viernes, 12 de febrero de 2016

MIENTRAS TANTO...

En estos días en los que he visitado algunas oficinas de reclutamiento me he regodeado con la manera en la que están "personalizadas" y lo que gritan algunas de ellas acerca de sus ocupantes.
Por ejemplo, en una oficina había una cantidad sofocante de plantas denominadas "Teléfono" y en verdad aquello parecía una jungla. Es más, había hasta un atomizador para -seguramente- regarlas y que desprendan de cuando en cuando un tufo verdoso que indudablemente hará adormecer a más de un candidato (como finalmente me sucedió... fue eso y no el hecho de encontrarme realizando un exámen psicométrico sin pies ni cabeza, una suerte de mezcla de Moss, eneagrama y el clásico chismógrafo ochentero).
En otra oficina había muchos souvenirs de viajes por el mundo. Una joya.
¿Qué dice esa decoración de sus ocupantes? ¿Soy un viajero? Nahhhh, más bien un pretencioso que no se distinguir que todos mis "recuerditos" están hechos ¡en China! Así que ¿para qué tomarse la molestia de viajar a tanto lugar cuando puedes hacer tus pedidos vía Amazon?
Y no lo digo por encontrarme ardida ante la falta de perspectiva de viajar (o de dinero), noooo, para nada. Más bien por experiencia, pues recuerdo que mi hermano me trajo mucha parafernalia de Nueva York y en realidad todo venía marcado con el famoso "Made in China". El horror.
Pero bueno, hubo otra oficina en la que el eclecticismo era lo suyo y quiero suponer que aquello era por ser una oficina compartida. Ante esa perspectiva, ni modo, convive el póster del "Místico" que algún RP despistado puso por allí, junto a los tópers de Goyita y el pisapapeles con el logo de la compañía.
Claro que recuerdo cómo lucía mi pequeña oficina cuando trabajaba... era una afrenta a la madurez y al buen gusto pero a mi me hacía muy feliz: Post-its de todos los colores, formas y tamaños habidos y por haber, un portalápices de Snoopy atiborrado de... ehm... ¿lápices?, unas letras de madera formando mi nombre, una sillita para mi celular en forma de gato, un sujetanotas en forma de gato, cajas de cartón estampadas, un bambú, clips de colores...ufff. ¡Quién sabe lo que opinaría de mi la gente que conoció ese lugar!... (¿Que era una ridícula?)

Mi favorita fue una oficina con muchísimos libros. Y gastaditos, nada de nuevos.
Una oficina con el suficiente contenido de Post-its, la suficiente cantidad de lápices, un moderado sentido de calidez y ¡esos libros! ...
Ojalá sea una señal... ojalá me quede allí.
Feliz Viernes, queridos menos cinco lectores de siempre; aprovechen este post para re considerar su oficina y quitar de una vez esa espantosa Torre Eiffel de metal que, neta, ni viene de París...


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