Ejem, ejem...
Como podrán haber notado, queriditos míos, el día de ayer ni siquiera asomé un ápice de mi burbujosa personalidad por aquí.
La verdad-verdad es que tuve un día bastante"social", pues ya se me está haciendo costumbre el irme de cafecito con las amigas los viernes y de ahí "seguírnosla" hasta la salida de clases de los hijos para "continúarnosla" en casa de alguna de nosotras... todo un caso, lo se.
Así que sin que ello implique una lapidación pública, les ofrezco una disculpa por tenerlos en ascuas durante 22 horas exáctamente.
¿Que qué estoy haciéndo a esta hora por aquí? ¡Ni yo misma lo se!
Cuando me di cuenta, ya tenía a Mateo al lado de mi cama y al gato arriba de mi cabeza. Esta intromisión a mis hábitos nocturnos me hizo emberrinchar y abandonar mi aposento en busca de baño-agua-tostada de tinga, en ese orden, básicamente.
Y pues ya que Morfeo me hubo de abandonar feamente, decidí venir a cumplir con mis obligaciones para con todos ustedes, cosititas del señor.
Sabrán que estamos viviendo momentos de gran intensidad y acontecimientos históricos al por mayor, ¿cierto?
Sabrán también que ya se acerca el momento para "elegir" al próximo gato de los pinos, ¿verdad?
También es de su conocimiento que por más que le hagamos no quedará el candidato que todos los mexicanos merecemos, el que sacará milagrosamente a nuestro país del -ya no digamos bache- auténtico hoyo negro en el que se encuentra, el mero mero petatero, aquel candidato que representa a TODOS los intereses de ésta nación y galaxias circunvecinas, el ídolo de multitudes, señores: ¡El Santo, enmascarado de Plata!
¿Y todo por qué? Ah pus porque sencillamente colgó las siempreduran pa siempre. ¡Bu!
Así que sin el candidato que este país se ha ganado (o tal vez precisamente por eso) difícilmente tendremos un comentario a propósito de polítiquilla en este espacio.
No, no, no me insistan. Se que el nivel que se maneja en La Gatería la hace indispensable para opinar e informar en estos tiempos de campaña y elecciones que se viven actualmente, pero por la salud mental suya, mía, su de él, su de ella, será mejor no moverle o terminaremos agraviándonos, injuriándonos y lo que es peor, fusionándonos en apasionado beso intelectual y enamorándonos políticamente de quien no nos conviene.
Pues si, queridos menos cinco lectores de siempre, ya es tiempo de elecciones y PARA NADA pretendo influir en sus decisiones (líbreme Dios) pero lo único que sí les pido es que voten.
Voten y cumplan con el deber de todo buen ciudadano, total, a todos nos sigue gustando pintar con crayolas a estas alturas del partido.
Voten y hagan sentir su opinión. Y si piensan que "todos son iguales", pues es el mejor momento para candidatear a su compadre, a su comadre, a su movida, a su peoresnada, a ustedes mismos, en fin, a aquella persona que ustedes crean, merece el haberse bañado en domingo.
Y si al final del día el prep nos hace como su preposa gana le de, no importa. Ustedes ya cumplieron su obligación como ciudadanos y han dado un paso adelante hacia la mejora de éste paraíso tropical.
Se que mis maternales recomendaciones harán enchilar uno que otro ánimo y -ya los estoy viendo y oyendo- llegarán a mi mail mentadas y rechifladas. No importa.
Con que a uno le haya llegado el mensaje y vote, les aseguro que éste post tendrá su razón de ser.
Como siempre les comento: en nosotros mismos está la solución. No en el candidato, no en el partido. No en las "propuestas de campaña". En cada uno de nosotros.
Pues bueno, chaparritos, me les voy.
Cuando a una le da el insomnio, le da también por hacer llamadas obscenas y esta vez no será la excepción.
(Si la operadora les pregunta si acepta la llamada por cobrar, ustedes tengan la certeza de que soy yo y nos vamos a divertir un ratito. Traigo mi pijama de "Alicia in Underland" y mis pantunflas de conejo...)
