jueves, 22 de diciembre de 2022

FRAGMENTOS DE FELICIDAD

 

Confía en el futuro, Amanda,

El agua que se presenta clara no lleva sales ni metales consigo; no te hará daño por beberla, al contrario. Se presentará fresca y simple. Sin ninguna clase de truco o engaño.

El agua, Amanda, es lo que nutre la fuente dadora de vida que brota dentro tuyo y moja campos y sembradíos. Es quien limpia las ventanas de recuerdos y miradas colgadas al pasado.

El agua se echa a correr cuesta abajo y no para, no para. Nadie la detiene porque a nadie le pertenece, Amanda. Nosotros no le pertenecemos a nadie, ni a nosotros mismo.

Somos irresponsables y difíciles de pastorear, somos bestias de carga y embiste.

Sin embargo, la caída del agua sobre nuestros cuerpos nos bautiza y cristianiza hasta volvernos un poco menos animales y un poco más semejantes.

Aún así, Amanda, nadie ha nacido para ser encerrado en un sueño de cristal y eso debes entender, antes de que vuelvas a echar raíces que sean varas secas por la espera.

No hay en este mundo un milagro más grande que el del agua que penetra en dichas varas, haciéndolas florecer.

Es un momento, Amanda; tienes tierra y minerales que hacen crecer lo verde de tus tallos. Tienes calor en tus entrañas y floreces sin poderlo evitar.

Así es amar, Amanda… abrirte al agua que inevitable se cruza en tu camino; al agua que se introduce en tu suelo poroso y te hace florecer las varas secas de la espera.

No se por cuánto tiempo, Amanda… la primavera no se hizo para aprisionarla ni para esperarla.

Allá los pájaros cantarán a su tiempo y tú volverás a tus raíces llena de vida, llena de agua, fresca, limpia y purificada. Seguirás en tu sitio pero en otra parte. Tus semillas se irán volando por los cielos infinitos esperando caer en tierra fértil.

Las campanas doblarán sobre sí y sacarán las notas que ya sabes, pero que nunca te han tocado a ti.

Entonces echarás a andar, Amanda; porque el destino está en otra parte, porque las ramas han enverdecido, porque el agua se ha hecho pozo y tú estás lista para llegar.

Amanda: los sueños se hicieron de algodón y no se hilan, se dejan hinchar y desparramarse sobre todo lo conocido. Las canciones no suenan igual, aquí nada es igual.

Esto es el Paraíso, Amanda.

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