lunes, 7 de marzo de 2011

Despedida de soltera...

Dedicado con muchísimo cariño a menos una de mis queridos menos cinco lectores de siempre: Danny Fernández.

Estoy convencida de que casarse mas que un acto jurídico, es un acto de fe.
Quién en su sano juicio deja la tranquilidad y confort de una vida que más o menos se conoce por el enigma que representa vivir en pareja (ya sea con un ser humano, gato o planta carnívora)
Ejemplos de matrimonios estrellados en el piso existen muchos, tantos como para persuadir a la población completa de Tepelmeme para nunca contraer nupcias en toda su tepelmemesca vida.
Pero también el poder de la esperanza (que no los rayitos de la ídem) es mucho máyor como para convencer a la gente de dar el salto al vacío y sin paracaídas.
Y cuando la mujercita ha sopesado las dos opciones que tiene: el saltar al vacío o el quedarse en tierra firme y se decide por la primera, entoces no queda más que celebrarlo (o lamentarlo, o envidiarlo) con un ritual que ciertas féminas gustan muy bien: La temida, fallida, reveladora despedida de soltera.
Miren damitas, no se ofendan. Sólo hablaré de las que me tocaron asistir y no daré nombres (porque de todas maneras, a pesar de mis esfuerzos, La Gatería sigue sin superar a sus menos cinco lectores de siempre)
Yo no se por qué invariablemente las mujeres cambian cuando están reunidas para, supuestamente, dar consejos de casadas a la bride to be. Es un fenómeno social que no alcanzo a entender cuando de repente todo se convierte en "sexo" y "todas contra los hombres".
Para empezar, todas llegan muy modositas, tiernas y con ganas de pasarlo bien. La futura se encuentra en perfecto dominio de sí misma, sin sospechar que dentro del armario de los abrigos se esconde un bombero o un policía o un albañil que le arrimará sus "cositas" -velis nolis- al ritmo de "a bailar el chupi chupi"
¿En qué momento aquello se convierte en una especie de bacanal donde la mayoría deja salir sus inhibiciones? Ni idea, pero cuando ves a tu abuelita untarle aceite del amor al jóven que amablemente presta su puerqucito para ello, sabes que aquello no puede ir mejor.
Bocaditos en formas lúbricas, juegos donde la virginidad pasa su más dura prueba (no es lo mismo probarlo a una sola persona que hacerlo frente a varias, con tu suegra y cuñadas incluídas) y el foro donde todas dejan constancia de que "pa qué te casas y mejor estar como estás", son la agenda de toda despedida de soltera que se respete.
Yo, OBVIO, no tuve despedida.
Y ps la verdad me quedé con ganas de que alguien me bailara ·"El chupi chupi"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

HOLA: MUCHAS GRACIAS DANITA.... LA VERDAD ES QUE YO NO QUISE BAILE CHUPI CHUPI.. NUNCA ME HA LATIDO ESA ONDA, LA VERDAD ES QUE MI DESPEDIDA DE SOLTERA FUE MUY FRESA PERO ESO SI, MUY DIVERTIDA Y BIEN ORGANIZADA POR MI QUERIDA MADRE Y HERMANA!
SI, LA VERDAD YO PREFIERO TIRARME AL VACIO E INTENTAR NO ESTAMPARME CONTRA EL CONCRETO MAS RAPIDO DE LO IMAGINADO Y LLEVARME EL DULCE
SABOR DE BOCA DE SABER QUE ALMENOS LO INTENTE Y NO ME QUEDE CON LAS GANAS!
VENCER MIEDOS ES BUENO NO?
DANNY FDEZ.

Dana dijo...

Claro que sí!
Quedarse con las ganas o sin intentar las cosas, es la manera más rápida para frustrarse de por vida.
Me da muchísimo gusto que lo hayas pasado bien en compañía de tu familia y amigas. sí, de haber tenido una, también me hubiera decantado por el modelo "fresa" (pero sí con el chupi chupi) porque de igual manera, todo lo que según me quisieran enseñar, ps ya hubiese sido en vano, no? jajajaja.
Cuídate muchísimo y no olvido de que te debo tu regalo.
Besos.
Dana.