martes, 7 de mayo de 2024

Adelante, corazón...

 ¿Dónde está esa chica?

Todos se están preguntando “¿en dónde está esa chica?” y la chica les responde:

Estoy viviendo mi duelo. Atravieso una crisis y mi forma de afrontar las crisis es esconderme en mi madriguera de gatita salvaje, lamiendo mis heridas, curando mi corazón roto y fortaleciendo nuevamente mis patitas cansadas de brincar de sobresalto en sobresalto.

Había demasiado ruido en mi cabeza.

Dice Andrea Echeverri: quiero desintoxicarme, cortar esta dependencia antes que sea tarde.

Aclarado lo anterior… ya viene el 10 de mayo, gente. Aquella fecha donde los hijos rinden tributo a las mamás (las suyas, las ajenas) y yo estoy aterrada. Me purga celebrar y que me celebren el día de las madrecitas… argh, no lo aguanto.

Pero acá las cosas las están facilitando bastante. Matius ya no me va a bailar el ratón vaquero porque la UNAM está falta de recursos y porque en su primer año de prepa… ¡exentó todas sus materias! Y la escuela de Papita se está volviendo woke y en vez de celebrar el día de las mamacitas, va a celebrar “el día de la familia”… perfeeeecto, así le puedo endilgar la monserga a su papá y ¡vámonos! A chiflar a la loma.

Qué importante es dejar los convencionalismos, aunque mis tías piolín alcen la vista al cielo y digan que se están perdiendo los valores. Mi maternidad está hecha sí, de cuadros hechos de sopa, pero también de canciones de Kanye West, de dibujos incomprensibles (para el público) con técnicas mixtas, de pelos de gata en mis abrigos y de mucho amor por mis dos bellakos inocentes que me han aguantado en ésta y otras crisis donde el mundo prácticamente se me estaba desbarajando.

Tener compasión de las madres que maternan  con el corazón roto es la nueva resistencia porque no está fácil, chavos… la neta tener la cabeza bien puesta para hablar de condones rotos, niños que gustan y que ya piden besitos en la mejilla, un jefazo que pide lo imposible en temporada de elecciones ¡y luego tener el chingado corazón roto!... ´ta cabrón, gente.

Y aquí va la parte dos: mi mamá mía de mi… ha sido el refugio que nunca imaginé encontrar. Voallorar, pérenme tantito…

Cuando le dije que ps que todo había valido chetos, me miró con compasión, se llevó la mano al corazón y me dijo que lo sentía mucho. Me dijo textual: lo siento mucho, se cuánto querías que funcionara. Y yo lloré y ella me dijo lo que siempre me decía desde que estaba en la secundaria y los vatos no me hacían caso por fea: Tú estás muy bonita, ya llegará el indicado. Besitos.

Todos dicen eso, “ya llegará el indicado”. Mi corazón no se consuela con eso pero entiendo que lo que menos desean es dejarme en desolación y agradezco su intención.

Por el momento solo quiero seguir en mi madriguera, algún día mi lengüita rasposa se cansará de lamer la cicatriz y entonces saldré de ahí, como una marmota cuando termina el invierno.

(La de a devis, no La Marmota, jajaja).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Dana! Es bueno leerte y saber que estas guareciendote hasta estar lista. Te esperamos. Date el tiempo que necesites, alli estaremos.

Dana dijo...

Muchísimas gracias por estar aquí!!! Gracias por estos apapachos!!