Como podrán haber notado, queriditos míos, el día de ayer ni siquiera asomé un ápice de mi burbujosa personalidad por aquí.
La verdad-verdad es que tuve un día bastante"social", pues ya se me está haciendo costumbre el irme de cafecito con las amigas los viernes y de ahí "seguírnosla" hasta la salida de clases de los hijos para "continúarnosla" en casa de alguna de nosotras... todo un caso, lo se.
Así que sin que ello implique una lapidación pública, les ofrezco una disculpa por tenerlos en ascuas durante 22 horas exáctamente.
¿Que qué estoy haciéndo a esta hora por aquí? ¡Ni yo misma lo se!
Cuando me di cuenta, ya tenía a Mateo al lado de mi cama y al gato arriba de mi cabeza. Esta intromisión a mis hábitos nocturnos me hizo emberrinchar y abandonar mi aposento en busca de baño-agua-tostada de tinga, en ese orden, básicamente.
Y pues ya que Morfeo me hubo de abandonar feamente, decidí venir a cumplir con mis obligaciones para con todos ustedes, cosititas del señor.
Sabrán que estamos viviendo momentos de gran intensidad y acontecimientos históricos al por mayor, ¿cierto?
Sabrán también que ya se acerca el momento para "elegir" al próximo gato de los pinos, ¿verdad?
También es de su conocimiento que por más que le hagamos no quedará el candidato que todos los mexicanos merecemos, el que sacará milagrosamente a nuestro país del -ya no digamos bache- auténtico hoyo negro en el que se encuentra, el mero mero petatero, aquel candidato que representa a TODOS los intereses de ésta nación y galaxias circunvecinas, el ídolo de multitudes, señores: ¡El Santo, enmascarado de Plata!
¿Y todo por qué? Ah pus porque sencillamente colgó las siempreduran pa siempre. ¡Bu!
Así que sin el candidato que este país se ha ganado (o tal vez precisamente por eso) difícilmente tendremos un comentario a propósito de polítiquilla en este espacio.
No, no, no me insistan. Se que el nivel que se maneja en La Gatería la hace indispensable para opinar e informar en estos tiempos de campaña y elecciones que se viven actualmente, pero por la salud mental suya, mía, su de él, su de ella, será mejor no moverle o terminaremos agraviándonos, injuriándonos y lo que es peor, fusionándonos en apasionado beso intelectual y enamorándonos políticamente de quien no nos conviene.
Pues si, queridos menos cinco lectores de siempre, ya es tiempo de elecciones y PARA NADA pretendo influir en sus decisiones (líbreme Dios) pero lo único que sí les pido es que voten.
Voten y cumplan con el deber de todo buen ciudadano, total, a todos nos sigue gustando pintar con crayolas a estas alturas del partido.
Voten y hagan sentir su opinión. Y si piensan que "todos son iguales", pues es el mejor momento para candidatear a su compadre, a su comadre, a su movida, a su peoresnada, a ustedes mismos, en fin, a aquella persona que ustedes crean, merece el haberse bañado en domingo.
Y si al final del día el prep nos hace como su preposa gana le de, no importa. Ustedes ya cumplieron su obligación como ciudadanos y han dado un paso adelante hacia la mejora de éste paraíso tropical.
Se que mis maternales recomendaciones harán enchilar uno que otro ánimo y -ya los estoy viendo y oyendo- llegarán a mi mail mentadas y rechifladas. No importa.
Con que a uno le haya llegado el mensaje y vote, les aseguro que éste post tendrá su razón de ser.
Como siempre les comento: en nosotros mismos está la solución. No en el candidato, no en el partido. No en las "propuestas de campaña". En cada uno de nosotros.
Pues bueno, chaparritos, me les voy.
Cuando a una le da el insomnio, le da también por hacer llamadas obscenas y esta vez no será la excepción.
(Si la operadora les pregunta si acepta la llamada por cobrar, ustedes tengan la certeza de que soy yo y nos vamos a divertir un ratito. Traigo mi pijama de "Alicia in Underland" y mis pantunflas de conejo...)