lunes, 31 de diciembre de 2012

ADIÓS 2012

(Dana: por favor no comiences esta entrada con el sobadísimo "En este año...". Atentamente: Tu voz interna)
Queridos menos noventa mil lectores de siempre, en éste año (damn it!) aprendí muchísimo. Sí, la verdad es que no me puedo quejar -más- de la vida. Si la máxima deidad existente pusiera calificaciones o sellitos, yo bien podría sacar un 8 o un "Sí Trabaja" por mi cuarto año consecutivo como progenitora del Matius o como la histérica protectora de La Peluss.
De los demás roles que la sociedad y las buenas conciencias me quieran endilgar y/o endosar no respondo. Ya lo sabemos, soy de lo peor. Ni buscarle excusas, explicaciones o remedios (tal vez mezcal, por aquello de "pa remedio: litro y medio", pero ni así), si algo corroboré este año es que soy un modelo perfecto de imperfección y que nadie sufre con mis trastabilleos (que en ocasiones llegan a ser auténticos azotones, con pantalón de casimir roto por ambas rodillas, en pleno camino a tribunales y toda la cosa) más que yo misma (y en ocasiones La Peluss, pues he llegado a caerme encima de ella o pisarla)
Se que dije que no haría revisión estricta de mi año en el post anterior y aún lo pienso así: por qué regodearse con las desgracias propias y autoinfligidas si es mucho más bonito echarse flores -que en ocasiones serán francos macetones- ¿que no?
Hubo muchísimos "highlights" en mi año: conciertos inolvidables como el Vive Latino con Café Tacvba cantando en mis meras barbas y con mi bandita de la Uni brincando como chapulines; viajes maravillosos a Oaxaca, Acapulpo, Puebla, Queretarrock, Guadalajara y anexas; celebrar mi cumpleaños número 32 en Cancuuuún con mi brother del alma (y de sangre también, je je) Davide; reencuentros mucho más explosivos que el del grupillo Mercurio; desayunitos de "goodie wife" con mis amigas del Reims; sesiones terapéuticas maratónicas con desintoxicación incluída, el conocer nuevas amistades y saber que "son la hostia" y que, además de todo, admiran mi manera -por demás fatídica y espantosa- de manejar (¿verdad Dianita?), las salidas culturales con Kry (que luego se enoja porque no se cuando salía de vacaciones u.u); momentos en los que aún está bien chido decir chido y bailar "Rastamandita" como si todavía tuviera 23 (y con un Matius mirándome bien sacado de onda); convivencias varias con la familia de aquí y de allá; los siempre acertados comentarios de Danny, mi fan number one de éste, su (de ella) blog de (des)confianza y lo mejor: los 365 días en los que el Matius tuvo a bien recetarme dos que tres enseñanzas de vida pa' ver si de una vez por todas ya me despabilo, carambas...
Por otro lado, yo se que en el panorama nacional el horno no está (¿alguna vez lo ha estado?) para bollos, pero se que ustedes, criaturitas del señor, harán su trabajo lo mejor que puedan. Por lo pronto, “dejemos que sean otras plumas las que se complazcan en el pecado y la miseria. Yo me alejo de temas tan
odiosos  tan  pronto  como  puedo”.
***                                                    
¡Oh, cielos! llevo dos horas tratando de terminar decentemente éste panfleto pero mi déficit de atención vino de visita justo cuando trato de ganarme el premio Púlister con mis dislates habituales.
En serio, mejor el Matius vino a cerciorarse si aún sigo despierta  y ya se fue a su calientita cama a seguir soñando con conejitos brincolines y pastel de pitufresa, con una expresión de "chale, a ver a que horas", lo cual me indica que debo soltar éste año (y el post) tal como está. Sin adornos ni exageraciones de más. Simplemente el testimonio de una (no tan) chica común y corriente, sonriéndole a la pantalla a las cuatro de la mañana del último día del año, quien se encuentra emocionadísima por el inicio de un nuevo ciclo, cual chamaquita de secundaria a la que la han besado por primera vez.
¡Sí! Estoy MUY emocionada por lo que viene y los invito a que se unan a mi optimismo ramplón de último minuto. 

Se que habrá piedras con las que me encariñaré, pero se también que mi talento para patearlas hasta el infinito será la diferencia entre el ayer y el resto de mi vida.

Con fe y total entrega a Dios, así te estaré esperando 2013.

¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bienvenido 2013 yo también lo espero con ansias,no se porque pero creo q este año (diablos, tampoco pude dejar de usar esta frase) no me ha dejado del todo satisfecha y tengo fe q el 2013 estará mmucho más chidito.
Gracias comadrita por la mención y por regalarme esta última entrada del año! Te quellou!