Es tarde por la noche (o debo decir ¿es temprano por el nuevo día?) y Marmota se llevó un regaño de mi parte al llegar tarde y sin avisar.
No es que me guste jugar a "La mamá" con un adulto de 33 años, ni tampoco es que no tenga vida propia más que la de estar esperando al "hubbie" para darle de cenar. Pero no me gusta que alguien alimente mi paranoia. Para eso me basto y me sobro, pos hombre!
En fin, en un intento por calmar mis ànimos la Marmota trata de congraciarse hablándome con acento colombiano, pero frustro sus esperanzas cuando noto que lo hace en un arco reflejo por observar su telenovela "Las muñecas de la Mafia" ....Bu!
Y bueno, no es que le de la razón a Lucía Méndez con aquello de "corazón de piedra, corazón" pero sí soy difícil de contentar.
Por cuá? pues porque tengo tan arraigado el sentido del honor -y tan ausente el sentido común- que para mi no es fácil disculpar una bobada porque yo misma no me disculpo de bobadas.
Sí, sí. Ya se que al paso que voy seré infeliz y desgraciada. Se que terminaré vieja y sola, en una casa apestosa llena de gatos. Y sí, ya se tooooodos los buenos consejos que se dan en éstos casos: que el matrimonio y bla bla bla... save it!
Aquí hablamos de que soy difícil de contentar pero al mismo tiempo, soy torpe para acordarme de las afrentas del día anterior.
Explíco: No se qué diablos sucede al dormir pero, magicamente al día siguiente, se me olvida el por qué estuve enojada. ¡En serio!
O sea que, pudieron haberme llevado mariachi, pudieron haberme tapizado mi oficinita de flores, pudieron haberme comprado todas las revistas que me gustan. Todo para contentarme, pero lo cierto es que al dormir, se me olvida todo.
Será porque en sueños tengo mi contento, no?
En una ocasión, el galán me regaló su jersey favorito (Miami Dolphins) y yo ps nel, nada que lo perdonaba...hasta que caí en profundo sueño y al día siguiente estaba como si nada. Toing!
Con esto no quiere decir que me siento más papista que el papa johns, nooooo. Quien me conoce sabe que me llevo y me aguanto bastante bien.
Nomás es cuestión de que no se pasen de la raya...
O que me regalen unos buenos diazepames.
No es que me guste jugar a "La mamá" con un adulto de 33 años, ni tampoco es que no tenga vida propia más que la de estar esperando al "hubbie" para darle de cenar. Pero no me gusta que alguien alimente mi paranoia. Para eso me basto y me sobro, pos hombre!
En fin, en un intento por calmar mis ànimos la Marmota trata de congraciarse hablándome con acento colombiano, pero frustro sus esperanzas cuando noto que lo hace en un arco reflejo por observar su telenovela "Las muñecas de la Mafia" ....Bu!
Y bueno, no es que le de la razón a Lucía Méndez con aquello de "corazón de piedra, corazón" pero sí soy difícil de contentar.
Por cuá? pues porque tengo tan arraigado el sentido del honor -y tan ausente el sentido común- que para mi no es fácil disculpar una bobada porque yo misma no me disculpo de bobadas.
Sí, sí. Ya se que al paso que voy seré infeliz y desgraciada. Se que terminaré vieja y sola, en una casa apestosa llena de gatos. Y sí, ya se tooooodos los buenos consejos que se dan en éstos casos: que el matrimonio y bla bla bla... save it!
Aquí hablamos de que soy difícil de contentar pero al mismo tiempo, soy torpe para acordarme de las afrentas del día anterior.
Explíco: No se qué diablos sucede al dormir pero, magicamente al día siguiente, se me olvida el por qué estuve enojada. ¡En serio!
O sea que, pudieron haberme llevado mariachi, pudieron haberme tapizado mi oficinita de flores, pudieron haberme comprado todas las revistas que me gustan. Todo para contentarme, pero lo cierto es que al dormir, se me olvida todo.
Será porque en sueños tengo mi contento, no?
En una ocasión, el galán me regaló su jersey favorito (Miami Dolphins) y yo ps nel, nada que lo perdonaba...hasta que caí en profundo sueño y al día siguiente estaba como si nada. Toing!
Con esto no quiere decir que me siento más papista que el papa johns, nooooo. Quien me conoce sabe que me llevo y me aguanto bastante bien.
Nomás es cuestión de que no se pasen de la raya...
O que me regalen unos buenos diazepames.