martes, 23 de noviembre de 2010

Ni pies ni cabeza.

Soy desordenada. Desde que me dejaron de "encargada" de mi vida (a la tierna edad de nueve años, luego de un despótico reinado como hija única) la teoría del Caos ha encontrado en mi, a su mejor exponente.
El desorden es para mi como CIERTO gato ingrato, se va pero siempre vuelve. De adolescente a mi mamá le saqué ene mil cantidades de canas verdes, amarillas y de todos los colores. "Soy un desastre" le explicaba yo, timbirichescamente cuando, harta de pedirme que "escombrara mi cuarto", optaba por entrar con aspiradora por delante, a hacer justicia por su propia mano. Y pues yo sufría. Me tiraba mis amadas revistas adolescentes (a las cuales culpo de mi malformación y desinformación en cuestiones de hombres), rompía discos (jamás volví a encontrar el "Aquamosh" edición especial) y desaparecía todo lo que daba sentido -en ese momento- a mi vida: peluchillos, cartas de amigas y novios, fotos del artista juvenil del momento, dulces almacenados para fungir de provisiones ante el inminente apocalipsis, artículos de belleza varios...etc.
Lo peor de todo es que el ser desordenada me ha traido muchos problemas pero aún así no puedo cambiar. Mi mamá dice, años después de aquel drama doméstico y conmigo lejos de su casa, que probablemente se deba a que mi cabeza es la que no tiene orden. Puede ser... digo, no es tan descabellada su idea. Después de todo, mi día a día es una constante lista de súper, con pendientes y anotaciones que se deben resolver y atender. Y tal vez (sólo tal vez) mi manera de rebelarme contra todo lo que debo hacer (y que por supuesto no quiero) es manteniendo un perpetuo campo de batalla en cualquier espacio que ocupo: desde el escritorio donde escribo hasta toda la casa en la que habito.
Mi bolsa, mi clóset, mi carro, mi escritorio, mi sala, el librero, el refri, la cocina...¡hasta el baño! es un sitio tomado por el desorden. Y lo peor es que estoy contagiando horriblemente a Mateo.
Al rato llegará la aspiradora y no sólo irán mis tiliches en ella. Estoy pensando que un hot weels tapará el ducto de aire...
(interesting!)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué vamos a hacer!
Me encanta como lo platicas, eres buenisima escribiendo!
Intenta hacer lo posible por no seguir contagiando a Mateo él no tiene la culpa de tus desordenes jajajajaja, se que sera dificl pues es un habito pero trabaja en ello, definitivamente tener orden hasta otra vibra buena onda da!
Danny Fdez.

Dana dijo...

Sí, yo se Dany... neta que nada me gustarìa màs que ser ordenada.
Y mira que tengo plena conciencia de que lo que hacen los adultos, lo repiten los chicos. En mi casa, mis papàs son cero desordenados...pienso que soy adoptada.
Te quiero!
Oye, que onda con el sàbado?