viernes, 19 de abril de 2013

Betty VS Verónica.

De lentes y que use gorra.
Así de exigentes eran mis gustos cuando frisaba los catorce años. ¿Qué iba yo a saber de moda masculina o siquiera de buen gusto en cuestión de chicos, mas que lo que me dictara la siempre útil y "en onda" revista "15 a 20"?
Y lo peor del caso es que no era la única con tal gusto. No era la única a la que "ese chico" hacía revolotear juveniles mariposas en un estomago que no conocía de gastritis -pero que ya se inclinaba por ese camino- y que provocaba un rayoneo considerable de corazones en sus cuadernos de "Ciencias Naturales".
Estaba la chica dulce y de buen corazón que debía defender a su chico de las garras de "la intrusa", o sea, yo mera. La eterna disputa de dos mujeres, un camino...
En la banal historia de la cultura pop del siglo XX destaca una historieta que, si bien es medio insulsa y boba, no por ello deja de tener todo el encanto de la verdad.
Me refiero a "Archie", el cómic que para algunos no merece la menor atención, pero cuyo triángulo amoroso puso en el pulso del respetable, un poco de lo que a veces la amistad femenina puede representar. Betty y Verónica, dos lindas jóvenes con sus particulares encantos; una rubia, la otra morena. Una dulce, la otra malcriada. Una siempre dispuesta para Archie, la otra un tanto mañosa para parecer inaccesible...
Y ambas peleándose por el pecoso "Archie Gómez" y aquel felizazo de la vida, recibiéndo las atenciones de las dos, provocando que la amistad entre ellas fuera puesta a prueba y la lealtad femenina en entredicho.
¿Por qué si a ratos parecían llevarse y quererse tan bien, en cuanto aparecía el objeto de su afecto las cosas llegaban a niveles insospechados de violencia y mala leche? 
Ser mujer y tener amistades (sinceras) femeninas es algo que para much@s es imposible, pero según la sabiduría de mi amiga Kry, es porque jamás se ha contado con el privilegio de una verdadera amiga.
Y sépanlo de una buena maldita vez, queridos menos cinco maltratados lectores de siempre, yo tengo la fortuna de contar con muy buenas amistades femeninas, aunque en un principio -como en todo- me di varios costalazos, provoqué varios derrames de bilis e infundí varias cuchilladas traperas.
Todas bajo el influjo de una canallezca enfermedad llamada "rivalidad femenina", que no es otra cosa que el no poder soportar que tu amiga tenga muñeca nueva y tú no.

*Los caballeros que han llegado hasta este punto sin bostezar, les agradezco su atención y les advierto que ésto no se pone mejor. Así que si gustan pueden cambiar de blog, puesto que  por un rato, trapearé el piso con ustedes. ¡Gracias!

Mi momento "Archie-Betty-Verónica" llegó cuando la adolescencia y sus tentáculos se apoderaban de mi. Esa edad en la que la inteligencia emocional brilla por su ausencia y la inteligencia hormonal -si es que cabe la comparación- hacía estragos en las vidas de la mayoría de pubertos, quienes como yo, estábamos a merced de nuestros impulsos. De tal suerte que la vida tuvo a bien ponerme unos cuantos obstáculos para que yo pudiera -en 18 años- venir a contárles esto sin remordimientos ni enojos y sí con una gran sonrisa de oreja a oreja por el relajo de antaño...
Resulta que mi ADORADA prima LLuvia y yo somos de la misma rodada, ¿saben?
Y tuvimos la fortuna/desgracia de vivir un poco lejos la una de la otra en esa edad crítica que ya les comenté. Menciono "fortuna/desgracia" porque han de saber que ella y yo somos muy parecidas en cuanto a aficiones, gustos musicales y ¡ay! ... hombres. Ella ha vivido en Querétaro y -para mis lectores del extranjero que no lo sepan- yo soy chilanga de hueso colorado, de ahí que desgraciadamente vivimos un poco alejadas...
Con estos antecedentes, un buen día llega Dana y se apersona en casa de su prima Lluvs, ¿no?
Acto seguido, se pasan a contar todas aquellos secretos que edifican la solidaridad femenina y que relegan al hombre al lugar de un mero espectador.
De dichas confidencias, un nombre -¡y qué nombre!, mi padre aún no deja de hacer bromas al respecto de aquel nombre- sale a relucir de los labios de mi primis y -se los juro por ésta (+)- a mi me da igual.
Por señas se que es un chico que le late a mi prima y pues hasta ahí.
Quiso la providencia ponérnoslo en el camino un buen día; se hicieron las presentaciones de rigor y ... empezó el calvario más divertido que se puedan imaginar.
El sujeto, al que nombraremos simplemente "O" se percata de los sentimientos que provoca en una y en otra y en vez de decidir salomónicamente, piensa que es más chido hacerle la corte a ambas...
¡Y se arma la gorda!
Porque ya no solo fue el típico "a ver quién puede más", sino que aquello se elevó a niveles insospechados de sadismo y tortura psicológica. La eterna lucha de la güera y la morena, porque déjenme decirles que para colmo de males, mi prima es güera y yo ps soy más morocha que la que más.
Las cosas que hicimos y nos dijimos -o pensamos- ya son historia, pero de que hubo volado de pelos y rasguños, lo hubo.
Ahora ambas estamos casadas, con familia y aún lejos la una de la otra, pero por si fuera poco, hará cosa de un año que tuvimos una especie de "revival" cuando el sujeto -¡Síiiii!, el mismo sujeto que tanto nos dividió- nos volvió a contactar.
Yo -y lo digo sin tapujos- sentí bonito PERO, al ver que la historia tendía a repetirse, me zafé de una buena maldíta vez.

