quecas durante cuatro horas, rogándo porque la doña vendiera algo y así pudiera prestarme algo de pasta. Total que llegó una bolita de chicos nais y me armé de valor para solicitar una feria.
Las mejillas me ardieron cuando dos de ellos me dijeron que me daban un aventón a Insurgentes.
Seguro eran Lassallistas pues traían la Rondalla de Saltillo a todo lo que daba, pero no me importó que "De colores" fuera el soundtrack que amenizara el anhelado viaje de regreso.
En otra aventura me salí del trabajo SIN AVISAR para ir a dejar un paquete misterioso, el cual contenía música francesa y unas crayolas... ¡Háganme el usual re rechingado favor!
Y así hay varias... vaaaaaarias.
La última, lo acabo de decir, me casé con una Marmota y aquí me tienen, bloggeando porque soy incapaz de decir "Vámonos a vivir a otro lado" y ¿saben por qué?
¡Exáaaaaaaaaaaaacto!
Porque soy del club "Hago cosas estúpidas por DOS hombres"
Bah!
Aparte del molesto suceso, tengo que cargar con la "culpa y responsabilidad" de -según versiones oficiales- haber dejado abierta la puerta de la casa...
OK, si. A mi me CAGA vivir aquí (noten que mi disgusto ya es categoría 5 en la escala Saffir-Simpon) pero ni por ello sería tan TARADA de dejar la puerta de ESA casa abierta, para que los malhechores se cuelen impunemente en ella.
En fin, las carpetitas de la abuela están completas y a mi colección de revistas de "La Mosca" no le falta un solo ejemplar. Saldo cuasi blanco pues mi credibilidad ha quedado por los suelos con la familia de Marmota y mi siempre cuestionada salud mental ahora ya es tema de debate nacional.
Así pasa cuando eres del club "Hago cosas estúpidas por los hombres"
¿Que qué carajos es ese club? Ah pues uno en donde las integrantes básicamente hacemos cosas sospechosamente poco inteligentes en aras de tener contento a un varón.
Recuerdo que ingresé en ese club desde muy temprana edad cuando en tercero de kínder nos llevaron a una pastorela. Recuerdo que a mi me gustaba mi compañerito Israel y que por seguirlo me chuté toda la maldita pastorela llena de diablos a los cuales yo temía. Lo pasé terriblemente mal, llorando y tapándome los ojos. Pero eso si, bien prensada de la mano del tal Israel (que a la postre me dejó por la güerita Liliane)
En segundo de primaria, mis notas bajaron considerablemente al pasarme los días contándole las pecas al pecoso de Fidel.
No se me olvida el regaño de mi madre el cual es digno de reproducir aquí: "...floja, no hiciste tal trabajo...¿qué pensabas?... PERO A ECHAR NOVIO NADIE TE GANA, ¿VERDAD?"... Ay Dios, la verdad todavía me duelen esas palabras pero ¿qué podía decir? Simplemente soy la mascota del club "Hago cosas estúpidas por los hombres"
Y la lista sigue.
Viajes clandestinos a Querétaro a los catorce años, pijamadas inventadas con tal de salir de fiesta con la familia del novio en turno... Una vez por alcanzar a un novio a la Marquesa estuve a punto de protagonizar "Kilómetro 31" ya que me aventé como el Borras y sin dinero hasta allá y cuando llegué ¿cual fue mi sorpresa? ¡Ah! No había ni una maldíta alma.
No traía varo, ya lo dije. Y no había gente a quien pedir una caridad por el amor de diossss. Me quedé sentada en un puesto de quecas durante cuatro horas, rogándo porque la doña vendiera algo y así pudiera prestarme algo de pasta. Total que llegó una bolita de chicos nais y me armé de valor para solicitar una feria.
Las mejillas me ardieron cuando dos de ellos me dijeron que me daban un aventón a Insurgentes.
Seguro eran Lassallistas pues traían la Rondalla de Saltillo a todo lo que daba, pero no me importó que "De colores" fuera el soundtrack que amenizara el anhelado viaje de regreso.
En otra aventura me salí del trabajo SIN AVISAR para ir a dejar un paquete misterioso, el cual contenía música francesa y unas crayolas... ¡Háganme el usual re rechingado favor!
Y así hay varias... vaaaaaarias.
La última, lo acabo de decir, me casé con una Marmota y aquí me tienen, bloggeando porque soy incapaz de decir "Vámonos a vivir a otro lado" y ¿saben por qué?
¡Exáaaaaaaaaaaaacto!
Porque soy del club "Hago cosas estúpidas por DOS hombres"
Bah!
3 comentarios:
Jajajajajajaja!!! No! qué mal!
Pues si he de ser sincera, yo también soy del club...
A decir verdad no recuerdo así con esa exactitud las cosas que he hecho... A decir verdad no recuerdo con exactitud la mayor parte de mi vida =/
Como sea, ármate de valor y di las tan anheladas palabras... si no te gusta vivir acá -que ya somos dos- mejor dilo, es preferible que duden un poquito más de tu salud mental a que tu salud e integridad se vean afectadas =/
Vafta =D
JAJAJAJJA ERES LA NETA......... YO ME UNO AL CLUB!
GRACIAS POR ESCRIBIR EN LUNES, GRACIAS A TI LOGRE DESPERTAR Y SEGUIR TRABAJANDO EN ESTA OFICINA (TE JURO QUE A VECES LA PESADEZ Y EL SUÑO DE EMBARAZO NO ME DEJAN CONTINUAR)
POR CIERTO, AVISOTE QUE LE PASE EL LINK DE ESTE BLOG A UN AIGO PUES LE ESTUVE LEYENDO ALGUNAS ANECDOTAS ESCRITAS AQUI Y SE INTERESO, ASI QUE TAL VEZ DEJAREMOS DE SER MENOS 5 LECTORES TUYOS!
TE QUIERO LOCA Y MENOS MAL QUE TODOS ESTAN BIEN Y NO LOS DAÑARON CUANDO ENTRARON A TU CASA!
BESOS
DANNY FDEZ!
En efecto era del club "hago cosas estúpidas por los hombres" pero un día decidí YA NO MAS y me lo dije lentamente después de encontrar a mi novio tirando con otra. =( si literal tirando con otra. Me dololio me sentí como lo expreso la chica en la película de como agua para chocolate sentía un hoy negro en mi pecho casi podía pasar mi mano en frente y sacarla del otro lado, después de ese dolor me dije a mi misma lentamente YA NO MAS y entendí que hacer cosas estupidad por los hombres, no vale la pena, por que te las haces a ti misma.
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