viernes, 14 de marzo de 2014

Caaaaaambio de canal... (45 de 13245930)

¡Quietos! ¡Quietos que el día aún no termina y estoy por sentarme a escribir de una manera muy diferente!
O más bien, con un mood muy diferente.
Alguna vez leí este pensamiento: "Start where you are. Use what you have. Do what you can."... y sucedía que sí le tomaba sentido, sí checaba con mis pensamientos PERO era inoperante en mi, por la simple y sencilla razón de sentirme incapaz de empezar donde me encontraba sin haber resuelto cosas, situaciones, modelos ya aprendidos y gastadísimos.
Creí que hacer uso de mis habilidades (cualquiera que estas sean; creánme, a veces siguen siendo un misterio para mi) eran una ofensa, un atentado contra el status quo que me había impuesto. Algo así como castigarme por ser tan buena en algo y no poderlo aplicar en la cotidianeidad (y no, no se puede bailar "hoky poky" como una master y pensar que se puede vivir de ello) 
Y ya no se diga el "hágalo como pueda" como una respuesta a un mundo cada día más demandante.
En resúmen: que me he sentido una impostora, hiciera o no hiciera cosa alguna. Y, lo sabemos, no hay nada peor que vivir con una eterna duda sobre la eficacia de nuestro proceder en el día a día.
-Tampoco ayuda a paliar dicha duda haciendo encuesta permanente, debo agregar-.
Agréguenle al carrito de compras el hecho de sentirme mala madre el 84% de las veces en las que la inexperiencia ha quebrado mi espíritu y tenemos un coctel de fracaso bastante peligroso.
¡Pero esto se acabó!
(O se volvió a acabar, que yo no tengo la culpa de ser perfectamente distímica y reciclar dudas y problemas existenciales para volverlos a poner de moda en mi mapa personal)
Empezar donde uno se encuentra es perfectamente sano. No funciona regresar al punto de partida para ponerle moños, pintarlo con colores diferentes y tratar de cambiar el pasado para tener una posibilidad de .00000004 de cambiar el futuro. Por eso: empieza donde estás. Hay maneras de soltar un pasado doloroso, una mala decisión o una culpa feroz. Me costó darme cuenta lo imposible y desgastante que es tratar de cambiar o entender cosas que están más allá de los límites del tiempo...
Empiezo donde estoy: treintona, con un hijito a punto de entrar a la primaria (¡A la primaria...Dios...! ¡Llevo escribiéndoles desde que lo llevé en mi vientre y ahora entrará a primaria!), con un marido al que seguramente le seguiré sacando canas y sonrisas y una red amorosa de familia, amigos, menos cinco lectores usuales, colegas y compañer@s de ruta.
Usaré lo que tengo, así sean las habilidades más piñatas que me pude procurar y con ellas labraré un presente diferente. Qué importa si ello implica morir en la raya tratando de hacer lo que mejor se hacer (que sinceramente es bien poco, la neta)
Y finalmente: haré lo que pueda sin lastimar mi ser con comparaciones odiosas o expectativas imposibles; soy la mejor versión de mi y de mis errores he hecho un blog. ¿Qué más se le puede pedir a la vida?
Estoy realmente emocionada... un nuevo panorama se ha abierto de pronto; las nubes se empiezan a alejar y tímidamente mi vida da un nuevo giro y con ello, la oportunidad de crear, de reinventar, de mejorar...
Es increíble como un cambio de look, de shampoo, de trabajo, de pareja, de alimentación o hasta de casa pueden generar en un@ la fantástica sensación de "This is it!".
Qué importa ganar o perder con los cambios, si lo más divertido se trata de jugar.
De arriesgar y de aprender.

Feliz viernes/casi sábado, queriditos...

P.D. Inauguramos sección: "¡Porque lo digo yo!" en relación a temas de maternidad, hijos, educación y demás miscelánea, en atención a las peticiones que me han hecho llegar al respecto.
Muchas gracias por sus correos y/o comentarios.



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