Apuesto a que tú también escuchas voces que salen de los rincones más extraños de tu habitación.
Un ronroneo que sólo la presencia del refrigerador en la cocina consigue tranquilizar tus ansias locas de salir a la calle en medio de la noche a buscar gatos para quedártelos... ¿a que si?
Por más que tomes tus tés relajantes o hagas tus assanas, la inquietud, el insomnio y los tres pesos de cordura que todavía te quedan, hacen que pases la noche más infernal de tu vida, a perpetuidad.
No lo sé, para estos momentos voy por mi 3era taza de té y mi rivotril. Un corto alemán en Amazon y ya está, veré si consigo pegar pestaña, que a dichos de mi mamá, me está sentando fatal la ruptura.
Bah, peor siempre ha estado la pobre Violeta.
Pero se que no es así...
No hay comentarios:
Publicar un comentario