viernes, 19 de octubre de 2012

Domíname!

Lo vi con mis propios ojos.
Nadie me lo va a platicar, pues "la infantería" me demostró que la lucha entre hombres y mujeres comienza desde que Vanessa de "Cuneros 1" le avienta el pañal a Dorito y se arma la gorda.
Comienza lo que viene siendo la "batalla de los sexos".
¡Chín!
Miren, quisiera ser imparcial ahora que me encuentro viviendo en el tercer piso; justo cuando se me han acabado las dudas de la adolescencia y que los experimentos veinteañeros ya surtieron sus efectos a que dieron lugar.
Más aún cuando en casa estoy educando a un caballerito que, desde ahorita ya se le nota que lo van a traer bien atarantado. ¿Y saben por qué? No, no lo quieren saber. Esto a continuación pareciera que es una franca traición a mi bello sexo, pero para nada. Tomémoslo como una herramienta para hacer más llevadera (y más sabrosa) la vida entre hombres y mujeres.
Explico:
Las mujeres somos canijas con los hombres que percibimos "débiles" -y que no son otros que los eternos enamorados incondicionales-, para correr a los brazos de los "rufianes". Aquellos cuya cabellera larga ondea al viento mientras el rugido de la moto se lleva nuestros suspiros. Y no lo neguemos, chicas. ¿Quién no ha tenido un pretendiente que se les declara abiertamente su esclavo y al cual lo han despreciado por, precisamente, arrastrado?
Y aquel noble espécimen, con el corazón enlodado y destrozado se irá con el rabo entre las patas, aullando su desazón contra TODAS las mujeres y jurando venganza. Y la cumple, pues automáticamente se vuelve uno más de los rufianes, que hará suspirar a otra mujercita con sus desprecios. Bah! el cuento de nunca acabar.
¿Y que por qué "la infantería" me lo demostró tan bien?
Pues resulta que un muy hábil Matius me sableó una comidita del McDonalds después de la escuela. Llegamos muy cucos al área de juegos y devoramos papitas y nuggets. Acto seguido, pasó a jugar al globo con una nena. La nena, por cierto, era un poco mayorcita que él. De un sano juego infantil pasaron a otros más complicaditos, llegando a una especie de juego del matrimonio donde mi Matius y la nena salían de una casita y daban vueltas y volvían a entrar y así. Al ratito nada más el Matius salía a "trabajar" y la nena se quedaba en la casita... ¿Pues creerán que cuando el Matius se daba la vuelta, la nenita andaba metiendo a otro niñito a la casa?
¡¡Háganme el usual y típico rechingado favor!!
El niñito que rondaba tan feliz escena sólo esperó a que el Señor Matius saliera a trabajar para que la dulce damita le abriera las puertas de su casita y jugaran con el globo que ERA de mi hijo. ¡Imaginen mi indignación como mamá del pedacito de cornudo que estaba siendo mi niño!
Ahí no acabó la cosa pues Matius regresó ipso facto del trabajo y cuando abrió la puerta de su casita...
Ni peló. Él estaba feliz de jugar con la nena a la casita, salir a "trabajar" y darse de vueltas en la resbaladilla.
Pero la nenita sí que sabía lo que hacía, pues al llegar Matius sacó al otro niñito y se puso a jugar solita.
¿Qué le costaba jugar solamente con el noble (y despistado) Matius?
Es lo mismo a los 15, 25, 35, 45 ¡y hasta los 85!
Digamos que no, pero a muchas mujeres nos encanta el peligro que supone un buen canalla.
Y miren, hombrecitos: si a la primera de cambio, la amada en cuestión sólo los hace trabajar para ganar "puntos", mejor váyanse consiguiendo una moto y unas extensiones si es que quieren declararse conquistadores de su corazón. No trabajen en balde para que venga otro y, tronándole los dedos, llame a la dama y partan juntos, dejándolos a ustedes con un palmo de narices.
Sí, amamos que nos reten y saquen lo mejor que hay en nuestra escencia femenina: ese brillito diablezco en nuestros ojos que los hace a ustedes cuestionarse si en verdad es que tienen tanta suerte de compartir con nosotras nuestra atención.
Del corazón, hablaremos en otra ocasión...


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantas, me encantas me encantas..... Soy tu fan!
Increible la gateria de hoy, y si que son malas las mujercitas yo por eso siempre he preferido a los hombres....
Oye pero que niñita tan descarada... ya me imagino como le ha da ir en la vida porque a las niñas malas siempre les va mal no?? jum.. no es cierto, creo que se la pasan re-suave! en fin comadrita gracias por no brincarte este viernes y que tengas un lindo fin de semana.
p.d. Cuida a Matius II de todas esas "zorras sueltas" jajajaja
danny fdez.