Hoy se que firme fui y que afronté ser como era y así logré vivir a mi manera...ah caray, no, perdón.

Hoy me queda muy claro que aquello fue de las experiencias más hermosas del mundo. Se que en su momento me costaron mis buenos años de terapia (sí, años) y que a ratos renegué de la amistad femenina.
Odié a Betty por muchos años. Verónica era la Chucha Cuerera de ésta y varias historias más.
Pero una no puede estar toda la vida dándose de topes con la misma piedra por más cariño que se le tenga.
Así que un día me solté el cabello, perdoné, olvidé y seguí adelante, con la ventaja de saber que aquella experiencia fortaleció el amor a mi prima Lluvia y con el conocimiento de que las mujeres juntas SIEMPRE serán la mejor elección que se puede hacer en la vida.
¡Vivan las mujeres, vivan mis amigas, vivan mi madre, mis hermanas, mis primas, mis abuelas, mis tías...!
También vivan los hombres que aman a las mujeres.
Y sí, aún me siguen gustando de lentes y que usen gorra.
Pero que sólo quiera ser mío y de nadie más.
¡Feliz viernes¡



3 comentarios:

Anónimo dijo...

SIIIIIIIIIIIIIII ARRIBA LAS MUJERES! AUNQUE SIGO PENSANDO QUE SOMOS MUY COMPLICADAS POR ESO A MI SIEMPRE ME HAN GUSTADO Y GUSTARAN LOS HOMBRECITOS!! JAJAJAJAJA
COMADRITA NO TENGO NADA QUE OPINAR, SOLO AGRADECERTE UNA EVZ MAS NOS COMPARTAS ESTA HISTORIA DE VIDA ME CAE QUE CONTIGO TENEMOS DE TODO PORQUE HAS PASADO DE TODO! GRACIAS POR ESCRIBIR COMO LO HACES.
UNA PREGUNTITA ESA MISMA PRIMA LKUVIA ES A LA QUE LE PEGASTE EN LA CABEZA CUANDO NIÑAS?? CREO QUE LA RIVALIDAD EXISTIA DESDE ANTES QUE LLEGARA EL TAL "O" JAJAJAJA TE QUIERO BONITO FIN Y NOS CUENTAS CÓMO LES FUE EN EL ASILO!
DANNY FDEZ.

Dana dijo...

Danielita de mi vida y de mi corazón!
No nena, mi prima Lluvis es otra de mis primas. A la que le pegué "sin querer" fue a otra prima, que por seguridad legal y no por otra cosa omitité su nombre, jajaja.
Yo también te quiero mucho, eres del "combo" de amigas y mujercitas a las que admiro y considero mucho, por ser un ser humano hermosísimo.
El asilo fue un contínuo nudo en la garganta, los abuelit@s estuvieron muy agradecidos por la visita y los niños vivieron la continuación de su proyecto de virtudes. Fue un ganar/ganar en toda la extensión de la palabra.
Que tengas bonito fin de semana y gracias por leerme y comentar.
:)

Anónimo dijo...

ENTONCES TENDRE QUE OLVIDAR EL TEMA DEL "GOLPE SIN QUERER" A TU OTRA PRIMA?? OSSHHH
YA ME IMAGINO LO QUE DEBIÓ SER EL ASILO... YO NO SÉ SI AGUANTARIA!
GRACIAS POR TENERME DENTRO DE TU COMBO!!
BESOS
DANNY FDEZ.