¿Dónde está esa chica?
Todos se están
preguntando “¿en dónde está esa chica?” y la chica les responde:
Estoy viviendo mi
duelo. Atravieso una crisis y mi forma de afrontar las crisis es esconderme en
mi madriguera de gatita salvaje, lamiendo mis heridas, curando mi corazón roto
y fortaleciendo nuevamente mis patitas cansadas de brincar de sobresalto en
sobresalto.
Había demasiado ruido
en mi cabeza.
Dice Andrea Echeverri:
quiero desintoxicarme, cortar esta dependencia antes que sea tarde.
Aclarado lo
anterior… ya viene el 10 de mayo, gente. Aquella fecha donde los hijos rinden
tributo a las mamás (las suyas, las ajenas) y yo estoy aterrada. Me purga
celebrar y que me celebren el día de las madrecitas… argh, no lo aguanto.
Pero acá las
cosas las están facilitando bastante. Matius ya no me va a bailar el ratón vaquero
porque la UNAM está falta de recursos y porque en su primer año de prepa… ¡exentó
todas sus materias! Y la escuela de Papita se está volviendo woke y en vez de
celebrar el día de las mamacitas, va a celebrar “el día de la familia”…
perfeeeecto, así le puedo endilgar la monserga a su papá y ¡vámonos! A chiflar
a la loma.
Qué importante es
dejar los convencionalismos, aunque mis tías piolín alcen la vista al cielo y
digan que se están perdiendo los valores. Mi maternidad está hecha sí, de cuadros
hechos de sopa, pero también de canciones de Kanye West, de dibujos
incomprensibles (para el público) con técnicas mixtas, de pelos de gata en mis abrigos
y de mucho amor por mis dos bellakos inocentes que me han aguantado en ésta y
otras crisis donde el mundo prácticamente se me estaba desbarajando.
Tener compasión
de las madres que maternan con el
corazón roto es la nueva resistencia porque no está fácil, chavos… la neta
tener la cabeza bien puesta para hablar de condones rotos, niños que gustan y
que ya piden besitos en la mejilla, un jefazo que pide lo imposible en temporada
de elecciones ¡y luego tener el chingado corazón roto!... ´ta cabrón, gente.
Y aquí va la
parte dos: mi mamá mía de mi… ha sido el refugio que nunca imaginé encontrar. Voallorar,
pérenme tantito…
Cuando le dije
que ps que todo había valido chetos, me miró con compasión, se llevó la mano al
corazón y me dijo que lo sentía mucho. Me dijo textual: lo siento mucho, se
cuánto querías que funcionara. Y yo lloré y ella me dijo lo que siempre me decía
desde que estaba en la secundaria y los vatos no me hacían caso por fea: Tú
estás muy bonita, ya llegará el indicado. Besitos.
Todos dicen eso, “ya
llegará el indicado”. Mi corazón no se consuela con eso pero entiendo que lo que
menos desean es dejarme en desolación y agradezco su intención.
Por el momento
solo quiero seguir en mi madriguera, algún día mi lengüita rasposa se cansará
de lamer la cicatriz y entonces saldré de ahí, como una marmota cuando termina
el invierno.
(La de a devis,
no La Marmota, jajaja).
2 comentarios:
Hola Dana! Es bueno leerte y saber que estas guareciendote hasta estar lista. Te esperamos. Date el tiempo que necesites, alli estaremos.
Muchísimas gracias por estar aquí!!! Gracias por estos apapachos!!
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