Dejé de escibir por las mil voces que de repente comenzaron a escucharse en mi cabeza y que pedían cosas al mismo tiempo. Y obvio, con mi déficit de atención no podía hacerle caso a alguna...
La verdad es que dejé de escribir porque Marmota no suelta la compu, no para de ir al gimnasio, no deja de comer sano y no deja de verse guapo, mientras que yo sigo siendo la misma masa gordita y suavecita a la que le sacaron una chamaca de las entrañas, que no duerme como debe, que bebe café sin cafeína y que preferiría beberse tres litros de coca cola en vez de un buen Merlot, en caso, claro está, de que me dieran a escoger...
Este matrimonio se ha vuelto una competencia con un sólo competidor (o sea, yo mera) y en vez de seguir para adelante, he preferido aplastarme a ver televisión y chutarme cuanto desfile de programas intracendentes hay en Lifetime (¡Maldita seas Abby Lee Miller, hasta ella luce más skinny que yop!)
Y luego estuvo el asunto de la vacación de Semana Santa... cielos, una debería quedarse en casa encerrada para siempre como la loca que es (o sea, yo mera).
Por fin pudimos salir de nuestro barrio e irnos rumbo al Bajío. Al fiiiin pudimos compartir nuestra idiosincracia chilanga con los amigos queretanos y guanajuatenses y ¿saben qué? también en Querétaro hace aire, ¿eh? Me refiero a que los conductores del transporte público son tan cafres como los del D.F. y en más de una ocasión sentí que iba sobre Calzada de Tlalpan en lugar del hermoso Bulevar Bernardo Quintana.
Total que la vacación...
¿Quién dijo que salir a ciudades coloniales es una buena idea cuando tienes hijos pequeños? En verdad que el Matius se aburrió sin miramientos en los recorridos de las iglesias y ustedes imagínense lo que fue el tratar de darle pecho a Papita mientras un guía del Museo de Dolores Hidalgo respondía a la pregunta sobre si el padre de la Patria había tenido hijos o no (Ay, todos sabemos la respuesta, ¿qué se cree esa señora?) O sea, un calvario...¡pues claro, estábamos en Semana Santa, ¿o no?! Eso y más merecía por ser tan hereje, por comer comida argentina el mero día de la pasión, por no tener el alma vacía de pecados y llena de arrepentimientos; por seguir renegando de que la vida es injusta, etc, etc, etc...
Primera vez que deseaba estar en casa, lejos de la diversión y la comida. En casa, a salvo de las miradas de compasión por ser una lousy mom que deja que su hijo mayor use su tablet enfrente de la iglesia de San Miguel de Allende (O sea, perdón pero ya tendrá edad para venir a admirarla con más calma, gracias)
Y pues bueno, aún sigo con esta estúpida rebeldía de no comer sano, de no ejercitar mi cuerpo por no tener la suficiente energía para hacerlo y hasta de dejar de escribir porque mi escritorio está invadido por los calcetines sin par de la Marmota, las tareas del Matius, los recibos de pago, las lecturas pendientes y la Peluss, que ha decidido que ese es, por ahora, su lugar favorito.
Pienso en lo último que acabo de escribir, la furia que me da no saber procurarme un espacio para mi y entonces soy interrumpida por Mateo y su vocecita curiosa que me pregunta "¿Qué escribes?". Le digo que es un cuento, una historia. Y vuelve a insistir: "¿Sobre qué?". Contesto que sobre papá, mamá, su hermana...sobre nuestras vacaciones... Entonces remata: "¿Y por qué no le pones un dibujo de nosotros y lo bien que la pasamos?"
... ¡TOMA ESO, MAMÁ! ...
Cuestión de enfoques, supongo...
3 comentarios:
Tuin emoshi! Ya habrá tiempo para que recuperes tu espacio, para que vuelvas a encontrarte. Es obvio (según yo) que te han cambiado la vida y la rutina, la llegada de manzanirri en primer lugar, y el reajuste que implica para la familia no son cosa fácil, y yo me quejo de las vacaciones con mi sobrino (y eso que convocó con el escasas 4 horas diarias). En cuanto a la vacación... Tal vez fue cuestión de elegir los lugares, ya te daré tíos cuando vuelvas 😋.
Animo tuin! Todos tenemos estos lapsus: un mes sin poder retomar in libro, nula inspiración para decorar una máscara, ese sentimiento de "qué diablos hago aquí", desajustes sentimentales... Pero todo pasa, ya retomaremos el camino. Siempre encontramos la forma.
Besos malévolos! 😘
Tuin emoshi! Ya habrá tiempo para que recuperes tu espacio, para que vuelvas a encontrarte. Es obvio (según yo) que te han cambiado la vida y la rutina, la llegada de manzanirri en primer lugar, y el reajuste que implica para la familia no son cosa fácil, y yo me quejo de las vacaciones con mi sobrino (y eso que convocó con el escasas 4 horas diarias). En cuanto a la vacación... Tal vez fue cuestión de elegir los lugares, ya te daré tíos cuando vuelvas 😋.
Animo tuin! Todos tenemos estos lapsus: un mes sin poder retomar in libro, nula inspiración para decorar una máscara, ese sentimiento de "qué diablos hago aquí", desajustes sentimentales... Pero todo pasa, ya retomaremos el camino. Siempre encontramos la forma.
Besos malévolos! 😘
Tuiiiin!
Es cierto, creo que no es posible estar siempre enojada con la vida y por supuesto que le debemos dar tiempo al tiempo. Como los planetas, hay que seguir la órbita y dar nuestro mejor esfuerzo.
Tú por ejemplo, eres una excelente maestra y diseñador, claro que algo hermoso te va a salir de esa cabecita tuya.
Te quiero mucho, tuin!
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