martes, 11 de junio de 2024

Echar de menos.

Hacia muchísimo tiempo que no pensaba en ti. Al menos, no de forma consciente...
Qué curioso es que ciertos momentos recientes en mi vida me estén trayendo tu recuerdo. La canción dice que te estaría llamando cada 20 de abril y me dirían que no hay nadie, que estás lejos de ahí y yo me pondría muy triste... sí, sí estuve triste el 20 de abril y no, no era por ti. 
Cuando decidiste irte, sin dar más explicaciones ni oportunidad de dártelas, me encontré con un abismo negro que se tragó cada posible alegría, cada oportunidad de brillar y volver a salir a la luz. Y luego, nada. Más oscuridad y silencio y siento que envejecí mil años y la situación alrededor no ayudaba nada. Dos veces nos cruzamos en el camino y las dos me miraste y hablaste como si aún estuviera en tu corazón. ¿Lo estaba?
¡Y qué importa!, la vida siguió y yo también. 
No sé si a pesar de ti, no sé si por ti, no sé si por mí. Yo tuve que seguir moviéndome y seguir existiendo a pesar de ti.
Caminé por un desierto pensando en que nadie me elegiría de nuevo, que nadie pensaría en lo valiosa, inteligente, hermosa que soy... ni yo misma llenaba mis requisitos. 
Y sorprendentemente me eligieron. Fui considerada y elegida por aquel que yo menos hubiera esperado, el que siempre sentí como un obstáculo en mi camino y crecimiento. Ser escogida y reconocida por él, escuchar de sus labios que me necesitaba fue too much! Casi pude ver tu cara de sorpresa y luego de sorna al enterarte de quién había elegido tenerme en su vida, puesto que siempre tuviste la sospecha de lo que sentía por mí. No lo sé, aún no lo sé. Lo que sí sé es que ahora me ves trepar montañas, navegar ríos caudalosos y sortear situaciones críticas junto a alguien que me elige todos los días y al que yo no había sabido valorar ni aquilatar lo suficiente sobre lo increíble que es ser apreciada y lo afortunada que soy por contar con su confianza por no sentirme merecedora, por sentirme una impostora y sentir que en cualquier momento ésto se puede terminar. 

No, no..., ¡qué necesidad! Si alguien me enseñó que a nadie se debe esperar en el camino, ese fuiste tú.  Y que no me debe importar acerca de quién se incomode con el sonido de mi vuelo,  ese también fuiste tú... sin quererlo.
Hoy te me veniste a la mente y pude sonreirle a tu recuerdo. 
Finalmente, para ti siempre fui "una cabrona" que era "muy astuta", "que siempre estaba tratando de buscar ventaja y pasarse de lista"... pues no, no lo era en ese tiempo ni bajo aquellas circunstancias, pero, hoy te voy a tomar la palabra, hoy voy a honrar tus insultos y los voy a tomar de combustible para seguir elevándome. De cualquier forma, tú vives tu vida.

...o a lo mejor ya no.

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