lunes, 8 de agosto de 2022

Malos tiempos.

Están cayendo millones de soldaditos sobre la ciudad. Sobre mi parcela. Sobre mi.
Hoy fue un día muy pesado, manejar con lluvia sobre periférico se volvió una cuestión de vida o accidente: cascadas de diversión, ríos salvajes y las benditas Suburbans tratándonos como los restos de un naufragio urbano que no importa colisionar.
Pero yo tengo la culpa, ¿saben? Debí irme por el segundo piso. Debí cargar gasolina ayer. Debí dejar de soñar despierta y simplemente irme cuando debía. 
Nunca se irme a tiempo.  Siempre espero a que los tiempos se sincronicen, aunque ello signifiquen 20 minutos o 20 horas.
Suficiente exposición por hoy, a guardarme en mi concha por otros 20 años más...

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